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Los Ojos de la Inocencia

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  • Los Ojos de la Inocencia

    Capitulo I

    "Era de noche en la aldea llamada Theran. Allí, en una pequeña casa que se encontraba a las afueras del pueblo, Aisha, una chica joven de 14 años le preguntó a su padre:

    -Padre, ¿Puedo haceros una pregunta? -.
    -Es muy tarde hija mía, deberíais estar acostada -.
    -Lo sé padre, pero sólo será una pregunta, luego os prometo que me iré a dormir-.
    -De acuerdo, puedes preguntarme lo que quieras pequeña -. Le dijo su padre mientras le hacía un gesto para que se sentara cerca del fuego.
    -¿Alguna vez has visto a un dragón? -.

    Su padre se quedó perplejo ante esa pregunta y mirando a su hija con cierta preocupación le preguntó:

    -¿Por qué me hacéis esa pregunta?-.

    Aisha dirigió sus ojos al fuego de la chimenea, y mientras veía como se quemaba lentamente la madera, y su luz se reflejaba en sus ojos, le dijo:

    -He oído bastantes historias acerca de ellos, de lo terribles que son, de su crueldad y su sed de sangre, pero aún oyendo esas historias, no consigo tener una imagen de como pueden ser -.
    -Los dragones, querida hija son unos seres monstruosos, más grandes que cualquier casa, su piel es tan dura como la más fuerte de las armaduras, y sus garras son capaces de cortar el mismo acero. Han destruido decenas de pueblos solamente para satisfacer sus instintos animales -.
    -¿Son todos malos?-.
    -Si, no existe ningún dragón bueno, y ahora pequeña debes ir a dormir, mañana has de ayudar a tu madre con el cultivo-.
    -De acuerdo, muchas gracias padre -.

    Aisha se despidió de su padre y se fue a su habitación. Aunque cerró los ojos para intentar dormir, no podía, en su interior, no creía que unos seres a los que describían tan magníficos, fueran a su vez tan terribles.

    Pasaron un par de horas, y aunque sus padres ya estaban dormidos, ella, aún seguía despierta, cuando un extraño ruido le llamó la atención. El sonido era como una especie de aleteo, y cuando se asomó a la ventana vio como una figura grande se adentraba en el bosque que se encontraba cerca de su casa.

    Sin pensárselo dos veces, se vistió rápidamente y sin hacer ruido para despertar a sus padres, salió de su casa hacia el bosque. Se adentró en él y guiándose por los extraños sonidos, llegó hasta un pequeño lago, en donde pudo ver a una criatura majestuosa que se encontraba allí bebiendo. Era una criatura bastante grande, y la luz de la luna, que se reflejaba en sus escamas, hacía que tuviese un aspecto casi divino.

    No se sabe el tiempo que estuvo contemplando a aquella criatura, cuando una voz le despertó de aquella especie de trance.

    -¿Qué estas haciendo aquí? -.

    Aisha miró en todas direcciones, preguntándose de donde procedía aquella voz tan protectora.

    -¿Quién eres?¿Donde estás? -. Preguntó ella un poco asustada.
    -En el lago-.

    Cuando la chica dirigió su mirada de nuevo al lago, vio como aquella criatura la estaba mirando fijamente, se asustó un poco y dio unos pasas hacia atrás.

    -No temas, no voy a hacerte daño -.
    -¿Puedes hablar? Es decir, como puedo oírte si no has abierto la boca -.
    -No todo el mundo se comunica como vosotros los humanos, algunos seres como nosotros podemos hablar con la mente-.
    -¿Seres? ¿que tipo de ser eres tú? -.
    -Soy un dragón-.
    -¿Un dragón? -.

    La joven se quedó muy sorprendida, y en aquel momento recordó todo lo que su padre le había dicho sobre los dragones, su ansia de sangre, su crueldad. Pero aquel ser, no despedía ninguna de aquellas sensaciones, y su voz, producía un sentimiento de calma en ella. Aisha se acercó al lago y se sentó cerca del dragón.

