(Version Rolera de la primera prueba del Torneo de Conquistadores, disfruten!! :P)
" Siete bellas y poderosas princesas estaban buscando un consorte con quien compartir sus reinos. Habian organizado un concurso entre todos los hombres del continente para escoger a aquel que derritiese su corazon con unas pocas palabras y un regalo"
El aviso llego a oidos del guerrero, quien, con un rapido gesto de su espada acabo con el ultimo de sus adversarios. El concurso se celebraria en el coliseo de la ciudad de Aden... un largo camino desde las frias y sanguinarias tierras de Goddard, antaño el reino del que él mismo fuese caballero, antes de que su señor se viera ignominiosamente destronado.
Envaino sus dos espadas y emprendio el camino, pensando en la elfa oscura de la que estaba enamorado pero que se había perdido en un largo largo viaje… quién sabe si volvería a verla alguna vez. Intentó dejar atrás el pasado, pensar en el futuro que debía plantearse, se centró en el concurso de tal modo que no reparó en los peligrosos azares que el viaje conllevaba.
El coliseo estaba repleto de gente; desde guerreros y magos que probaban sus habilidades, incluso algunos amigos del recien llegado, a los tipicos vendedores, y por supuesto, apartados fuera del edificio, los participantes y las princesas que convocaran el evento.
Ciertamente eran siete hermosas damas, una enana, una elfa oscura, alguna humana y varias elfas blancas, todas ellas sentadas y aguardando las atenciones de los participantes. Con ellas estaba su ujier y coordinador del concurso, un elfo oscuro vestido con armadura pesada, como si esperara que fuese a surgir cualquier imprevisto; ¿los concursantes? Varones de todas las razas y edades, barbilindos y piestiernos, misticos, bibliotecarios, guerreros , aventureros y poetas. Entre los pretendientes encontro a varios enemigos a los que no veia desde el campo de batalla. Habian llegado alli con la misma intencion que el, y no era el momento de abrir hostilidades. Incluso había un orco que no paraba de gritar y amenazar al resto de participantes, como provocandolos a una pelea sangrienta.
-Disculpe, caballero, ¿deseais participar en el concurso? –pregunto el ujier, mirando al guerrero de arriba abajo, sus botas cubiertas de barro, la armadura mellada y salpicada de sangre y las dos espadas envainadas pero prestas a cumplir su terrible funcion.
-Así, es, señor-respondió el guerrero – ¿sois vos quien me apuntará?
-Sí, guerrero. ¿Vuestro nombre?
-Pulverizador
-¿Pulverizador? – se sorpendio el ujier-. Nadie se llama…
-Hace muchos años que se me conoce por ese nombre. El que me pusieran mis padres cuando naci ha desaparecido con el paso de los años.
-Muy bien entonces, señor Pulverizador. ¿Conoceis las reglas?
-A grandes rasgos.
-Bien, os explico: los pretendientes pasaran por turnos, tocandole una princesa a cada uno, al azar. Debereis conquistarla simplemente con una dedicatoria y un regalo. Luego, la princesa os puntuara debidamente
-Como si fueramos caballos… -murmuro el guerrero.
Un rato después, mientras esperaba su turno, una voz se dejó oir al oído del guerrero…
-¿Sabes, Pulve? Tengo el regalo adecuado para ganar.
Pulverizador se dio la vuelta, contemplando a quien le habia hablado.-¡Talin! –saludo a su compañero de armas y uno de sus mejores amigos, un mago elfo de renombre en todo Aden -¿Has venido a concursar tu tambien? –El guerrero barrió el escenario con el brazo, señalando toda la parafernalia. Sus ojos se cruzaron por un momento con los de una guerrera elfa, vestida con un lujoso atavío de combate. Ella apenas le hizo caso, volviendo enseguida la mirada a su pretendiente en ese momento.
-No, yo no podria pronunciar palabras que no siento, no como la mayoria de aquí… pero si te puedo ofrecer un regalo que te acercara a tu objetivo.
Sin mas palabras, el elfo rebuscó en su bolsa y sacó dos cajitas de cristal.
-Dos cristales musicales, algo mucho más cálido que las piedras y los anillos. Son tuyos – susurró
-Gracias, amigo – fue cuanto pudo decir el guerrero, conmovido.
-¿Y la dedicatoria que vas a hacer a la dama?
