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Vease aquí, yo sentado en una roca, a la orilla del lago, cerca del puerto de Giran, contemplando la luna, sin armas para luchar, sin armadura con la cual defenderme, sin nadie con quien hablar...
Decidí intentar una larga travesía, y llegar a Aden, enfretarme con todas esas bestias que habían en el camino, o en su defecto.. escapar de ellas.
En mi andar, me cruzo con una elfa... una elfa blanca, arquera, muy linda por cierto, y decido preguntar por donde era el camino a aden, ya que no tenía un mapa conmigo. Ella me responde y me indica demasiado bien, de una forma muy dulce y tierna, lo cual me hace ver que se encontraba preocupada, decido intentar averiguar el por qué de su preocupación, a lo cual me responde que unos barbaros asesinos estaban deambulando cerca de Gludio.
- "Hmm.. eso me desviaría mucho" le dije..
Pero igualmente, y debido a lo amable que fue, decidí ir con ella a ver que ocurría allí...
En el paso cerca de la majestuosa torre de Cruma, encontramos una enana, la cual después de estar hablando un rato, se ofreció a ayudarme a conseguir unas espadas, y alguna armadura, ¡Ahora sí sería un guerrero!.
Me equipé con mi composition.. una armadura importante y majestuosa, brillante... y con 2 espadas de revolución, unas espadas bastante comunes entre los guerreros... fui aprendiendo habilidades, derrotando algunos monstruos que nos atacaron, hasta que llegamos a Dion, una ciudad grande, llena de mercaderes ansiosos por vender a toda costa.
Me dije de armar unas espadas que en ese momento no eran muy usuales, unas espadas extrañas llamadas "Shamshir", de forma curva y color anaranjado, y alguna armadura más ligera, como para poder moverme más tranquilo. A la elfa esto le disgustó, ya que ella quería llegar a Gludio, donde estaba su amiga enana esperandola, pero yo y mi avaricia decidimos quedarnos y armarme esas cosas que tanto deseaba, a lo cual la elfa accedió a ayudarme, para poder apurar este trámite.
Pasaron días y semanas, hasta que llega un comunicado que avisa que Gludio fue liberada de asesinos, y que era un lugar tranquilo para ir, con lo cual la elfa se puso muy contenta, pero igualmente decidió quedarse conmigo.
Unos días más tarde, encuentro a aquella enana tan amable que me había ayudado en la torre de Cruma, acompañada ahora por un mago, un guerrero humano pesado, y 2 orcos muy corpulentos, los cuales se emprenden conmigo en busca de aventuras.
Decidimos hacer nuestra party más oficial, y crear un clan, al cual luego se unirían más y más amigos.
Un día nos contaron que habían descubierto unas nuevas catacumbas, con tesoros impresionantes, pero con monstruos muy poderosos, por tanto fuimos todos.
Pasamos 3 semanas luchando ahí, hasta que un día nos separamos, y me quedé solo con la elfa, a la cual decidí proponerle matrimonio, con un anillo muy lindo, ella aceptó sin pensarlo y rápidamente nos pusimos a plenar la boda... una boda en la nueva ciudad de Heine.
Tuvimos la suerte de que a la boda vinieran personas de mucha importancia, como el rey DjFaramir, y tuvimos un cura muy prestigioso para casarnos -realmente no recuerdo el nombre >.<-
Pasé momentos muy felices, hasta que una maldición cayó sobre mi, lo cual hizo que mi esposa me abandone, algunos compañeros desaparecieran, y otros caigan en un profundo sueño, del cual no despertaron nunca más, yo caí en una gran depresión, y sin consuelo, ni nadie para consolarme, pedí al alquimista del pueblo, una poción de sueño, una poción con la cual nunca más despertarme, una poción con la cual poder desaparecer, y nunca más volver a caminar por ningún camino, ni enfrentar ningún otro desafío... la poción falló, después de 2 años, estoy aquí, de vuelta como al principio, mirando la luna, en una roca cerca del puerto de Giran, y esperando angustiosamente nuevas travesías, pero en la conciencia tengo todavía algo de fe de que conoceré nueva gente, y quien sabe... tal vez hasta me encuentre con alguno de mis antigüos compañeros.
¿Quién soy yo? Seitu, gladiador de la corte real de Giran, exiliado.
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Basado en una historia real...
Vuelvo a GZ, o CZ, como creo que lo llaman ahora, a ver si encuentro a alguien, o a hacer nuevas amistades.
