Crónica de un paseo por Heine
Luego de un divertido paseo... se sentó junto al fuego de la chimenea y empezó a escribir lo memorable de aquel día
De entre los arcos que decoran la entrada (o salida, como se vea) de la zona oeste de la majestosa Heine, parte un peculiar grupo de elfas, tres para ser preciso. La primera, más rápida de piernas que las otras, corre con la celeridad de una gracia que dando brincos pareciera, agitándose entre sus manos una larga caña de pescar. "Fiel compañera financiera", reflexiona la elfa de las desequilibradas ideas, a veces más de lo que cree. Le sigue una elfa nocturna de imponente presencia, maniobrando su epicúreo físico con una soltura poco común entre las de su raza. "O eso parece", murmura la primera presionando la caña entre sus delgados, poco delicados, dedos; luego entorna los ojos, acechando, la mirada hacia un lado. Por último y no menos especial, la elfa diurna del apacible andar, más llena de gracia que las anteriores, cual melodía exalta la imaginación apagando los sentidos y cierra la mente a cualquier efecto que de sus acordes, lento andar, no sea consecuencia directa. De ánimo risueño, sobre la cabeza lleva una gorra... "Ya pasada de época", murmura la primera, pensando en lo herético que conlleva el asunto, ¿Qué será la navidad a los ojos de Eva? Jacobina ella. La tercera, bella y festiva, parece ir delante y cierto es que va de última; pero su presencia detiene el caminar de las primeras, es su aura, apaga los pasos sin desearlo.
La misión de turno luce prometedora, diversos narradores han escrito sobre los maravillosos tesoros que aguardan al final, espléndidas fantasías. Pero aún así, si como tantas fueran muchas, la primera jamás por enterada se daría, complacida y extraviada en la satisfactoria pesca, el cual su verdadero oficio considera, ya en su laberinto de ideas no hay espacio para nada más. Pero la promesa de fortuna revuelve el río de codicia que hasta hace poco reposaba cual lago primaveral, sensación que no considera propia y seguramente comparten sus compañeras. Anteriores conversaciones le recordaron los diálogos que mantuviera en el pasado con enanos del país helado.
Dedicado a Harmie y Eternity, gracias por el paseo.
//Luego la termino, lo tengo en manuscrito y me cuesta entender la letra, ya maniana lo hago con más calma, ahora muero del agotamiento.
//Perdí el cuaderno, hasta que lo encuentre se quedará así. (Porque ya me olvideeeeeé)
Luego de un divertido paseo... se sentó junto al fuego de la chimenea y empezó a escribir lo memorable de aquel día
De entre los arcos que decoran la entrada (o salida, como se vea) de la zona oeste de la majestosa Heine, parte un peculiar grupo de elfas, tres para ser preciso. La primera, más rápida de piernas que las otras, corre con la celeridad de una gracia que dando brincos pareciera, agitándose entre sus manos una larga caña de pescar. "Fiel compañera financiera", reflexiona la elfa de las desequilibradas ideas, a veces más de lo que cree. Le sigue una elfa nocturna de imponente presencia, maniobrando su epicúreo físico con una soltura poco común entre las de su raza. "O eso parece", murmura la primera presionando la caña entre sus delgados, poco delicados, dedos; luego entorna los ojos, acechando, la mirada hacia un lado. Por último y no menos especial, la elfa diurna del apacible andar, más llena de gracia que las anteriores, cual melodía exalta la imaginación apagando los sentidos y cierra la mente a cualquier efecto que de sus acordes, lento andar, no sea consecuencia directa. De ánimo risueño, sobre la cabeza lleva una gorra... "Ya pasada de época", murmura la primera, pensando en lo herético que conlleva el asunto, ¿Qué será la navidad a los ojos de Eva? Jacobina ella. La tercera, bella y festiva, parece ir delante y cierto es que va de última; pero su presencia detiene el caminar de las primeras, es su aura, apaga los pasos sin desearlo.
La misión de turno luce prometedora, diversos narradores han escrito sobre los maravillosos tesoros que aguardan al final, espléndidas fantasías. Pero aún así, si como tantas fueran muchas, la primera jamás por enterada se daría, complacida y extraviada en la satisfactoria pesca, el cual su verdadero oficio considera, ya en su laberinto de ideas no hay espacio para nada más. Pero la promesa de fortuna revuelve el río de codicia que hasta hace poco reposaba cual lago primaveral, sensación que no considera propia y seguramente comparten sus compañeras. Anteriores conversaciones le recordaron los diálogos que mantuviera en el pasado con enanos del país helado.
Dedicado a Harmie y Eternity, gracias por el paseo.
//Luego la termino, lo tengo en manuscrito y me cuesta entender la letra, ya maniana lo hago con más calma, ahora muero del agotamiento.
//Perdí el cuaderno, hasta que lo encuentre se quedará así. (Porque ya me olvideeeeeé)
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