Les contare hoy una historia distinta a todas las demás. Voy a contarles una historia, no por el simple hecho de hablar, sino porque todas las historias, pequeñas y grandes, merecen ser contadas. Esta es la vida de un gran guerrero que antaño fue un gran camarada en armas, un gran amigo y un invalorable hermano.
Nació en el vientre de una sociedad tan humilde como orgullosa. Del mismo Padre que todos, su madre fue la cansina búsqueda de la grandeza y el honor.
Entre los suyos fue llamado Tanagrio, que en nuestra lengua significa “Flama Negra”.
En su tiempo, en mi tiempo, fue joven y fuerte, con grandes aptitudes para la batalla como todos los de su clase. Nos conocimos de pequeños por esos caminos a los que nos lleva la vida mientras probábamos nuestra valentía en batalla. Así también nos separamos, porque el destino guarda muchos misterios, mas no rige en los corazones de quienes desean enfrentarlo.
Juntos conocimos la dulzura de la victoria y la amargura de la derrota. Juntos vivimos, peleamos y lloramos, sudamos sangre...
Cuando abandonamos nuestras tierras por primera vez fue solo por aventura. Yo ya era diestro guerrero reconocido en mi pueblo, así que me autonombre líder de los Marauders, invasores de las tierras del continente nuevo. Los Marauders chocaron armas en épicas batallas contra los abundantes humanos y elfos. Resistimos durante mucho tiempo gracias a nuestra camaradería y vivimos la vida digna con la que todo maese guerrero sueña. Pero no todo lo bueno esta destinado a perdurar, así que por primera vez me vi envuelto en miseria y tristeza.
Como dije, el destino no azota a quien osa enfrentársele, y por eso, aquel gran camarada me acobijo bajo su brazo. Luchando codo con codo sentimos que éramos imbatibles, intocables, y dimos vida a una nueva tribu.
Arraigándonos en aquellas tierras hostiles, tan lejos de nuestro hogar, dimos alma y vida a una nueva generación de guerreros expertos en el arte del combate.
Al poco tiempo empezaron a correr los rumores de que un clan del norte se asentaba en las cercanías de los reinos humanos. Ellos mismos nos llamaron “Heaven Breakers”, y lo que para nosotros comenzó como un insulto en una extraña y desconocida lengua pronto se convirtió en un símbolo. Los Heaven Breakers surgieron de las cenizas y así pasaron a convertirse en una amenaza. Cuando nos dimos cuenta teníamos a toda una armada detrás de nosotros. Lo que siguió después fue solo sangre y muerte. Solo sobrevivimos a la batalla porque nuestro orgullo era demasiado fuerte como para perecer rodeados por un enemigo que no estaba a la altura de tan honorable ejercito.
Un atardecer rojo nos dimos cuenta de que solo quedaba una pequeña parte de los hermanos que conocimos, y así, tristemente decidimos pelear separados.
Pero aquel gran camarada no soporto tal perdida y entro en una terrible agonía y tristeza. Un día dimos por cuenta de que su hacha había desaparecido. Su espíritu y su valentía ya no estaban. Así, sin mas, lo perdimos en el tiempo. Se dice que otro guerrero le dio muerte, mas es de poca credulidad esta historia pues no puede existir tan buen combatiente. Otros dicen que dejo de pelear, por cobardía y cansancio… Ustedes lo creen en verdad???
La última vez que el mundo lo vio, su silueta se perdía en un sinuoso paisaje, de praderas verdes inundadas de altos pastizales, paisaje de inmensas colinas que chocaban contra un cielo azul turquesa. Yo prefiero pensar que partió a un lugar donde el corazón de un soldado nunca muere. Un lugar donde siempre hay una batalla por pelear o una gran hazaña por la cual brindar al final del día. Lugar mítico donde las historias de héroes, dragones y dioses se forjan como las espadas en el horno de un herrero, a costa de golpes y sudor. Donde el girar de los caminos siempre nos lleva a una aventura. Y les diré, que aunque fue corta su historia en este mundo, mi corazón presiente que lo volveremos a ver… Lo veremos blandir su hacha una vez más, cargando valientemente hacia la batalla, con el sol a sus espaldas para pelear por lo que siempre quiso y aun creo que quiere: la gloria y la libertad.
Lo volveremos a ver porque los héroes surgen en tiempos duros, tiempos aciagos y de guerras, no en épocas de oro cuando todo resplandece, sino cuando se los necesita. Con sus mantos de fina seda y su arsenal de armas, estos héroes siempre están dispuestos a pelear por su pueblo y por ese pedazo de sueño que todo ser que respira tiene derecho a tener.
Hoy recuerdo a Blackflare, líder de los Heaven Breakers. Sus hermanos lo bautizaron como “Flama Negra el Invasor”, y él honro su nombre cuando hizo retroceder a los ejércitos enemigos con su hacha y su temerario valor, hasta el último de sus días. Dekara Lamchar, hermano… que los Heaven Breakers nunca caigan!!!