-Aun no la tengo muy pensada… solo esto –el guerrero musito al oido del mago las palabras que habia preparado por el camino. La cara del mistico al acabar, hablaba por si sola.
-Eso es todo¿? Impreciso, c**** y ambiguo. Trabájalo más. Yo me tengo que ir, me están esperando – con estas palabras, el elfo invocó sus poderes y desapareció del coliseo.
Transcurrió el tiempo mientras el guerrero meditaba sobre las palabras que debia decir… el resto de los participantes iban pasando, cada uno diciendo una versión distinta de lo mismo “igual que haré yo” – pensó pulverizador – “somos unos pardillos”
Hasta que le llego el turno al orco que había estado montando escándalo. Con un guiño casi imperceptible al guerrero, se acercó a la princesa que le había tocado en gracia. Inclinándose ante ella, comenzó su discurso, con una poderosa voz de trueno y gritando:
-ORCO DECIRTE QUE NO QUERERTE POR TU CARA NI QUERERTE POR TU PLATA, SINO QUERERTE POR EL AGUJERITO QUE TENES ENTRE LAS PATAS.
Cuando la conmoción ante estas palabras cesó, la gente reaccionó de dos formas: bien estallando en carcajadas y vitoreando al orco, o bien abucheandolo. Impasible, él continuó:
-TUS OJOS SER COMO DOS VELAS QUE ILUMINAN MI CAMINO ANOCHE TU CERRARLOS Y HACERME MIERD* CONTRA UN PINO.
En ese momento, se inclinó ante la princesa para hacerle su presente… nadie sabe lo que le ofreció. Fue rápidamente despedido, si bien aun pronuncio unas ultimas palabras antes de abandonar la zona…
-ORCO REGALAR CONCH*, ORCO RECLAMAR CONCH*
-¡El participante Pulverizador, que avance! – la voz del ujier se dejó oir en toda la zona.
Caminando entre los ya alborotados aspirantes, Pulverizador si situó en su posición . El gentío y el alboroto de los futuros candidatos era tal que se vio obligado a hacer amago de desenfundar sus dos espadas, recordandoles a los pisaverdes y aventureros de pega que entre ellos tambien habia luchadores de verdad y que, no por hacer mas ruido eras mejor que los demas. Hecho esto, se presentó a las princesas. Una de ellas, la elfa ataviada como una guerrera a la que mirara antes, avanzó hacia el.
-La princesa designada es Sianara, concursante – Anunció el ujier –Suerte y no hagais el ridí**** – finalizó en voz baja.
En ese momento, Pulverizador recordó que había visto a esa princesa antes… como compañera de armas de unos antiguos enemigos
“vaya vaya, esto si que es interesante” – fue cuanto pudo pensar. Luego, consciente de dónde se hallaba y de que era un guerrero embrutecido en el combate, su faz se empezó a teñir de rojo.
-buenas noches, Pulverizador – lo saludó la princesa.
-Salve, noble Sianara – tartamudeó el guerrero – Habia… Habia compuesto unos versos, pero ante tus ojos se me han olvidado… tendre que improvisar.
Alzando la mirada a las estrellas, el guerrero comenzó a recitar, olvidando sus nervios, la gente alrededor…miró a Sianara a los ojos… todo lo que sentía eran las palabras que pasaban directamente de su corazón a su boca, sin contar con el filtro del cerebro
- En mis ojos la luna, en mi mano, una pluma, trato de plasmar pensamientos acerca de un amor eterno, amor que es paraíso e infierno y me envenena hasta el aliento.
La dama enmudeció. Sin perder tiempo, el guerrero se adelantó, decidido a acabar cuanto antes…
-Mi regalo… Mi regalo son –dijo, mientras mostraba las cajitas de cristal que le había entregado su amigo Talin – pensamientos, momentos grabados en la firme cadencia de las melodías.
-Gracias, Pulverizador. – Pudo decir la princesa, pasados unos momentos, con una mirada pensativa y prometedora.
-Gracias a vos, princesa – respondió Pulverizador – Espero que nuestros caminos se vuelvan a encontrar
-Yo también lo espero, guerrero. Yo también lo espero.
Sin mas palabra, el guerrero se dio media vuelta, separándose de la barahúnda. Sentía una mirada clavada en él, una mirada que lo siguió hasta que se perdió en la dureza de su vida diaria.
(Un dia de estos pondre la continuacion... No os perdais el segundo episodio, Principe Poeta!!)