Saludos y ya que estamos, felices fiestas.
Decidí intentar una larga travesía, y llegar a Aden, enfretarme con todas esas bestias que habían en el camino, o en su defecto.. escapar de ellas.
En mi andar, me cruzo con una elfa... una elfa blanca, arquera, muy linda por cierto, y decido preguntar por donde era el camino a aden, ya que no tenía un mapa conmigo. Ella me responde y me indica demasiado bien, de una forma muy dulce y tierna, lo cual me hace ver que se encontraba preocupada, decido intentar averiguar el por qué de su preocupación, a lo cual me responde que unos barbaros asesinos estaban deambulando cerca de Gludio.
- "Hmm.. eso me desviaría mucho" le dije..
Pero igualmente, y debido a lo amable que fue, decidí ir con ella a ver que ocurría allí...
En el paso cerca de la majestuosa torre de Cruma, encontramos una enana, la cual después de estar hablando un rato, se ofreció a ayudarme a conseguir unas espadas, y alguna armadura, ¡Ahora sí sería un guerrero!.
Me equipé con mi composition.. una armadura importante y majestuosa, brillante... y con 2 espadas de revolución, unas espadas bastante comunes entre los guerreros... fui aprendiendo habilidades, derrotando algunos monstruos que nos atacaron, hasta que llegamos a Dion, una ciudad grande, llena de mercaderes ansiosos por vender a toda costa.
Me dije de armar unas espadas que en ese momento no eran muy usuales, unas espadas extrañas llamadas "Shamshir", de forma curva y color anaranjado, y alguna armadura más ligera, como para poder moverme más tranquilo. A la elfa esto le disgustó, ya que ella quería llegar a Gludio, donde estaba su amiga enana esperandola, pero yo y mi avaricia decidimos quedarnos y armarme esas cosas que tanto deseaba, a lo cual la elfa accedió a ayudarme, para poder apurar este trámite.
Pasaron días y semanas, hasta que llega un comunicado que avisa que Gludio fue liberada de asesinos, y que era un lugar tranquilo para ir, con lo cual la elfa se puso muy contenta, pero igualmente decidió quedarse conmigo.
Unos días más tarde, encuentro a aquella enana tan amable que me había ayudado en la torre de Cruma, acompañada ahora por un mago, un guerrero humano pesado, y 2 orcos muy corpulentos, los cuales se emprenden conmigo en busca de aventuras.
Decidimos hacer nuestra party más oficial, y crear un clan, al cual luego se unirían más y más amigos.
Un día nos contaron que habían descubierto unas nuevas catacumbas, con tesoros impresionantes, pero con monstruos muy poderosos, por tanto fuimos todos.
Pasamos 3 semanas luchando ahí, hasta que un día nos separamos, y me quedé solo con la elfa, a la cual decidí proponerle matrimonio, con un anillo muy lindo, ella aceptó sin pensarlo y rápidamente nos pusimos a plenar la boda... una boda en la nueva ciudad de Heine.
Tuvimos la suerte de que a la boda vinieran personas de mucha importancia, como el rey DjFaramir, y tuvimos un cura muy prestigioso para casarnos -realmente no recuerdo el nombre >.<-
Pasé momentos muy felices, hasta que una maldición cayó sobre mi, lo cual hizo que mi esposa me abandone, algunos compañeros desaparecieran, y otros caigan en un profundo sueño, del cual no despertaron nunca más, yo caí en una gran depresión, y sin consuelo, ni nadie para consolarme, pedí al alquimista del pueblo, una poción de sueño, una poción con la cual nunca más despertarme, una poción con la cual poder desaparecer, y nunca más volver a caminar por ningún camino, ni enfrentar ningún otro desafío... la poción falló, después de 2 años, estoy aquí, de vuelta como al principio, mirando la luna, en una roca cerca del puerto de Giran, y esperando angustiosamente nuevas travesías, pero en la conciencia tengo todavía algo de fe de que conoceré nueva gente, y quien sabe... tal vez hasta me encuentre con alguno de mis antigüos compañeros.
¿Quién soy yo? Seitu, gladiador de la corte real de Giran, exiliado.
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Basado en una historia real...
Vuelvo a GZ, o CZ, como creo que lo llaman ahora, a ver si encuentro a alguien, o a hacer nuevas amistades.
Saludos y ya que estamos, felices fiestas.
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