    -Perdona mi sorpresa, pero es que mi padre me ha dicho cosas terribles sobre vosotros -.
    -Lo sé, desde hace siglos los humanos nos habéis considerado bestias primitivas que dedican todo su tiempo a destruir todo lo que hay a nuestro alrededor-.
    -Perdona, yo nunca diría eso de vosotros, me gustaría conoceros, saber como sois verdaderamente-.
    -Es raro ver que un humano no huye en cuanto nos ve y más raro aún el que quiera saber cosas sobre nosotros. Eres una humana muy valiente, de acuerdo que te gustaría saber-.
    -En primer lugar vuestro nombre y luego quiero me cuentes algo sobre tu o los tuyos -.
    -Mi nombre es Driangor y pertenezco a una antiquísima familia de dragones, antiguamente éramos cientos, y volábamos libremente por el cielo-.
    -¿Qué ocurrió? -.
    -Los humanos nos consideraron una amenaza para su progreso y nos estuvieron cazando como a animales, a pesar de no les hicimos nada. Por culpa de esas cacerías, ahora solo quedamos unos pocos -.
    -Lo siento mucho -.
    -Tú no tienes la culpa, tu eres especial-.
    -Gracias-.
    -Hace ya tiempo que los humanos han empezado a dejarnos, principalmente por que piensan que ya casi han acabado con nosotros -.
    -Pero si dijiste que aún quedabais unos cuantos, ¿cómo conseguís pasar inadvertidos?-.

    El dragón se le quedó mirando unos instantes y luego empezó a brillar intensamente. Aisha tuvo que apartar la mirada debido a la intensidad de aquella luz. Cuando aquel brillo desapareció, en el lugar donde antes había un dragón, se encontraba un joven muy hermoso de cabellos largos y rubios, sus ojos azules inspiraban tranquilidad y sus ropas eran las de un pobre granjero.

    -¿Eres tu Driangor?-.
    -Si, lo soy. Este es el aspecto que tengo cuando quiero pasar inadvertido ante las miradas de los humanos-.

    La chica sonrió y se quedó mirando fijamente a Driangor. El dragón al notar la mirada de Aisha se sonrojó un poco y desvió la suya hacia el suelo.

    -¿Por que te ríes?-.
    -¿Nadie te ha dicho lo guapo que eres como humano?-.

    El muchacho sonrió un poco y se tumbó en una roca mirando el cielo estrellado."

    Fin del Capitulo I

  • #2
    Re: Los Ojos de la Inocencia

    Capitulo II

    "-¿Sabes? Nunca he hablado con los humanos -.
    -¿Nunca?-.
    -No, es imposible mantener una conversación con alguien que sólo te ve como una bestia enloquecida y sangrienta. Es una de las cualidades humanas, juzgar a algo o a alguien por su apariencia, sin importar lo que haya en su interior. En cierto modo, un ciego ve mucho más que uno que tenga la facultad de mirar, porque ésa persona invidente, puede ver las cosas con el corazón, y ése, es el ojo que nunca falla.-.

    Aisha agachó la cabeza, sabía que todo lo que decía Driangor era cierto.

    El dragón se incorporó acercándose a la chica, acarició suavemente su mejilla y luego levantó su cara, la miró a los ojos y le dijo:

    -Tu posees el don de la visión Aisha. Ves con el corazón y miras con los ojos. No debes sentirte culpable por los defectos de las otras personas, eres especial -.

    La chica se sonrojó y apartó la mirada de aquellos ojos esmeralda.

    -Yo no soy especial, soy igual que cualquier ser humano-.
    -Quizás, pero no huiste al verme, incluso, te acercaste para hablar conmigo, mientras que cualquier otra persona hubiera huido despavorida-.

    El sol empezaba a asomarse iluminando lentamente el bosque. La joven, cuando se percató de que estaba amaneciendo, sintió una gran tristeza y le dijo al dragón:

    -Lo siento, he de irme. Si mi padre descubre que he estado en el bosque toda la noche y más con alguien como tú, nunca me creería y seguramente jamás me dejaría volver a este lugar-.
    -Antes de irte, me gustaría entregarte un pequeño obsequio, como muestra de agradecimiento, por que gracias a ti, me has hecho ver que existen personas con las que se puede hablar, e incluso…-.

    Driangor se quedó mirándola sin terminar la frase, luego, observando el lago, hizo un gesto con la mano y de él salió una pequeña piedra preciosa de color azul gélido. La cogió y acercándola hacia su boca, sopló suavemente. Cuando abrió su mano, Aisha vio como aquella gema, se encontraba engarzada en un colgante precioso de oro blanco que brillaba como el agua a la luz de la luna llena. El dragón se lo colocó en el cuello y luego le dio un beso en la frente.

