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Los Ojos de la Inocencia

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  • #46
    Los Ojos de la Inocencia Capitulo V Parte VII

    Era la primera vez que la veía. Aquella aparente fragilidad, esa mirada inocente. Eran unas cualidades demasiado absurdas y triviales para que un dragón se fijara mínimamente o atrajera un poco su atención.

    A simple vista parecía una humana común y corriente sin nada especial, pero entonces…¿Qué tenía para que su hermano estuviera enamorado de ella?.

    Decidió no actuar en ese mismo instante. Se sentía como una cazadora que jugaba con su presa, permitiéndole vivir durante un tiempo más, para disfrutar viendo como actuaba en presencia del miedo.

    Aisha miró a su alrededor intentando encontrar a Driangor. Al no verle, pensó por un instante en la posibilidad de que nuevamente volvía a desaparecer sin decir nada.

    “¡No!” gritó mientras negaba con la cabeza. Sabía que la promesa que le había hecho el día anterior era cierta y no se había tratado de una mentira para intentar quedar bien con ella. Sus ojos en aquel momento demostraban una seguridad y confianzas firmes, por lo que seguro, que aparecería tarde o temprano… al menos eso era lo que deseaba su corazón.

    Se sentó a la orilla del lago contemplando la luna y su reflejo sobre la superficie cristalina, aguardando la llegada de Driangor, sin mostrar un gesto de disgusto o desconfianza en su posible ausencia.

    - ¿ Por qué no vienes? – Preguntó en voz baja deseando que el viento que sentía en su piel transportara hasta el dragón su pregunta.

    Tomó la piedra que le había regalado en aquella mágica noche y la apretó con gran fuerza sobre su pecho, mientras una y otra vez en su mente, rogaba por volver a verle.

    “Estúpida humana” pensó Lehahiah entretanto seguía observando desde su escondite, lo que hacía. No podía entender el porque de su insistencia. No aparecía, había faltado a su promesa y aún así ella seguía esperando por él, como si todo lo que le estaba haciendo hasta el momento, no fuera nada malo. ¿Acaso todo lo que hacía era por amor? No podía ser, era inconcebible que amara a Driangor y se casara con otro hombre, pero entonces….¿por qué?.

    “Por favor..” suplicaba Aisha mientras unas pequeñas lágrimas se deslizaban por sus mejillas. “Deseo verte para poder hablar contigo…por favor..”

    - No va a venir por mucho que lo desees humana.

    Fin Parte VII

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    • #47
      muy buena !! segui asi !!
      MAKE IT GROW PUNK

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      • #48
        Los Ojos de la Inocencia Capitulo V (Parte IX)

        La chica miró a su alrededor buscando a la persona que había hablado sin encontrar a nadie.

        - Driangor no vendrá nunca más a este lugar -. Dijo aquella voz misteriosa.

        Aisha miró nuevamente a cada rincón del bosque que podía apreciar desde su posición sin descubrir nada nuevo. Era imposible encontrar su origen, aquellas palabras parecían provenir del mismo bosque, como si fuera la misma naturaleza del lugar la que le decía lo que estaba sucediendo.

        - ¿Quién está ahí? -. Gritó mientras un sentimiento de miedo y soledad empezaba a invadirla.
        - Has jugado con sus sentimientos. Te has estado riendo de él durante todo este tiempo. No mereces verle de nuevo.
        - Yo no he jugado con sus sentimientos… -. Contestó con gran seguridad consiguiendo que el miedo que había llegado a tener en ese momento, desapareciera completamente. Estaba segura de sus sentimientos hacia Driangor y de los de el hacia ella.
        - ¡Mientes! -. Exclamó Lehahiah a la vez que aparecía de entre los árboles para que Aisha pudiera ver a quien pertenecía la “voz del bosque”.

        La chica se quedó sorprendida observando como aquella muchacha se acercaba lentamente hacia ella con una mirada tan fría como la muerte.