" Siete bellas y poderosas princesas estaban buscando un consorte con quien compartir sus reinos. Habian organizado un concurso entre todos los hombres del continente para escoger a aquel que derritiese su corazon con unas pocas palabras y un regalo"
El aviso llego a oidos del guerrero, quien, con un rapido gesto de su espada acabo con el ultimo de sus adversarios. El concurso se celebraria en el coliseo de la ciudad de Aden... un largo camino desde las frias y sanguinarias tierras de Goddard, antaño el reino del que él mismo fuese caballero, antes de que su señor se viera ignominiosamente destronado.
Envaino sus dos espadas y emprendio el camino, pensando en la elfa oscura de la que estaba enamorado pero que se había perdido en un largo largo viaje… quién sabe si volvería a verla alguna vez. Intentó dejar atrás el pasado, pensar en el futuro que debía plantearse, se centró en el concurso de tal modo que no reparó en los peligrosos azares que el viaje conllevaba.
El coliseo estaba repleto de gente; desde guerreros y magos que probaban sus habilidades, incluso algunos amigos del recien llegado, a los tipicos vendedores, y por supuesto, apartados fuera del edificio, los participantes y las princesas que convocaran el evento.
Ciertamente eran siete hermosas damas, una enana, una elfa oscura, alguna humana y varias elfas blancas, todas ellas sentadas y aguardando las atenciones de los participantes. Con ellas estaba su ujier y coordinador del concurso, un elfo oscuro vestido con armadura pesada, como si esperara que fuese a surgir cualquier imprevisto; ¿los concursantes? Varones de todas las razas y edades, barbilindos y piestiernos, misticos, bibliotecarios, guerreros , aventureros y poetas. Entre los pretendientes encontro a varios enemigos a los que no veia desde el campo de batalla. Habian llegado alli con la misma intencion que el, y no era el momento de abrir hostilidades. Incluso había un orco que no paraba de gritar y amenazar al resto de participantes, como provocandolos a una pelea sangrienta.
-Disculpe, caballero, ¿deseais participar en el concurso? –pregunto el ujier, mirando al guerrero de arriba abajo, sus botas cubiertas de barro, la armadura mellada y salpicada de sangre y las dos espadas envainadas pero prestas a cumplir su terrible funcion.
-Así, es, señor-respondió el guerrero – ¿sois vos quien me apuntará?
-Sí, guerrero. ¿Vuestro nombre?
-Pulverizador
-¿Pulverizador? – se sorpendio el ujier-. Nadie se llama…
-Hace muchos años que se me conoce por ese nombre. El que me pusieran mis padres cuando naci ha desaparecido con el paso de los años.
-Muy bien entonces, señor Pulverizador. ¿Conoceis las reglas?
-A grandes rasgos.
-Bien, os explico: los pretendientes pasaran por turnos, tocandole una princesa a cada uno, al azar. Debereis conquistarla simplemente con una dedicatoria y un regalo. Luego, la princesa os puntuara debidamente
-Como si fueramos caballos… -murmuro el guerrero.
Un rato después, mientras esperaba su turno, una voz se dejó oir al oído del guerrero…
-¿Sabes, Pulve? Tengo el regalo adecuado para ganar.
Pulverizador se dio la vuelta, contemplando a quien le habia hablado.-¡Talin! –saludo a su compañero de armas y uno de sus mejores amigos, un mago elfo de renombre en todo Aden -¿Has venido a concursar tu tambien? –El guerrero barrió el escenario con el brazo, señalando toda la parafernalia. Sus ojos se cruzaron por un momento con los de una guerrera elfa, vestida con un lujoso atavío de combate. Ella apenas le hizo caso, volviendo enseguida la mirada a su pretendiente en ese momento.
-No, yo no podria pronunciar palabras que no siento, no como la mayoria de aquí… pero si te puedo ofrecer un regalo que te acercara a tu objetivo.
Sin mas palabras, el elfo rebuscó en su bolsa y sacó dos cajitas de cristal.
-Dos cristales musicales, algo mucho más cálido que las piedras y los anillos. Son tuyos – susurró
-Gracias, amigo – fue cuanto pudo decir el guerrero, conmovido.
-¿Y la dedicatoria que vas a hacer a la dama?