    La chica se despertó en su cama, y observó como los rayos del sol empezaban a entrar en su ventana. Pensó que todo había sido un sueño, pero cuando llevó la mano a su cuello, notó como en él, se encontraba aquella joya, y apretándola con fuerza, deseó poder ver de nuevo a aquel ser divino."

    Fin Capitulo II

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    • #3
      Re: Los Ojos de la Inocencia

      Capitulo III

      Había pasado más de 1 año y medio desde que Aisha vio a Driangor. Un tiempo, que a ella le pasó muy lentamente, tanto, que tuvo la impresión de haber vivido más de una vida. Cada noche, antes de acostarse, se acercaba a la ventana a contemplar el inmenso cielo, con la esperanza de volver a verler. Alguna vez pensó que aquella noche, había sido un sueño, y era entonces cuando bajaba la mirada a su cuello, y contemplaba la joya que él le regaló, era entonces en ese momento, cuando la sombra de la duda desaparecía instantáneamente.

      Aisha ya tenía 15 años, y el siguiente mes, cumpliría los 16, momento que ella no quería que llegase, pues justo en ese momento, tendría que casarse con Norcen, un joven noble. Aquel matrimonio de conveniencia, había sido acordado hacía poco más de 6 meses por fuerza mayor, pues si ella o sus padres se negaban a aceptar esa petición, no sólo todas sus tierras serían expropiadas, sino que además, los padres de Aisha, serían encarcelados. Cierto era que él no tenía ningún derecho de hacer eso, pero su posición le otorgaba el poder para hacer cuanto quisiera, sin que nadie pudiera hacer nada por evitarlo salvo el rey, pero ellos sabían, que su majestad no dudaría de la palabra de un noble.

      Se sentía atrapada, sin saber que hacer. En algún momento, pensó en quitarse la vida, para no vivir esa vida triste y vacía que le esperaba, pero llegado el momento, no podía hacerlo, pues pensaba en sus padres y entonces, lo único que podía hacer, era llorar desconsoladamente.

      Cada día esperaba que llegara la noche para asomarse nuevamente a la ventana con la esperanza de volver a ver a su amigo de nuevo. Rezaba cada mañana, tarde y noche, para que ese momento llegase, pero parecía que sus oraciones no eran respondidas. A veces, se acercaba al lago de aquella noche, confiando en que él estuviera allí, pero nunca le volvió a ver.

      Aquella noche, no iba a ser una excepción, y aunque sabía que era inútil, se dirigió hacia el lago. Cuando llegó, vio lo mismo de siempre, aquel lugar vacío y en silencio. Miro la superficie del lago. Viendo la luna reflejada sobre la superficie del agua, se acercó lentamente y se sentó junto a la orilla contemplando su reflejo. Lo único que Aisha veía sobre ese espejo natural, era a una joven triste y sola, que había asumido su pronta muerte en espíritu. Sin poder evitarlo, las lágrimas empezaron a brotar de sus mejillas, deslizándose lentamente por su rostro, hasta caer en el agua, enturbiando su reflejo. Mientras seguía llorando, el viento empezó a soplar con fuerza moviendo las hojas de los árboles, Aisha se secó las lágrimas y volvió a mirar al lago, y vio sorprendida, como en el agua, se reflejaba dos figuras opacas a causa de las turbaciones producidas por el viento. Se giró rápidamente para ver quien estaba junto a ella, y no vio a nadie, incrédula, volvió a observar la superficie del lago quedando muy sorprendida. Sabía que estaba sola, pero allí, contemplaba la imagen no sólo de ella, sino también la de Driangor en forma humana a su lado sonriéndole.

      Acercó lentamente la mano y acarició con suavidad el reflejo de éste. La imagen desapareció de pronto para desesperación de Aisha, que rompió a llorar nuevamente.

      El sonido de su llanto fue apagado por una profunda y dulce voz.

      -“No llores por favor” -.

      La chica abrió los ojos lentamente, y allí sobre la superficie del lago vio a Driangor mirándola con ternura.