        - ¿Quién eres? -. Preguntó asustada e intimidada ante aquellos ojos.
        - Mi nombre es Lehahiah, hija de Nogard.
        - ¿Qué quieres de mi? ¿Cómo sabes lo de Driangor?.
        - Eso no importa ahora. He venido para deciros, que él nunca volverá. No después de todo lo que le habéis hecho.
        - No entiendo…
        - ¡Norcen! -. Exclamó cortándole.

        La joven apartó la mirada en señal de culpabilidad.

        - Parece que ahora empezáis a recordarlo todo. ¿No es cierto?.

        Unas lágrimas empezaron a deslizarse por las mejillas de Aisha. No quería admitirlo, pero todo lo que aquella chica estaba diciendo, era verdad. No le había dicho nada a Driangor sobre su futuro matrimonio con aquel noble.

        - Vuestros ojos muestran que os sentís culpable por ello, pero aunque demostréis que os arrepentís, ya es demasiado tarde.
        - ¡No! -. Gritó con todas sus fuerzas. No quería volver a revivir aquel año y medio que pasó sin verle, y la posibilidad de que jamás estaría junto a él, la aterraba.

        Fin Parte IX

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        • #49
          muy buena !!! quiero continuacion!! no me dejes con las ganas
          MAKE IT GROW PUNK

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          • #50
            Muy buena la historia. Anoto aca la parte que me falta leer :P. Capitulo V (Parte VI).
            http://izumi2.elbruto.es

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            • #51
              Los Ojos de la Inocencia Capitulo V (Parte X)

              - Ojala pudiera creer en esos sentimientos que estas mostrando en éste momento por él. En verdad, me gustaría pensar que todo lo que has dicho y hecho hasta ahora ha sido movido por el amor que le sientes, pero si algo he aprendido de los humanos, es que actuáis de la forma que más os conviene según el momento.

              - Por favor, dime donde se encuentra – Le suplicó con los ojos empapados en lágrimas.

              Lehahiah la observó sin inmutarse, manteniendo una actitud fría y distante. No iba a dejarse engañar por unas pequeñas lágrimas y unas palabras. Ella no era como su hermano y nunca lo sería.

              - Estupida humana, si de verdad le amases y quisieras lo mejor para él, deberíais olvidarle.

              Aisha dejó de llorar en señal de sorpresa e ignorancia. No entendía o quizás no quería entender esas palabras.

              - Desde que te conoció, Driangor ha cambiado por completo tanto en su actitud como en su comportamiento. Ahora no sólo es odiado por todos los dragones, sino que además, su padre ya no le ve como a un hijo.
              - No es verdad…
              - Eres una egoísta que sólo busca su propia satisfacción sin importarle lo que le pueda pasar a Driangor. Habláis de amor, afecto y demás sentimientos, grandes palabras con un gran significado, pero que en vuestra boca se convierten en expresiones vacías.
              - ¡No!
              - Te sientes bien cuando él esta contigo, ¿verdad? Pero… ¿acaso sabes a todo lo que ha renunciado? Él sí esta enamorado de ti, lo ha dejado todo por ti. Su vida eres tú, pero eso no hace más que perjudicarle. Se ha quedado sólo, no le queda nada. Eso sí es amor, pero en tu caso, sólo es sentimiento de bienestar. No has dejado nada atrás, ni has abandonado algo. No le mereces.
              - ¡Calla! – Gritó tapándose los oídos. No quería seguir escuchando aquello, por una simple razón, todo era verdad. Hasta ahora, nunca se había parado a pensar en lo que él podía estar sufriendo por estar junto a ella. Sabía que le amaba, que lo daría todo por él, pero en realidad… no había dado nada.

              La dragona se acercó lentamente e inclinándose ante ella le acarició con suavidad la cabeza sacando de sus pensamientos a Aisha.

