Debes estar registrado
para poder participar en los foros dejando mensajes: Haz click en el link de arriba para registrarte. Para empezar a ver mensajes, simplemente clickea en el foro y mensaje que deseas leer.
Hace siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación c oncebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales.
Ahora estamos empeñados en una gran guerra que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación asà concebida y asà consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como último lugar de descanso para aquellos que dieron aquà sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa.
Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y muertos, que lucharon aquà lo han consagrado ya muy por encima de nuestro pobre poder de añadir o restarle algo. El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquà decimos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquÃ. Somos, más bien, nosotros, los vivos, los que debemos consagrarnos aquà a la tarea inconclusa que, aquellos que aquà lucharon, hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquà a la gran tarea que aún resta ante nosotros: que, de estos muertos a los que honramos, tomemos una devoción incrementada a la causa por la que ellos dieron hasta la última medida completa de celo. Que resolvamos aquÃ, firmemente, que estos muertos no habrán dado su vida en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra.
Hace siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación c oncebida en la libertad y consagrada al principio de que todas las personas son creadas iguales.
Ahora estamos empeñados en una gran guerra que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación asà concebida y asà consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como último lugar de descanso para aquellos que dieron aquà sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa.
Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y muertos, que lucharon aquà lo han consagrado ya muy por encima de nuestro pobre poder de añadir o restarle algo. El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquà decimos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquÃ. Somos, más bien, nosotros, los vivos, los que debemos consagrarnos aquà a la tarea inconclusa que, aquellos que aquà lucharon, hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquà a la gran tarea que aún resta ante nosotros: que, de estos muertos a los que honramos, tomemos una devoción incrementada a la causa por la que ellos dieron hasta la última medida completa de celo. Que resolvamos aquÃ, firmemente, que estos muertos no habrán dado su vida en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra.
¿Dónde serán, en que jornada, en que horario? No lo sabemos, solo hemos podido advertir que en la ciudad ya defendida hay espÃas que toman nota de la derrota para informar a sus comandantes y asà planear la próxima estrategia de ataque a la siguiente ciudad, para lograr arrasarla sin piedad.
Nubes tormentosas se ciernen sobre Elmoreden nuevamente. Las sombras de la guerra se alargan sobre torres fortificadas. Esten atentos ante ojos vigilantes que observen desde las alturas, sin perder el equilibrio ante los repentinos temblores.
¡Ultimas noticias! ¡Oren ha resistido el ataque de Lilith y Anakim! En comparación con la batalla anterior, la breve batalla sorpresa por el control de la ciudad fortificada fue más eficaz, aunque, como en toda guerra, hubo numerosas bajas heroicas que lamentar.
Reporte del contra espionaje: Mis señores repostando la parecencia de espÃas de lilith en Oren
fin del reporte
Informe incompleto soldado, temo que parte de las tropas mostradas son en realidad miembros del ejercito atacante en plena retirada.
(Mientras el ataque comienza/termina las unidades enemigas en lugares inaccesibles no cuentan como espias, ya que normalmente todas las casas estan ocupadas)
Comment