-Aun no la tengo muy pensada… solo esto –el guerrero musito al oido del mago las palabras que habia preparado por el camino. La cara del mistico al acabar, hablaba por si sola.
-Eso es todo¿? Impreciso, c**** y ambiguo. Trabájalo más. Yo me tengo que ir, me están esperando – con estas palabras, el elfo invocó sus poderes y desapareció del coliseo.
Transcurrió el tiempo mientras el guerrero meditaba sobre las palabras que debia decir… el resto de los participantes iban pasando, cada uno diciendo una versión distinta de lo mismo “igual que haré yo” – pensó pulverizador – “somos unos pardillos”
Hasta que le llego el turno al orco que había estado montando escándalo. Con un guiño casi imperceptible al guerrero, se acercó a la princesa que le había tocado en gracia. Inclinándose ante ella, comenzó su discurso, con una poderosa voz de trueno y gritando:
-ORCO DECIRTE QUE NO QUERERTE POR TU CARA NI QUERERTE POR TU PLATA, SINO QUERERTE POR EL AGUJERITO QUE TENES ENTRE LAS PATAS.
Cuando la conmoción ante estas palabras cesó, la gente reaccionó de dos formas: bien estallando en carcajadas y vitoreando al orco, o bien abucheandolo. Impasible, él continuó:
-TUS OJOS SER COMO DOS VELAS QUE ILUMINAN MI CAMINO ANOCHE TU CERRARLOS Y HACERME MIERD* CONTRA UN PINO.
En ese momento, se inclinó ante la princesa para hacerle su presente… nadie sabe lo que le ofreció. Fue rápidamente despedido, si bien aun pronuncio unas ultimas palabras antes de abandonar la zona…
-ORCO REGALAR CONCH*, ORCO RECLAMAR CONCH*
-¡El participante Pulverizador, que avance! – la voz del ujier se dejó oir en toda la zona.
Caminando entre los ya alborotados aspirantes, Pulverizador si situó en su posición . El gentío y el alboroto de los futuros candidatos era tal que se vio obligado a hacer amago de desenfundar sus dos espadas, recordandoles a los pisaverdes y aventureros de pega que entre ellos tambien habia luchadores de verdad y que, no por hacer mas ruido eras mejor que los demas. Hecho esto, se presentó a las princesas. Una de ellas, la elfa ataviada como una guerrera a la que mirara antes, avanzó hacia el.
-La princesa designada es Sianara, concursante – Anunció el ujier –Suerte y no hagais el ridí**** – finalizó en voz baja.
En ese momento, Pulverizador recordó que había visto a esa princesa antes… como compañera de armas de unos antiguos enemigos
“vaya vaya, esto si que es interesante” – fue cuanto pudo pensar. Luego, consciente de dónde se hallaba y de que era un guerrero embrutecido en el combate, su faz se empezó a teñir de rojo.
-buenas noches, Pulverizador – lo saludó la princesa.
-Salve, noble Sianara – tartamudeó el guerrero – Habia… Habia compuesto unos versos, pero ante tus ojos se me han olvidado… tendre que improvisar.
Alzando la mirada a las estrellas, el guerrero comenzó a recitar, olvidando sus nervios, la gente alrededor…miró a Sianara a los ojos… todo lo que sentía eran las palabras que pasaban directamente de su corazón a su boca, sin contar con el filtro del cerebro
- En mis ojos la luna, en mi mano, una pluma, trato de plasmar pensamientos acerca de un amor eterno, amor que es paraíso e infierno y me envenena hasta el aliento.
La dama enmudeció. Sin perder tiempo, el guerrero se adelantó, decidido a acabar cuanto antes…
-Mi regalo… Mi regalo son –dijo, mientras mostraba las cajitas de cristal que le había entregado su amigo Talin – pensamientos, momentos grabados en la firme cadencia de las melodías.
-Gracias, Pulverizador. – Pudo decir la princesa, pasados unos momentos, con una mirada pensativa y prometedora.
-Gracias a vos, princesa – respondió Pulverizador – Espero que nuestros caminos se vuelvan a encontrar
-Yo también lo espero, guerrero. Yo también lo espero.
Sin mas palabra, el guerrero se dio media vuelta, separándose de la barahúnda. Sentía una mirada clavada en él, una mirada que lo siguió hasta que se perdió en la dureza de su vida diaria.
(Un dia de estos pondre la continuacion... No os perdais el segundo episodio, Principe Poeta!!)
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