El primer Titán
Prologo: El origen de la fortaleza
…”De la ardiente flama de Paagrio surgió el padre de los orcos. Su cabello era rojo resplandeciente, sus ojos una pura llama blanca, cenizas y humo salían de su nariz y boca cuando el respiraba, y en sus venas corría sangre tan ardiente como la lava.
Por todo ello, el era mas fuerte que toda otra criatura viviente.
Pero cuando vino de los cielos, el calor de su cuerpo se enfrió, por la fuerza del agua. Su sangre de lava se endureció, por la fuerza de la tierra. Su humo fue dispersado, por la fuerza del viento. El padre de los orcos fue miserable porque perdió su fuerza original, pero el dios Paagrio le enseño que si entrenaba continuamente su cuerpo a través de la disciplina y el combate, el podría volverse fuerte de nuevo”…
( extracto del libro de los ancianos, "el Hijo de Paagrio y el fuego mismo" )
Gantaki Zu Urutu, Gash Khavatary
Capitulo 1: Suspiro de un Gigante
El sol se ocultaba tras las colinas, débil y moribundo, como si fuera la última vez que caería tras aquel horizonte inundado de míticas leyendas plagadas de pocas certezas y mucha incertidumbre.
Bajo un Nogal, una desmarañada silueta tomaba un papiro y, con sangre, escribía la historia que seria el lamento de su redención. Aquel ser se encontraba recostado al pie de aquel arbol, casi al acto de morir. Yacía tirado en el suelo muy malherido. Pero sus heridas parecian importarle poco, o nada, y su atencion estaba enfocada en el trozo de papel que estrechaba entre sus manos, en donde escribía una historia que develaria los misterios del pasado que las arenas del tiempo y los vientos de la ignorancia y los tiempos aciagos habrian borrado. Así decía…
“Pues aquí me hallo, sumido en mi propia incertidumbre. Mientras espero que este estado de confusión se desvanezca voy a relatarles una historia. Quizás sobrepase esta la medida de la credulidad, que tan fácilmente puede romperse con un temeroso basilar. Quizás hasta el más loco me amerite solo la estupidez, y quizás hasta el más mentiroso no se atreva a relatarla a manera de plagio. De todas formas, solo soy un viejo guerrero y nada tengo que perder, pues todo lo que alguna vez tuve se desvanece ahora mismo bajo mi débil mirada. Así mismo no busco compasión, ni de mí ni de mi historia. Solo pido que quien ose escucharla silencie la mente y abra el corazón, pues solo así se aprende a escuchar el sonido de la verdad, a tocar el alma y a ver en otros y en uno mismo la sabiduría de hasta el más grande de los sabios.”
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Prologo: El origen de la fortaleza
…”De la ardiente flama de Paagrio surgió el padre de los orcos. Su cabello era rojo resplandeciente, sus ojos una pura llama blanca, cenizas y humo salían de su nariz y boca cuando el respiraba, y en sus venas corría sangre tan ardiente como la lava.
Por todo ello, el era mas fuerte que toda otra criatura viviente.
Pero cuando vino de los cielos, el calor de su cuerpo se enfrió, por la fuerza del agua. Su sangre de lava se endureció, por la fuerza de la tierra. Su humo fue dispersado, por la fuerza del viento. El padre de los orcos fue miserable porque perdió su fuerza original, pero el dios Paagrio le enseño que si entrenaba continuamente su cuerpo a través de la disciplina y el combate, el podría volverse fuerte de nuevo”…
( extracto del libro de los ancianos, "el Hijo de Paagrio y el fuego mismo" )
Gantaki Zu Urutu, Gash Khavatary
Capitulo 1: Suspiro de un Gigante
El sol se ocultaba tras las colinas, débil y moribundo, como si fuera la última vez que caería tras aquel horizonte inundado de míticas leyendas plagadas de pocas certezas y mucha incertidumbre.
Bajo un Nogal, una desmarañada silueta tomaba un papiro y, con sangre, escribía la historia que seria el lamento de su redención. Aquel ser se encontraba recostado al pie de aquel arbol, casi al acto de morir. Yacía tirado en el suelo muy malherido. Pero sus heridas parecian importarle poco, o nada, y su atencion estaba enfocada en el trozo de papel que estrechaba entre sus manos, en donde escribía una historia que develaria los misterios del pasado que las arenas del tiempo y los vientos de la ignorancia y los tiempos aciagos habrian borrado. Así decía…
“Pues aquí me hallo, sumido en mi propia incertidumbre. Mientras espero que este estado de confusión se desvanezca voy a relatarles una historia. Quizás sobrepase esta la medida de la credulidad, que tan fácilmente puede romperse con un temeroso basilar. Quizás hasta el más loco me amerite solo la estupidez, y quizás hasta el más mentiroso no se atreva a relatarla a manera de plagio. De todas formas, solo soy un viejo guerrero y nada tengo que perder, pues todo lo que alguna vez tuve se desvanece ahora mismo bajo mi débil mirada. Así mismo no busco compasión, ni de mí ni de mi historia. Solo pido que quien ose escucharla silencie la mente y abra el corazón, pues solo así se aprende a escuchar el sonido de la verdad, a tocar el alma y a ver en otros y en uno mismo la sabiduría de hasta el más grande de los sabios.”
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