      Fin del Capitulo III

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      • #4
        Re: Los Ojos de la Inocencia

        muy buena historia posteate mas capitulos

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        • #5
          Re: Los Ojos de la Inocencia

          Muy buena historia..t felicito la lei toda ^^

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          • #6
            Re: Los Ojos de la Inocencia

            Muy linda historia. Que se apure Driangor o se le casa la nena con otro.
            http://izumi2.elbruto.es

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            • #7
              Re: Los Ojos de la Inocencia

              ayer estube soldando sin usar la mascara me arden los ojos, pero eso no evito q leyera tu historia esta re entretenida, quiero mas capitulosssss, un consejo trata d no repetir varias veces las palabras en u
              na misma oracion o dialogo = esta d 10 tu relato..


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              • #8
                Re: Los Ojos de la Inocencia

                queremos mas capitulos nos e deja una historia asiii xD

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                • #9
                  Re: Los Ojos de la Inocencia

                  Capitulo IV (Parte I)

                  Todo estaba en silencio, no había sonido alguno. Parecía que el tiempo en aquel lugar se hubiera detenido, como si de un sueño se tratara. Al menos era lo que pensaba Aisha, desde el momento que vio a Driangor. No sentía nada más, no pensaba en nadie más. Sólo, en ese momento, lo más importante era él, haciendo que cualquier otra cosa más, fuera una nimiedad.

                  El joven dragón sonrío y empezó a acercarse lentamente a la joven caminando sobre la superficie del agua, con un movimiento tranquilo, como si formara parte de aquel lugar. A cada paso que daba hacia Aisha, un sentimiento no sólo de seguridad, sino también de alegría le empezaba a invadir.

                  Cuando llegó hasta ella, esta no pudo decir nada. No sabía que decirle, había deseado tantas veces poder verle, que ahora que estaba delante de él, no sabía que hacer. Aunque su corazón le decía que él era aquella persona por la cual estuvo todas las noches contemplando el cielo estrellado, en su interior, temía que este fuera otro de sus muchos sueños. Un simple mecanismo de su mente para que su corazón no sufriera por no poder verle. Y como en todas esas ocasiones ficticias, deseaba no volver a despertar, quería quedarse en aquel lago, sin tener que ir a ningún otro lugar.

                  Su mente no paraba de pensar en infinidad de cosas, situaciones y sensaciones cuando sintió una caricia en su mejilla que la liberó de toda preocupación. Levantó los ojos y mirándole, tomó la mano de Driangor y se la acercó más a su cara. Quería sentirla mas cerca, asegurarse de que era real.

                  -Me alegro de volver a verte Aisha -.

                  La joven soltó su mano y empezó a golpear débilmente el pecho de Driangor.

                  -¿Por qué no volviste?¡No sabes cuanto he sufrido!-.

                  El joven dragón la abrazó fuertemente y susurrándole con dulzura al oído, pero con un tono de profundo pesar le dijo:

                  -Siento mucho todo el dolor que te he causado, ojala pudieras perdonarme -.

                  Aisha se quedó por un momento quieta, sin decir y hacer nada, sólo sintiendo el abrazo de Driangor, y sin poder resistirlo, empezó a llorar.

                  No supo el tiempo que permaneció allí, abrazada y llorando. Pero algo le decía, que había estado bastante tiempo, y aún así, Driangor no dijo ni hizo nada, como si pensara, que en aquel momento, lo único y mejor que podía hacer era dejar que llorara, como una muestra no sólo de afecto sino también de sentimiento de culpa.

                  -¿Te encuentras ya mejor?-. Preguntó el dragón, cuando se percató de que Aisha había dejado de llorar.

                  La chica simplemente asintió sin apartar sus ojos de los de él. Aún le quedaban algunas lágrimas en su cara, pero su rostro ya no mostraba dolor, sino felicidad. El joven, acercó su mano a la cara de ella y le retiro las lagrimas de sus mejillas y le volvió a sonreír con ternura. Se separaron y se sentaron mirando hacia el lago.