              - Por favor – Le dijo mientras le cogía de las manos y le miraba fijamente a sus ojos en señal de súplica – No puedo ordenarte que te olvides de él, ni quiero hacer que pierdas todo aquello que has sentido, pero te lo ruego, olvídate de mi hermano…

              Fin Parte X

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              • #52
                quiero continuacion!!! me volvi adicto a esta historia ehehhe
                MAKE IT GROW PUNK

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                • #53
                  upupupupupupupupupupup =)))))))))))))


                  IIpepitoII DC 85
                  IIMeganII GK 80

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                  • #54
                    Vamos loco, primera vez q entro a este thread y ya estoy enganchado, me acabo de leer todo.

                    Apura lpm, escribi rapido q necesito saber como sigue la historia.
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                    • #55
                      Los Ojos de la Inocencia Capitulo V (Parte XI)

                      Aisha miró con gran asombro a la dragona al oír sus últimas palabras.

                      - Hermano…
                      - Si, Driangor y yo somos hermanos. Es por eso que no puedo soportar ver como se autodestruye por un simple sentimiento afectivo que es confundido con una sensación de amor. Quiero lo mejor para él y esto no lo es…
                      - Yo de verdad le amo – Suspiró entre sollozos – Le he amado desde el primer día que le vi y nunca dejaré de quererle. Es cierto que sé poco de él. Ignoro todo lo que ha tenido que sufrir por culpa de mi amor, pero si de algo estoy segura, es de que daría mi vida por él, sin importar el motivo.
                      - Y.. ¿el noble?
                      - Es un matrimonio concertado, si no me caso con él, mis padres sufrirían las consecuencias de mi negación. No quiero hacerlo, pero…¿qué puedo hacer?

                      Lehahiah no contestó a su pregunta. No sabía de las consecuencias que podían suceder si ella se negaba a contraer matrimonio con aquel hombre. La había juzgado mal desde el principio por que su odio no le dejó ver las cosas con claridad.

                      - Ojala pudiera tomar mis propias decisiones. Ser libre para decidir con quien quiero estar y qué quiero hacer, pero de una forma u otra, estoy condenada a seguir un camino ya creado para mí.- Sollozo Aisha.

                      La dragona se quedó sorprendida cuando escuchó aquello, y recordó una de las últimas cosas que su padre le dijo a su hermano. “Es inútil Driangor, ella sí que demuestra y sabe cuales son sus orígenes. No es como tú, que deja influenciarse fácilmente por cosas triviales”. Antes no le había preocupado aquellas palabras, pero ahora todo parecía cambiar, y más aún cuando volvió a escuchar en su mente, la pregunta de Driangor antes aquella afirmación, “¿Quieres decir que no tiene libertad de pensamiento?”.

                      Unas pequeñas lágrimas empezaron a brotar en los sus ojos mientras sus labios esbozaban una pequeña sonrisa. “Lo siento hermano, tenías razón” pensó a la vez que rodeó con su brazo a Aisha para ayudar a levantarla.

                      - Te pido perdón, la verdad es que me gustaría también tener esa libertad que tanto anhelas, para poder disfrutar de lo que de verdad yo quiero.

                      Aisha miró los ojos de Lehahiah, y contemplando una mirada de inocencia y ternura, le abrazó con fuerza. El odio que antes había reinado en el corazón de la dragona había desaparecido por completo, dejando sólo espacio para el arrepentimiento y la esperanza.

                      - Siento lo que os dije anteriormente. Ahora veo que de verdad le amáis por encima de todas las cosas. Ojala puedas perdonarme por todas esas cosas terribles que os dije.
                      - No importa. .
                      - Gracias a ti ahora veo con total claridad.
                      - No es verdad … - Contestó Aisha sonrojándose un poco ante aquella situación tan embarazosa.

                      Lehahiah sonrió, le dio un beso en la frente y girándose, empezó a caminar lentamente.

                      - ¿Dónde vais?
                      - A buscar mi vida. No temas, volverás a ver a Driangor, te lo prometo. – Y pronunciando aquello, desapareció entre la oscuridad del bosque.