En memoria de Blackflare (alias "el Chino"), el único Orc Raider 90+
Nació en el vientre de una sociedad tan humilde como orgullosa. Del mismo Padre que todos, su madre fue la cansina búsqueda de la grandeza y el honor.
Entre los suyos fue llamado Tanagrio, que en nuestra lengua significa “Flama Negra”.
En su tiempo, en mi tiempo, fue joven y fuerte, con grandes aptitudes para la batalla como todos los de su clase. Nos conocimos de pequeños por esos caminos a los que nos lleva la vida mientras probábamos nuestra valentía en batalla. Así también nos separamos, porque el destino guarda muchos misterios, mas no rige en los corazones de quienes desean enfrentarlo.
Juntos conocimos la dulzura de la victoria y la amargura de la derrota. Juntos vivimos, peleamos y lloramos, sudamos sangre...
Cuando abandonamos nuestras tierras por primera vez fue solo por aventura. Yo ya era diestro guerrero reconocido en mi pueblo, así que me autonombre líder de los Marauders, invasores de las tierras del continente nuevo. Los Marauders chocaron armas en épicas batallas contra los abundantes humanos y elfos. Resistimos durante mucho tiempo gracias a nuestra camaradería y vivimos la vida digna con la que todo maese guerrero sueña. Pero no todo lo bueno esta destinado a perdurar, así que por primera vez me vi envuelto en miseria y tristeza.
Como dije, el destino no azota a quien osa enfrentársele, y por eso, aquel gran camarada me acobijo bajo su brazo. Luchando codo con codo sentimos que éramos imbatibles, intocables, y dimos vida a una nueva tribu.
Arraigándonos en aquellas tierras hostiles, tan lejos de nuestro hogar, dimos alma y vida a una nueva generación de guerreros expertos en el arte del combate.
Al poco tiempo empezaron a correr los rumores de que un clan del norte se asentaba en las cercanías de los reinos humanos. Ellos mismos nos llamaron “Heaven Breakers”, y lo que para nosotros comenzó como un insulto en una extraña y desconocida lengua pronto se convirtió en un símbolo. Los Heaven Breakers surgieron de las cenizas y así pasaron a convertirse en una amenaza. Cuando nos dimos cuenta teníamos a toda una armada detrás de nosotros. Lo que siguió después fue solo sangre y muerte. Solo sobrevivimos a la batalla porque nuestro orgullo era demasiado fuerte como para perecer rodeados por un enemigo que no estaba a la altura de tan honorable ejercito.
Un atardecer rojo nos dimos cuenta de que solo quedaba una pequeña parte de los hermanos que conocimos, y así, tristemente decidimos pelear separados.
Pero aquel gran camarada no soporto tal perdida y entro en una terrible agonía y tristeza. Un día dimos por cuenta de que su hacha había desaparecido. Su espíritu y su valentía ya no estaban. Así, sin mas, lo perdimos en el tiempo. Se dice que otro guerrero le dio muerte, mas es de poca credulidad esta historia pues no puede existir tan buen combatiente. Otros dicen que dejo de pelear, por cobardía y cansancio… Ustedes lo creen en verdad???
La última vez que el mundo lo vio, su silueta se perdía en un sinuoso paisaje, de praderas verdes inundadas de altos pastizales, paisaje de inmensas colinas que chocaban contra un cielo azul turquesa. Yo prefiero pensar que partió a un lugar donde el corazón de un soldado nunca muere. Un lugar donde siempre hay una batalla por pelear o una gran hazaña por la cual brindar al final del día. Lugar mítico donde las historias de héroes, dragones y dioses se forjan como las espadas en el horno de un herrero, a costa de golpes y sudor. Donde el girar de los caminos siempre nos lleva a una aventura. Y les diré, que aunque fue corta su historia en este mundo, mi corazón presiente que lo volveremos a ver… Lo veremos blandir su hacha una vez más, cargando valientemente hacia la batalla, con el sol a sus espaldas para pelear por lo que siempre quiso y aun creo que quiere: la gloria y la libertad.
Lo volveremos a ver porque los héroes surgen en tiempos duros, tiempos aciagos y de guerras, no en épocas de oro cuando todo resplandece, sino cuando se los necesita. Con sus mantos de fina seda y su arsenal de armas, estos héroes siempre están dispuestos a pelear por su pueblo y por ese pedazo de sueño que todo ser que respira tiene derecho a tener.
Hoy recuerdo a Blackflare, líder de los Heaven Breakers. Sus hermanos lo bautizaron como “Flama Negra el Invasor”, y él honro su nombre cuando hizo retroceder a los ejércitos enemigos con su hacha y su temerario valor, hasta el último de sus días. Dekara Lamchar, hermano… que los Heaven Breakers nunca caigan!!!
Tauren, amigo de los "Quebrantadores del Cielo"
En memoria de Blackflare (alias "el Chino"), el único Orc Raider 90+
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