Capítulo I: La noche de nieblina
Era una noche helada... con una niebla no muy densa, pero que no permitia distiguir bien lo que se llegaba a ver. Entre los borrosos contornos de los arboles, sentado sobre una roca, se hallaba un joven humano mirando al cielo murmurandose en voz baja:
-¿Dónde estaré? ¿Quién sere ahora?
Se miró las manos fijamente por un momento y agachó la mirada, al mirar al piso vio a una pequeña ardilla caminando entre sus pies. El joven tomo a la ardilla y le dijó:
-Como te envidio. No tienes nada de que preocuparte, por lo menos en algo coincidimos: tú y yo no sabemos que moriremos algun día.
Y poniendo a la ardilla sobre sus piernas, mientras esta miraba hacia todos lados como buscando ver algo entre la niebla sin importarle el joven, siguió hablandole.
-No se como habras llegado aquí, tampoco tú me lo podrias decir; pero yo sí puedo contarte mi historia. No se porque te hablo, si nisiquiera me entiendes. Supongo que necesito contar mi historia.
El joven sacó un pañuelo del bolsillo y con una daga que desenfundo desde atrás corto un trozo del pañuelo y envolvio a la ardilla para que no sintiese frío.
-Recuero ese día como si fuera ayer... realmente pudo ser ayer, pudo aver sido hace mucho tiempo, tal vez sea mañana o dentro de siglos.
Yo fui una vez un asesino... maté solo por el simple hecho de creer que podía tener en mis manos las vidas de otros, unas vidas que para mí no tenían nigun valor, unas vidas que no me importaban. Robé, maté, engañé, hice varias cosas, sólo para satisfacer mis caprichos. En ese entonces no tenía un nombre, la gente solo me conocía como "Matador" y era buscado. Se ofrecía una gran suma por mi cabeza.
Una noche como esta, me encontraba siendo perseguido por varios hombres, por lo que me escondí dentro de un templo. Allí encontre un sacerdote que al parecer estaba cuidando un cofre de oro puro.
-"Se quien eres", me dijo. "No pienso entregarte; pero por favor sal de aquí".
-Ví el cofre detras de él y empese a avanza lentamente con una mirada llena de confianza, esa mirada que tiene un hombre que vió un objetivo seguro.
-"Atras", decía mientras me lanzaba un débil hechizo una y otra vez.
Llegué hacia él y lo aparte de mi camino arrojandolo al suelo. Me acerqué hacia el cofre y lo tome, cuando me disponía a abrirlo escuche al sacerdote:
-"Por favor, no te lo lleves, no sabes lo que ahy alli adentr-", se vio interrumpido por un cuchillo que lanzé a su cuello.
El joven se agarró la cabeza con ambas manos y su mirada cambió a al de un persona terriblemente angustiada.
-Fui un tonto... si tan solo lo hubiese escuchado...
Se acomodó el pelo y se sonó el cuello girando su cabeza. Volvio a hablar retornando a su melancolica calma
-Entonces, escuche unos golpes en la puerta y ví a los hombres que me perseguian. Eran 5 en total: dos tenían antorchas, uno llevaba una larga lanza, el mas bajo de ellos llevaba una hacha y el mas grande y robusto cargaba una espada pesada, la cual alzaba con ambas manos.
Al verlos supe que no podría enfrentarlos, y menos con el cofre en mis manos. Decidí huir por una puerta que se encontraba a un lado del cuerpo del sacerdote. Corrí y corrí, pasando a traves de un puente, atravesé unas rocas extranas, continué a travez de lo que parecían ser unas antiguas ruinas de lo que algunas vez fue un templo, y llegue hasta un bosque.
Estaba seguro de q los habia perdido, pero yo no sabía donde me encontraba. Me sente bajo uno de los muchos arboles a descansar y escuche algo que se movia entre las hojas de los arboles.
-"Tal vez pudistes erudir a esos hombres, pero a mi nada se me escapa", escuche de entre los arboles. Era una voz que me heló la sangre, sentí miedo verdadero por primera vez. Esa voz era como al de una serpiente, pero mas grave, pronunciaba las palabras con una lentitud que era como sentir una espada deslisándose lenta pero dolorosamente a travez de todo el cuerpo.
