Hola a todos, esta es mi primera historia q escribo y me gustaria q me comenten q les pareció. En lo posible no bardeen mucho y traten de no desvirtuar. Weno, agarrence q aca va:
Capítulo 1 Despertar y correr
Me desperté con el olor a acero en el aire y el sabor de la sangre en la boca. Ah, ese estruendo insoportable que emitía el tambor, despertaba a todos en el campamento; pero bueno, creo que era lo único que podía sacarme de esas horribles pesadillas, pesadillas en las que mataba sin piedad y a cualquiera que se metiera en mi camino.
Mis compañeros ya se habían ido y yo aún sin mi armadura. Me la puse y corrí hacia la fila, justo a tiempo. Mis compañeros me habían guardado un lugar en la fila, con gran agilidad me colé sin que me vieran.
Hoy íbamos a marchar hacia una nueva locación donde nos reuniríamos con otra tropa. Tomé mi lanza, mi espada y mi escudo y me dispuse a marchar. Sin darnos cuenta entramos a un bosque, los árboles eran grandes y tupidos, pero lo suficientemente separados como para divisar el camino que debíamos seguir. Era terrible, había raíces salidas y barro por todos lados.
Así como entramos al bosque salimos a un claro donde se cortaba el camino, los arboles que había alrededor me parecían extraños, demasiado extraños, como si nos estuvieran avisando de algo, pero, ¿De qué? Al llegar al centro del claro creí que el bosque nos había rodeado y la salida se había cerrado. El superior nos detuvo. El peligro se olía en el aire, nos apiñamos en un círculo defensivo… Esperamos y esperamos pero la emboscada que tanto temíamos no sucedía. Volvimos a la formación y continuamos, de repente escuche un silbido, antes de que me diera cuenta el hombre que estaba a mi lado se desploma. Nos dispersamos, muchos cayeron en la lluvia de flechas, yo corrí hacia los árboles de donde venían las flechas pero no pude encontrar a los arqueros. Tuve que ver, horrorizado, como mataban a todos esos soldados, que corrían despavoridos hasta caer en las manos de la muerte que los esperaba en el frío suelo empapado con la sangre y las lágrimas de sus compañeros. Corrí, corrí como nunca antes lo había echo, había perdido el resto del cielo nublado bajo las copas entrelazadas de aquellos sombríos y altos árboles. Aún podía oír los gritos cuando entre en un pantano oculto entre los troncos.
El lugar era desolador, sucio y deprimente. Traté de buscar una salida, pero no pude ver nada más que árboles, agua sucia y lodo. No podía sacar de mi cabeza las imágenes de mis compañeros cayendo y muriendo a manos de esas flechas negras. Caminé hacia el este, donde se suponía se encontraba aquel campamento del que hablaban mis superiores… Supongo que solo podía seguir caminando.
Capítulo 1 Despertar y correr
Me desperté con el olor a acero en el aire y el sabor de la sangre en la boca. Ah, ese estruendo insoportable que emitía el tambor, despertaba a todos en el campamento; pero bueno, creo que era lo único que podía sacarme de esas horribles pesadillas, pesadillas en las que mataba sin piedad y a cualquiera que se metiera en mi camino.
Mis compañeros ya se habían ido y yo aún sin mi armadura. Me la puse y corrí hacia la fila, justo a tiempo. Mis compañeros me habían guardado un lugar en la fila, con gran agilidad me colé sin que me vieran.
Hoy íbamos a marchar hacia una nueva locación donde nos reuniríamos con otra tropa. Tomé mi lanza, mi espada y mi escudo y me dispuse a marchar. Sin darnos cuenta entramos a un bosque, los árboles eran grandes y tupidos, pero lo suficientemente separados como para divisar el camino que debíamos seguir. Era terrible, había raíces salidas y barro por todos lados.
Así como entramos al bosque salimos a un claro donde se cortaba el camino, los arboles que había alrededor me parecían extraños, demasiado extraños, como si nos estuvieran avisando de algo, pero, ¿De qué? Al llegar al centro del claro creí que el bosque nos había rodeado y la salida se había cerrado. El superior nos detuvo. El peligro se olía en el aire, nos apiñamos en un círculo defensivo… Esperamos y esperamos pero la emboscada que tanto temíamos no sucedía. Volvimos a la formación y continuamos, de repente escuche un silbido, antes de que me diera cuenta el hombre que estaba a mi lado se desploma. Nos dispersamos, muchos cayeron en la lluvia de flechas, yo corrí hacia los árboles de donde venían las flechas pero no pude encontrar a los arqueros. Tuve que ver, horrorizado, como mataban a todos esos soldados, que corrían despavoridos hasta caer en las manos de la muerte que los esperaba en el frío suelo empapado con la sangre y las lágrimas de sus compañeros. Corrí, corrí como nunca antes lo había echo, había perdido el resto del cielo nublado bajo las copas entrelazadas de aquellos sombríos y altos árboles. Aún podía oír los gritos cuando entre en un pantano oculto entre los troncos.
El lugar era desolador, sucio y deprimente. Traté de buscar una salida, pero no pude ver nada más que árboles, agua sucia y lodo. No podía sacar de mi cabeza las imágenes de mis compañeros cayendo y muriendo a manos de esas flechas negras. Caminé hacia el este, donde se suponía se encontraba aquel campamento del que hablaban mis superiores… Supongo que solo podía seguir caminando.
Comment