                  - ¿Por qué has tardado tanto en venir?¿Es que no querías volver a verme?-.
                  - No, nunca digas eso por favor-.
                  - Entonces…¿por qué?-.
                  - Es por la Ley de los Dragones-.
                  - ¿Ley de los Dragones?-.
                  - Sí, antiguamente, en el mundo, había infinidad de hermanos míos surcando los cielos libremente, sin que nadie les molestara… hasta que los humanos llegaron. No sé si fue por envidia de nuestra fuerza y majestuosidad o por la necesidad que poseen la mayoría de ellos de matar todo lo que ven. Hace ya varios milenios de aquella fatídica época, o como nuestro pueblo la llama “La Era la Agonía”. En aquellos tiempos, hubo una guerra entre dragones y humanos según estos, y una necesidad de defenderse según mis hermanos. No sé cuantos de mis hermanos murieron en ese tiempo, pues aún no había nacido, pero lo que sí se, por lo que me han podido contar mi familia, y lo que he conseguido leer en los libros de los humanos, es que nuestra especie fue llevada casi a la extinción. Los pocos que quedamos, como ya te conté la anterior vez, nos escondimos a los humanos de muchas maneras, volando a lugares lejanos e inaccesibles para ellos, ocultándonos en grandes y profundas cuevas o incluso mezclándonos con vosotros. Tenemos varias leyes, pero sólo una principal y casi sagrada, que es la de evitar en todo momento, no sólo que los humanos nos vean en nuestra forma original, sino también la de tener contacto alguno con cualquiera de ellos-.
                  -¿Cómo supieron lo de aquel día?-.
                  - Mi padre, el líder de nuestro clan, puede leer el pensamiento de cualquier ser, y más fácilmente el de sus hijos. Cuando supo lo que había hecho, no solamente me prohibió volver a verte, sino también me ordenó que borrara de tu mente todo lo que había pasado aquella noche, pero al negarme a hacerlo, me encerró en una cueva como castigo por haber roto la primera y mas sagrada de nuestras leyes y así, evitar también que pudiera volver a verte-.

                  Fin Parte I

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                  • #10
                    Re: Los Ojos de la Inocencia

                    quiero mas capitulos
                    como va a reaccionar el padre de Driangor cuando vuelva a leer su mente y sepa q estubo d nuevo con Aisha?, dame un adelanto xD


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                    • #11
                      Re: Los Ojos de la Inocencia

                      Bueno el capítulo IV lo estaba por leer pero ya no me queda tiempo prometo leerla cuando pueda haces relatos muy buenos te felicito.

                      http://foros.comunidadzero.com/venta..._enchants.html

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                      • #12
                        Re: Los Ojos de la Inocencia

                        Ahora sí la leí está muy buena!

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                        • #13
                          Re: Los Ojos de la Inocencia

                          quero mas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!, me queda mucha intriga, termina el cuentiro tan lindo q estas escribiendo
                          RICKUM
                          Adventurer
                          Phantom Ranger

                          Clan:HellRebornn Ally: Infinity

                          No sere el mejor, pero para vos es suficiente

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                          • #14
                            Re: Los Ojos de la Inocencia

                            Interesante historia, carísimo Eternity. Apetezco, muy aparte de la necesidad de soñar que nos caracteriza, la continuación de tu fantasía.

                            "No está mal ser mi dueño otra vez, ni temer que el río sangre y calme....al contarle mis plegarias" - Zona de Promesas (Soda)

                            Prometo leerte con inacabable curiosidad.

                            Saludos. Elder, terror de los monstruos del laberinto, tempestad invernal. Mi escudo siempre delante tuyo.

                            "Se bucear...en silencio" - Zona de Promesas (Soda)

                            Comment


                            • #15
                              Re: Los Ojos de la Inocencia

                              Capitulo IV (Parte II)

                              Aisha agachó la cabeza con gesto de arrepentimiento. Un sentimiento de culpabilidad empezó a extenderse por todo su cuerpo. Todo era culpa suya, todo el sufrimiento que había pasado Driangor, su reclusión en la cueva, y el enfrentamiento contra su padre fueron a causa del encuentro con ella en el bosque. Y aún así, después de todo lo sucedido, él estaba ahí, como si nada hubiera pasado, la mirada del joven dragón, sus gestos, y su forma de hablar, no indicaban en ningún momento odio o rencor hacia ella, ya que sólo se podía apreciar una cosa, cariño, y eso, era lo que no entendía.

                              - ¿Por qué estas aquí? -.

                              Driangor miró sorprendido a Aisha, aquella pregunta tenía un tono frío, una expresión no de duda, sino de rencor.