El joven miró hacia la niebla durante un tiempo prolongado, luego continuó
-Fue entonces cuando ví esos ojos rojos entre las hojas, sentí una fuerte presion sobre el pecho al mismo tiempo que escuche el ruido que se hace al cortar el viento. Mire hacia donde sentí esa presion con dificultad para respirar, encontre que allí una flecha me atravezaba el cuerpo. Dejé caer el cofre golpeándose sobre el piso, lo cual provocó que se abriera. Caí de costado producto del flechazo y ví desde el suelo el cofre brillar.
-"Estúpido!, ya volvere a acabarte", dijó mientras lo escuche irse. La vista se me hacía cada vez mas borrosa; pero vi como algo dentro del cofre brillaba. De repente hubo un destello y vi los pies de algun ser. Esos pies eras de un tono blanco, algo azul, no recuerdo bien; pero lo que sí recuerdo esque brillaba con una puresa extrema. No tenía yo fuerzas como para levantar la cabeza y ver quien era
-"Sé que encontrarás tu proposito; tal vez no en este lugar ni en este tiempo, quizá tampoco en tu cuerpo actual". Tras oir esas palabras, sentí como si algo dentro de mí cambiara. Vi como ese ser avanzaba dandome la espalda. Antes de poder verlo completamente caí inconciente.
El joven hizó una leve pausa para acomodarse en la roca como si fuera un asiento y luego siguió.
-Desperté en una comoda cama de sabanas blancas, miré a mi alrededor para reconocer el lugar. Estaba en una pieza la cual tenía un espejo, una ventana, un estante lleno de libros y un armario. Sentó mi cuerpo diferente, como si fuese mi cuerpo. Me levanté y me dirigí hacia el espejo para revisarme la herida de la flecha; pero cuando me vi al espejo me llevé una gran sorpresa... no era yo.
Dejen algun comentario :P, no se si seguir la historia hasta q no me digan si les gusto o no >.>
Era una noche helada... con una niebla no muy densa, pero que no permitia distiguir bien lo que se llegaba a ver. Entre los borrosos contornos de los arboles, sentado sobre una roca, se hallaba un joven humano mirando al cielo murmurandose en voz baja:
-¿Dónde estaré? ¿Quién sere ahora?
Se miró las manos fijamente por un momento y agachó la mirada, al mirar al piso vio a una pequeña ardilla caminando entre sus pies. El joven tomo a la ardilla y le dijó:
-Como te envidio. No tienes nada de que preocuparte, por lo menos en algo coincidimos: tú y yo no sabemos que moriremos algun día.
Y poniendo a la ardilla sobre sus piernas, mientras esta miraba hacia todos lados como buscando ver algo entre la niebla sin importarle el joven, siguió hablandole.
-No se como habras llegado aquí, tampoco tú me lo podrias decir; pero yo sí puedo contarte mi historia. No se porque te hablo, si nisiquiera me entiendes. Supongo que necesito contar mi historia.
El joven sacó un pañuelo del bolsillo y con una daga que desenfundo desde atrás corto un trozo del pañuelo y envolvio a la ardilla para que no sintiese frío.
-Recuero ese día como si fuera ayer... realmente pudo ser ayer, pudo aver sido hace mucho tiempo, tal vez sea mañana o dentro de siglos.
Yo fui una vez un asesino... maté solo por el simple hecho de creer que podía tener en mis manos las vidas de otros, unas vidas que para mí no tenían nigun valor, unas vidas que no me importaban. Robé, maté, engañé, hice varias cosas, sólo para satisfacer mis caprichos. En ese entonces no tenía un nombre, la gente solo me conocía como "Matador" y era buscado. Se ofrecía una gran suma por mi cabeza.
Una noche como esta, me encontraba siendo perseguido por varios hombres, por lo que me escondí dentro de un templo. Allí encontre un sacerdote que al parecer estaba cuidando un cofre de oro puro.
-"Se quien eres", me dijo. "No pienso entregarte; pero por favor sal de aquí".
