Estaba admirando la belleza y tranquilidad que reinaban en los alrededores de Ivory. Desde aquella elevada ventana se veía todo tan apacible y tranquilo que no reparé en la llegada de Nenufar. Európea me había pedido que acudiera allí que la Enana me andaba buscando.
-Hola Drow -me dijo la pequeña- Dharon me pidió que te entregara esta nota, el tuvo que salir y estará ausente unos días. No me dijo nada más, salvo que te la entregara y que te dijera que más te vale cumplir todo lo que te pide o habrá consecuencias.
Tomé el papiro de manos de la enana, la cual desapareció tras darme las instrucciones.
Sin más me dedique a leer el contenido de la nota de Dharon:
"Salko, voy a estar unos días ausente. Te voy a dejar unas tareas que necesito que realices. No admito una excusa para no hacerlas todas y cada una completas. Tu aprendizaje e instrucción como consejero va avanzando con el tiempo y la experiencia que vas adquiriendo, pero todavía te falta mucho por aprender. Estas tareas te harán recorrer muchas tierras, de las cuales aprenderás muchas cosas y comprenderás otras tantas. Te adjunto un listado de todo lo que tienes que hacer. Menes, Nenufar, Európea, Grog, Nelaia, Gagnas o Brannigan tienen prohibidísimo ayudarte en nada, esta es una tarea que solo tú debes completar."
Una vez leído el pergamino, emprendí mi viaje sin más demora. Tardaría muchos días y tendría un largo camino por recorrer lleno de peligros.
Ahora sentado, aquí frente a los libros de la estantería. Recuerdo aquel largo y agotador viaje en tanto leo el pergamino:
"Los arteia son unos seres ancestrales que existen desde hace milenios. Nacieron como ángeles alados, pero algo ocurrió que ahora solo poseen un ala. Ve hasta su ciudad natal y averigua que les pasó."
Nada menos a la ciudad natal de los arteias, eso era mucho caminar. En fin, no me quedó más remedio que ponerme en marcha. El viaje era muy solitario. Evitaba cruzarme con la gente, evitaba ser visto. Use todo lo que me había enseñado Dharon en mi adiestramiento. Cuando por fin conseguí llegar hasta aquel lugar, vi que aquel era un extraño paisaje, todo muy siniestro. Era difícil imaginar que esas criaturas fueran antaño ángeles. No me demore más, y fui a buscar al anciano del lugar quien me recibió muy amablemente y me ofreció una taza de té caliente que acepté sin dudar porque me encontraba agotado.
(ESCRIBIR EL MOTIVO E HISTORIA DEL POR QUE LOS KAMAEL SOLO TIENEN UN ALA)
Terminada esta primera misión, seguí leyendo el papiro de Dharon:
"Eva, la diosa de los Elfos. Una hermosa divinidad cuyo poder es el agua. Pero debo decirte que esto no siempre fue así. Hace mucho, muchísimo tiempo los Elfos tenían a otra por diosa. Algo paso con esta diosa, pues fue Eva quien a partir de ese suceso, se dedico a guiar a los Elfos. Tu tarea aquí consiste en descubrir quién era esa diosa original que los creo y que sucedió."
Bueno, ya veo, ahora hacia la tierra de los elfos. Pensé que el viaje seria un autentico enredo y parece que no me equivoqué.
Tras abandonar la isla de los arteias y atravesar el sur de mis tierras, llegué a la morada de los Elfos. Una vez alcanzada la ciudad, fui directo a visitar su árbol madre.
Aquel extraño árbol desprendía un gran y antiguo poder.
(CONTAR LA HISTORIA QUE CAUSO QUE LOS ELFOS PERDIERAN A SU DIOSA ORIGINAL Y FUERA EVA SU NUEVA GUIA)
Una vez terminado esto consulté el pergamino para conocer de que se trataría la tercera misión:
"Los Gigantes. Ancestrales seres que adquirieron los más altos poderes de la magia. Eran inteligentes y muy fuertes, y merced a ello sometieron a muchas criaturas bajo su dominio. Encamínate hacia el este y busca la cueva donde ahora se resguardan. Esas cuevas esconden aun todo el saber que los Gigantes adquirieron. Ve a buscarlos en ellas y trata de rescatar todo lo que puedas de ese saber. Con esos conocimientos serás capaz de aprender nuevas habilidades que más adelante necesitaras."
Increíble pero cierto, ahora tocaba caminar hacia el Este. Como no me apetecía tomar la ruta larga, aproveche mis pequeñas habilidades como escalador y franqueé la cordillera montañosa que separaba la tierra de los elfos con el reino de Oren. Un pequeño escuadrón de Timak Orc pensó que podrían cortarme el paso. Pobres infelices. Las flechas de mi arco los atravesaron a todos sin problemas. Continué mi ruta hacia el este, y pasando bajo la indiferente mirada de los muros de la ciudad, bordeé el pequeño lago y tuve que rodear el Valle Encantado por el norte. Pasé la ciudad de Aden por el sur sin ser detectado. Tarea fácil. Entre en las cuevas de los Gigantes, pero cuidando mis pasos, pues esa tierra era de todo menos de fiar. Nada más entrar, las primeras señales de la sabiduría que adquirieron estas criaturas aparecieron ante mis ojos.