                      Fin Parte XI

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                      • #56
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                        • #57
                          y????? toy esperando, daleeeeeeee.
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                          • #58
                            no podes cortar aca estas loco?? jejejej segui!!!!!!!!!!!!!!!!!

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                            • #59
                              Los Ojos de la Inocencia

                              Capitulo VI
                              "Creer En Un Pensamiento, Negar Un Sentimiento"

                              Parte I


                              “Aisha” era lo único que repetía Driangor en su mente mientras estaba encerrado en la Gruta de la Desesperación. La luz no llegaba hasta el interior de su prisión y no se podía escuchar sonido alguno procedente del exterior. Pero eso a él no le importaba, debido a que aún sin ver y oír, con sus sentidos embotados, en su mente, todo era diferente. En ella podía contemplar el rostro de su amor, disfrutar de su presencia y escuchar aquella voz por la cual suspiraba.

                              Gracias a esta forma de evasión, su encierro no era tan terrible como parecía, pero aquella, era sólo una absurda creencia para intentar superar la sensación de soledad y tristeza que reinaba en su corazón. Sentía como si cada momento que pasaba en aquel lugar, la llama de su vida se apagaba lentamente. Por mucho que pensara en Aisha, en todo lo que ella era para él, sólo conseguía que aquel fuego vital resistiera un tiempo más la llegada de su último resplandor. Pero al menos, con aquellos pensamientos, prolongando una agonía terrible, sentía que no estaba solo.

                              No sabía el tiempo que llevaba sumido en aquellas tinieblas, el paso del tiempo era imperceptible, pero cada segundo que pasaba, sentía como si fuera una eternidad. La verdadera tortura no era ese lugar, ni siquiera el mismísimo infierno le asustaba, pues su auténtico pavor, era estar separado de su razón para vivir y del miedo que tenía de que su hermana al final hubiese cumplido las órdenes que le había ordenado su padre. No podía imaginar como sería el volver a verla y poder apreciar en sus ojos un vacío completo, sin ningún indicio de recuerdo de lo sucedido. Sólo la simple idea de un reencuentro así, destrozaría su alma. No quería esperar a que aquello sucediera, debía salir de allí, pero…¿Cómo?.

                              Toda su especie le odiaba, su mejor amiga se sentía defraudada, su padre había renegado de su propia sangre y su hermana le había dado la espalda como si de un extraño se tratara. Había perdido todo lo que había sido hasta ahora por el afecto y el cariño de una humana, y aunque para algunos, su pérdida era mucho mayor que lo que había obtenido, él pensaba que sólo desde el momento en que la conoció, su vida empezó a tener un sentido y un valor. Él no era nada, pero ella lo era todo.

                              Intentó varias veces encontrar una salida inútilmente, pero sin ninguna fuente de luz, sumido en aquella fría oscuridad, era imposible encontrar una posible ruta de escape. Todos sus sentidos, exceptuando el del tacto, no servían en aquel momento. Así que intentando guiarse por sus manos, palpo cada rincón sin conseguir nada.

                              Era una prisión perfecta, donde no sólo no se podía salir, sino que además, al no poder sentir nada, uno estaba preso de sus propios recuerdos y sentimientos, con lo que todo ello unido, hacía aquella estancia, una verdadera “agonía”.

                              Intentó gritar con la esperanza de que alguien pudiera ayudarle sin conseguir nada, era como si la “oscuridad” se tragara sus palabras. Aunque pensaba que estaba vivo, la idea de que en realidad estaba muerto empezó a circular por su mente.

                              “Quizás este sea el final para mí, lo siento Aisha, ojala puedas perdonarme por no estar allí” se dijo entre lágrimas de desesperanza mientras notaba como sus ganas de vivir iban desapareciendo lentamente a causa su alma incompleta.

                              - Incluso tú también puedes desmoronarte por lo que veo Driangor.