-Ví el cofre detras de él y empese a avanza lentamente con una mirada llena de confianza, esa mirada que tiene un hombre que vió un objetivo seguro.
-"Atras", decía mientras me lanzaba un débil hechizo una y otra vez.
Llegué hacia él y lo aparte de mi camino arrojandolo al suelo. Me acerqué hacia el cofre y lo tome, cuando me disponía a abrirlo escuche al sacerdote:
-"Por favor, no te lo lleves, no sabes lo que ahy alli adentr-", se vio interrumpido por un cuchillo que lanzé a su cuello.
El joven se agarró la cabeza con ambas manos y su mirada cambió a al de un persona terriblemente angustiada.
-Fui un tonto... si tan solo lo hubiese escuchado...
Se acomodó el pelo y se sonó el cuello girando su cabeza. Volvio a hablar retornando a su melancolica calma
-Entonces, escuche unos golpes en la puerta y ví a los hombres que me perseguian. Eran 5 en total: dos tenían antorchas, uno llevaba una larga lanza, el mas bajo de ellos llevaba una hacha y el mas grande y robusto cargaba una espada pesada, la cual alzaba con ambas manos.
Al verlos supe que no podría enfrentarlos, y menos con el cofre en mis manos. Decidí huir por una puerta que se encontraba a un lado del cuerpo del sacerdote. Corrí y corrí, pasando a traves de un puente, atravesé unas rocas extranas, continué a travez de lo que parecían ser unas antiguas ruinas de lo que algunas vez fue un templo, y llegue hasta un bosque.
Estaba seguro de q los habia perdido, pero yo no sabía donde me encontraba. Me sente bajo uno de los muchos arboles a descansar y escuche algo que se movia entre las hojas de los arboles.
-"Tal vez pudistes erudir a esos hombres, pero a mi nada se me escapa", escuche de entre los arboles. Era una voz que me heló la sangre, sentí miedo verdadero por primera vez. Esa voz era como al de una serpiente, pero mas grave, pronunciaba las palabras con una lentitud que era como sentir una espada deslisándose lenta pero dolorosamente a travez de todo el cuerpo.
El joven miró hacia la niebla durante un tiempo prolongado, luego continuó
-Fue entonces cuando ví esos ojos rojos entre las hojas, sentí una fuerte presion sobre el pecho al mismo tiempo que escuche el ruido que se hace al cortar el viento. Mire hacia donde sentí esa presion con dificultad para respirar, encontre que allí una flecha me atravezaba el cuerpo. Dejé caer el cofre golpeándose sobre el piso, lo cual provocó que se abriera. Caí de costado producto del flechazo y ví desde el suelo el cofre brillar.
-"Estúpido!, ya volvere a acabarte", dijó mientras lo escuche irse. La vista se me hacía cada vez mas borrosa; pero vi como algo dentro del cofre brillaba. De repente hubo un destello y vi los pies de algun ser. Esos pies eras de un tono blanco, algo azul, no recuerdo bien; pero lo que sí recuerdo esque brillaba con una puresa extrema. No tenía yo fuerzas como para levantar la cabeza y ver quien era
-"Sé que encontrarás tu proposito; tal vez no en este lugar ni en este tiempo, quizá tampoco en tu cuerpo actual". Tras oir esas palabras, sentí como si algo dentro de mí cambiara. Vi como ese ser avanzaba dandome la espalda. Antes de poder verlo completamente caí inconciente.
El joven hizó una leve pausa para acomodarse en la roca como si fuera un asiento y luego siguió.
-Desperté en una comoda cama de sabanas blancas, miré a mi alrededor para reconocer el lugar. Estaba en una pieza la cual tenía un espejo, una ventana, un estante lleno de libros y un armario. Sentó mi cuerpo diferente, como si fuese mi cuerpo. Me levanté y me dirigí hacia el espejo para revisarme la herida de la flecha; pero cuando me vi al espejo me llevé una gran sorpresa... no era yo.
Dejen algun comentario :P, no se si seguir la historia hasta q no me digan si les gusto o no >.>
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