-Hola Drow -me dijo la pequeña- Dharon me pidió que te entregara esta nota, el tuvo que salir y estará ausente unos días. No me dijo nada más, salvo que te la entregara y que te dijera que más te vale cumplir todo lo que te pide o habrá consecuencias.
Tomé el papiro de manos de la enana, la cual desapareció tras darme las instrucciones.
Sin más me dedique a leer el contenido de la nota de Dharon:
"Salko, voy a estar unos días ausente. Te voy a dejar unas tareas que necesito que realices. No admito una excusa para no hacerlas todas y cada una completas. Tu aprendizaje e instrucción como consejero va avanzando con el tiempo y la experiencia que vas adquiriendo, pero todavía te falta mucho por aprender. Estas tareas te harán recorrer muchas tierras, de las cuales aprenderás muchas cosas y comprenderás otras tantas. Te adjunto un listado de todo lo que tienes que hacer. Menes, Nenufar, Európea, Grog, Nelaia, Gagnas o Brannigan tienen prohibidísimo ayudarte en nada, esta es una tarea que solo tú debes completar."
Una vez leído el pergamino, emprendí mi viaje sin más demora. Tardaría muchos días y tendría un largo camino por recorrer lleno de peligros.
Ahora sentado, aquí frente a los libros de la estantería. Recuerdo aquel largo y agotador viaje en tanto leo el pergamino:
"Los arteia son unos seres ancestrales que existen desde hace milenios. Nacieron como ángeles alados, pero algo ocurrió que ahora solo poseen un ala. Ve hasta su ciudad natal y averigua que les pasó."
Nada menos a la ciudad natal de los arteias, eso era mucho caminar. En fin, no me quedó más remedio que ponerme en marcha. El viaje era muy solitario. Evitaba cruzarme con la gente, evitaba ser visto. Use todo lo que me había enseñado Dharon en mi adiestramiento. Cuando por fin conseguí llegar hasta aquel lugar, vi que aquel era un extraño paisaje, todo muy siniestro. Era difícil imaginar que esas criaturas fueran antaño ángeles. No me demore más, y fui a buscar al anciano del lugar quien me recibió muy amablemente y me ofreció una taza de té caliente que acepté sin dudar porque me encontraba agotado.
(ESCRIBIR EL MOTIVO E HISTORIA DEL POR QUE LOS KAMAEL SOLO TIENEN UN ALA)
Terminada esta primera misión, seguí leyendo el papiro de Dharon:
"Eva, la diosa de los Elfos. Una hermosa divinidad cuyo poder es el agua. Pero debo decirte que esto no siempre fue así. Hace mucho, muchísimo tiempo los Elfos tenían a otra por diosa. Algo paso con esta diosa, pues fue Eva quien a partir de ese suceso, se dedico a guiar a los Elfos. Tu tarea aquí consiste en descubrir quién era esa diosa original que los creo y que sucedió."
Bueno, ya veo, ahora hacia la tierra de los elfos. Pensé que el viaje seria un autentico enredo y parece que no me equivoqué.
Tras abandonar la isla de los arteias y atravesar el sur de mis tierras, llegué a la morada de los Elfos. Una vez alcanzada la ciudad, fui directo a visitar su árbol madre.
Aquel extraño árbol desprendía un gran y antiguo poder.
(CONTAR LA HISTORIA QUE CAUSO QUE LOS ELFOS PERDIERAN A SU DIOSA ORIGINAL Y FUERA EVA SU NUEVA GUIA)
Una vez terminado esto consulté el pergamino para conocer de que se trataría la tercera misión:
"Los Gigantes. Ancestrales seres que adquirieron los más altos poderes de la magia. Eran inteligentes y muy fuertes, y merced a ello sometieron a muchas criaturas bajo su dominio. Encamínate hacia el este y busca la cueva donde ahora se resguardan. Esas cuevas esconden aun todo el saber que los Gigantes adquirieron. Ve a buscarlos en ellas y trata de rescatar todo lo que puedas de ese saber. Con esos conocimientos serás capaz de aprender nuevas habilidades que más adelante necesitaras."
Increíble pero cierto, ahora tocaba caminar hacia el Este. Como no me apetecía tomar la ruta larga, aproveche mis pequeñas habilidades como escalador y franqueé la cordillera montañosa que separaba la tierra de los elfos con el reino de Oren. Un pequeño escuadrón de Timak Orc pensó que podrían cortarme el paso. Pobres infelices. Las flechas de mi arco los atravesaron a todos sin problemas. Continué mi ruta hacia el este, y pasando bajo la indiferente mirada de los muros de la ciudad, bordeé el pequeño lago y tuve que rodear el Valle Encantado por el norte. Pasé la ciudad de Aden por el sur sin ser detectado. Tarea fácil. Entre en las cuevas de los Gigantes, pero cuidando mis pasos, pues esa tierra era de todo menos de fiar. Nada más entrar, las primeras señales de la sabiduría que adquirieron estas criaturas aparecieron ante mis ojos.
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