                              El dragón levantó la cabeza con un gesto desamparado e incrédulo, pues, aunque la voz que había escuchado no era la suya, pensó que la locura había empezado a invadir su mente.

                              Miró a su alrededor intentando fijarse en algo, poder apreciar cualquier cosa que no fuera la noche que allí reinaba, pero no consiguió descubrir a nada ni nadie. Y por primera vez desde que entró, sonrió ligeramente.

                              - Me estoy volviendo loco… - Se lamentó.
                              - No – Volvió a hablar la voz extraña. – Sólo has olvidado tus propias raíces.
                              - ¿Quién eres?
                              - ¿Tan desorientado estas que te has olvidado de mi? – Contestó a la vez que una pequeña chispa de luz aparecía delante de él.

                              Como si de una diosa se tratase, Driangor vio el rostro de Sarath aparecer detrás de unos grandes barrotes. Su mirada seguía siendo como la última vez que la vio, fría y seria. Parecía haber desaparecido para siempre el rostro de aquella amiga con la cual había pasado tan buenos momentos.

                              - ¿Por qué has venido hasta aquí?
                              - He venido para ayudarte.
                              - No necesito tu ayuda ni la de nadie – Gruñó agarrando las barras de hierro de la puerta con gran fuerza en gesto de enfado. Estaba seguro de que volverían a intentar convencerle de su equivocada elección - ¡Déjame, no quiero ver..! – Intentó gritar cuando Sarath le dio una bofetada con gran fuerza, dejando sorprendido a Driangor.
                              - ¡Idiota!

                              El dragón se llevó la mano al rostro y acariciando su mejilla dolorida la miró incrédulamente, percatándose en ese momento como, en sus ojos, empezaban a formarse unas pequeñas lágrimas. No sabía que decir o que hacer, nunca antes le había tratado así. Desde que la conocía, el trato entre ambos había sido como hermanos, sin discutir, y sin enfadarse. Él siempre la estaba protegiendo y cuidando de ella. La quería, y no soportaría que le ocurriera nada malo. Pero ahora no era así, y agachó la cabeza en señal de arrepentimiento.

                              - Lo siento Sarath. Perdona mi comportamiento. Pero es que tengo miedo por todo lo que está sucediendo. No sé que es lo que está ocurriendo fuera, ni si Aisha se encuentra bien en estos momentos. Ojala estuviera con ella ahora mismo.

                              Sarath se llevó una mano al pecho, sentía como si unas pequeñas agujas se clavaran en él. Amaba a Driangor desde que le conoció, pero nunca había tenido el valor de decirle la verdad. Pensaba que si le declaraba sus sentimientos, su relación podría distanciarse en caso de que él no sintiera lo mismo. Así que se limitó a seguir amándolo en silencio, esperando que en un futuro, él sintiera algo más por ella, que no fuera una simple amistad. Creía que si tenía esperanzas en que sucediera aquello que deseaba, podría afrontar ese dolor, pero no pudo. Cada día que le veía sentía como si fuera la última vez, haciendo que su amor fuera aún más fuerte.

                              Su corazón lloraba, su alma se ahogaba. Era todo lo que sentía en ese momento. Él ya había elegido a una persona, y no era ella. Pero aunque se sentía triste por ello, también le odiaba. Se enamoró de una humana, un ser inferior a los ojos de su especie, pero no a los de Driangor.

                              - ¿Qué tiene ella?

                              Fin Parte I


                              p.D: Perdonad la tardanza, pero es que estaba de vacaciones y no tenía Internet allí. Pero no pasa nada xD, pues vengo con varios capitulos completos bajo el brazo (la cantidad de tiempo que uno tiene, cuando no hace nada xD)

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                              • #60
                                Muy buena historia, hay mucho amor en ella. Espero los próximos capítulos pronto, pero no tanto porque el tomarse un tiempo siempre es bueno.

                                Seguí así
                                “No hay nada más obnubilante que la verdad” Grande Rene Lavand!!

                                ¿Querés Rol? Tomá

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