                              - No te entiendo, ¿qué quieres decir? -.
                              - Me hablas como si todo lo que ha pasado en este tiempo fuera una tontería, pero no es así. Desde nuestro encuentro... cuando nos vimos por primera vez fue el comienzo de tu castigo. No puedo imaginarme lo que has sufrido, y aún después de lo ocurrido por mi culpa, sigues tratándome bien como si lo pasado hubiera sido una pesadilla-.
                              - ¿Por qué voy a enfadarme o a mostrarme distante con la única persona que se ha acercado a hablarme? -.
                              - Ojalá no nos hubiéramos conocido aquel día -.
                              - No digas eso, en toda mi vida me he arrepentido de muchas cosas que hice, no podría enumerarlas pues son demasiadas. Pero el haberte conocido.... es una de las cosas de las que doy gracias cada día desde nuestro encuentro. Volvería a repetir lo mismo una y otra vez, sin dudarlo por un instante -.

                              La chica no dijo nada, ante las palabras de Driangor, pues no sabía que decir. Ante sus ojos se encontraba una persona que aún habiendo sufrido por conocerla, volvería a hacer lo mismo. “¿Por qué él?” Fue una de las muchas preguntas que se le pasaron por su mente en aquel momento.

                              - ¿Te arrepientes tu de haberme conocido? -.
                              - Mentiría si dijera que si.....¡jamás!, gracias a ti, he aprendido muchas cosas y he descubierto otras. Agradezco de todo corazón el haber salido aquella noche y dirigirme al bosque. Creo que ha sido lo mejor que me ha pasado en toda mi vida -. Dijo mientras lentamente inclinaba su cabeza sobre el hombro de Driangor.

                              Se quedaron un tiempo contemplando la belleza del lago a la luz de la luna, recordando ambos el día de su encuentro. Todo era perfecto, aquel paisaje, el ambiente, parecía uno de los muchos sueños que Aisha había tenido. Pero en esta ocasión sabía que era real, que ambos estaban juntos ahí, y deseo con todas sus fuerzas que en aquel momento el tiempo se detuviera para siempre, que nunca acabara esa noche ni aquella escena.

                              No volvieron a hablar, pues no hacía falta, sentían como si al decir algo, rompieran la magia que existía en ese preciso momento. Por lo que prefirieron disfrutar del momento todo el tiempo posible. Pero nada es eterno y un tiempo después, demasiado rápido para ellos, unos rayos de luz anunciaban el pronto amanecer.

                              - Es una pena, es triste ver que cuando deseas una cosa no ocurre, y cuando esperas que otras nunca pasen, siempre suceden -. Dijo Aisha tristemente mientras levantaba la mirada hacia Driangor.
                              - Si, pero al menos ahora tenemos la posibilidad de hacer que ese momento que buscamos vuelva a suceder -.
                              - Sé que debo irme ya, pero no quiero, tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo que la otra vez -.
                              - Tranquila, no debes preocuparte pues te prometo volver esta noche de nuevo -.

                              Los dos se miraron fijamente y sonrieron. Pasaron un pequeño tiempo más sentados contemplando como el sol empezaba a salir lentamente e iluminaba con una tenue luz todo el lago.

                              - He de irme ahora Driangor, por desgracia el tiempo sigue adelante aunque uno no lo desee, no por miedo a la muerte, sino por deseo de que algo bueno, siga existiendo y se pueda seguir disfrutando de ello para siempre. Al menos me alegra saber que te volveré a ver esta noche -.

                              La joven se levantó lentamente, aprovechando cada efímero momento que pudiera, intentando alargar de cualquier forma aquella despedida. Sabía en su corazón que solo era temporal, que aquella misma noche lo volvería a ver, pero había pasado tanto tiempo deseando aquel reencuentro que se negaba a que terminara tan pronto. Pero aún tubo tiempo para una ultima mirada empapada en lagrimas, no de tristeza, sino de felicidad, de alegría por que por fin sus deseos se habían cumplido. Luego, se alejó lentamente sin volverse atrás, pues tenía miedo de darse la vuelta y contemplar que todo aquello había sido solo una ilusión.

                              Driangor se quedo contemplando como la figura de Aisha desaparecía lentamente en el bosque.

                              - Es bastante guapa para ser humana, ¿no crees Driangor?-.

                              Fin Parte II

                              p.d: Siento mucho la tardanza. Espero que os guste este nuevo capitulo. Muchas gracias a todos por los animos para que siga escribiendo

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