otro análisis:
"Enfoque: ¿Cuánto resiste Argentina?
En medio de la agitación social y política que sacudió el 2004 hasta sus cimientos a la sociedad boliviana, y que obligó al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada a huir en un avión a Washington, el analista Mark Falcoff escribió un controvertido artículo titulado ¿Los últimos días de Bolivia? "Las repúblicas por lo general no se suicidan, pero Bolivia podría ser la excepción", vaticinó.
Cuatro años después, está claro que Bolivia sigue ahí. Pero una cosa es que los países no se desintegren ni sucumban a catástrofes como guerras civiles, y otra es que soporten incólumes las consecuencias de las malas decisiones de su clase dirigente.
Argentina, por supuesto, no puede ser comparada en ninguna categoría de desarrollo con la nación gobernada por Evo Morales. Sin embargo, medidas como la reciente estatización del sistema de AFP, y el traspaso al Fisco de los US$ 30 mil millones de los fondos que tenían en ese sistema nueve millones de argentinos, demuestra que en la Casa Rosada hay un gobierno que piensa que su país lo resiste todo. Incluso si se está en medio de una crisis económica global que muchos comparan a la de los 30.
Al igual que otras decisiones populistas adoptadas en su administración y en la anterior de su marido, la iniciativa de Cristina Kirchner no va a hacer desaparecer a Argentina del mapa, como tampoco ocurrió con el trágico colapso que condujo a la caída del presidente De la Rúa el 2001. Pero confiscarles los ahorros a los pensionados para pagar deudas del fisco -y así evitar reducir el gasto de la máquina estatal- tiene un alto precio, que se traduce sobre todo en la pérdida de confianza de la ciudadanía y de los inversionistas en un país en donde ya poner sus capitales era un acto que requería temeridad.
Actualmente, no sólo ostenta el mayor riesgo país del mundo, sino también un desplome en otros indicadores relevantes, como el de competitividad, donde desde estar en el lugar 37 en 1996 pasó al 85 una década después.
Muchos analistas argentinos coinciden en que los problemas de estancamiento económico que viene sufriendo su país desde hace décadas son, ante todo, un reflejo de la mala calidad de sus instituciones. Los Kirchner -quienes heredaron un país en ruinas que en los años siguientes creció a tasas superiores al 8%, principalmente gracias al boom de los commodities- son ahora el principal símbolo de esa debilidad."
Como vivo en otro país tengo 0 amor y odio contra el gobierno de los Kirchner, sólo es la impresión que se dá desde afuera.
"Enfoque: ¿Cuánto resiste Argentina?
En medio de la agitación social y política que sacudió el 2004 hasta sus cimientos a la sociedad boliviana, y que obligó al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada a huir en un avión a Washington, el analista Mark Falcoff escribió un controvertido artículo titulado ¿Los últimos días de Bolivia? "Las repúblicas por lo general no se suicidan, pero Bolivia podría ser la excepción", vaticinó.
Cuatro años después, está claro que Bolivia sigue ahí. Pero una cosa es que los países no se desintegren ni sucumban a catástrofes como guerras civiles, y otra es que soporten incólumes las consecuencias de las malas decisiones de su clase dirigente.
Argentina, por supuesto, no puede ser comparada en ninguna categoría de desarrollo con la nación gobernada por Evo Morales. Sin embargo, medidas como la reciente estatización del sistema de AFP, y el traspaso al Fisco de los US$ 30 mil millones de los fondos que tenían en ese sistema nueve millones de argentinos, demuestra que en la Casa Rosada hay un gobierno que piensa que su país lo resiste todo. Incluso si se está en medio de una crisis económica global que muchos comparan a la de los 30.
Al igual que otras decisiones populistas adoptadas en su administración y en la anterior de su marido, la iniciativa de Cristina Kirchner no va a hacer desaparecer a Argentina del mapa, como tampoco ocurrió con el trágico colapso que condujo a la caída del presidente De la Rúa el 2001. Pero confiscarles los ahorros a los pensionados para pagar deudas del fisco -y así evitar reducir el gasto de la máquina estatal- tiene un alto precio, que se traduce sobre todo en la pérdida de confianza de la ciudadanía y de los inversionistas en un país en donde ya poner sus capitales era un acto que requería temeridad.
Actualmente, no sólo ostenta el mayor riesgo país del mundo, sino también un desplome en otros indicadores relevantes, como el de competitividad, donde desde estar en el lugar 37 en 1996 pasó al 85 una década después.
Muchos analistas argentinos coinciden en que los problemas de estancamiento económico que viene sufriendo su país desde hace décadas son, ante todo, un reflejo de la mala calidad de sus instituciones. Los Kirchner -quienes heredaron un país en ruinas que en los años siguientes creció a tasas superiores al 8%, principalmente gracias al boom de los commodities- son ahora el principal símbolo de esa debilidad."
Como vivo en otro país tengo 0 amor y odio contra el gobierno de los Kirchner, sólo es la impresión que se dá desde afuera.
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