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Historias de un Mestizo en tiempos medievales

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  • #16
    Historias de un Mestizo en tiempos medievales

    SOBRE IMPULSOS Y PROFESIAS

    Durante su pequeño viaje a SODA, Hell se sentía un tanto raro, los dolores de cabeza no cesaban y por sobre todo su sentido de orientación ya no era el mismo. Al estar tanto tiempo ciego aludió todos sus malestares a la nueva adquisición. Al mismo tiempo recordando una de las lecciones de anatomía elfica que Sarumir le havia enseñado: “Solo los elfos de la luz pueden denotar el mundo en colores, debido a nuestra maldición solo podemos ver en escalas de grises y violetas”, aun así los dolores que lo acosaban parecían no césar.
    Habiendo cruzado un pequeño camino, repleto de bosques y ya no tan feroces bestias Hell pudo observar la entrada a SODA, en ese lapso de tiempo al parecer todo dolor que lo aquejaba havia desaparecido, dándole así espacio a recrear una sola frase en su cabeza: “Yo que tanto deseaba vivir en paz, entenderme y ser entendido por las demás razas…… heme aquí recluyéndome para no causar daño alguno”. No habiendo pasado un segundo menos, como si fuese una jugarreta del tan odiado destino, un increíble dolor azoto su cabeza y su visión empezó a tornarse roja como si un manantial de sangre tapase sus ojos. Desesperado palpo su cabeza para no encontrar rastro alguno de heridas y temiendo lo peor se interno a toda prisa en aquel edificio abandonado para no volver nunca más.
    Mientras tanto Ringwen llegaba desesperada a su casa para poder encontrar a su amado, ella podía imaginar la cara de felicidad de todos los que estuviesen ahí esperando por su llegada, la ansiedad hacia que Ringwen corriera a un paso ligero y sin descanso, pero cuando llego y abrió la puerta no se encontró a su amado si no a todo su clan esperándola. Al parecer Alibeth había sido notificada del sacrificio que realizo Hell para poder revivir a Ringwen y decidió llamar a todo el clan ya que el remitente de la carta que la puso al tanto le explico con breves palabras que Hell podía ser peligroso para todo el continente de Aden. Sin entender la situación Ringwen le pregunta a Alibeth: “¿Dónde esta HellMetalero?, ¿Acaso le paso algo?”, su amiga esposo una cara de dolor y dijo: “Hell ha entregado su alma en cambio de que la tuya vuelva a su cuerpo… estamos acá reunidos para…”. Al enterarse de las malas nuevas Ringwen derrocha una lagrima y dice: “Aun así quiero presenciarlo con mis propios ojos… no voy a permitir que lo maten si todavía es el quien habita su cuerpo”, Alibeth con un tono efusivo dice: “¿Qué acaso no te das cuenta que la persona que tu conocías murió y que un demonio esta habitando el cuerpo de tu amado?” y no recibe mas respuesta que: “Aun así me van a necesitar no pienso quedarme afuera”. En el justo momento que ella estaba a apunto de hablarle de forma mas dura Isgrimnur apoya una mano sobre el hombro de Alibeth y le dice: “Deja que cumpla su deseo… por otro lado vamos a necesitar toda la ayuda posible” dando por terminada así la discusión.
    Mientras que el clan Tyilmandare preparaba su equipo y tácticas para incursionar en SODA, Hell logra reponerse de su recaída pero sin poder recordar quien es y que hace en ese lugar. Tan rápido como se levanta se da cuenta que yace sobre una especie de mesa de ritual y unos extraños garabatos la rodeaban, de pronto una silueta un tanto extraña se acerca por el portal de la habitación donde se ubicaba Hell y lo recibe de una forma un tanto efusiva: “¡Al fin as regresado señor mío!”, la cual el interrumpe preguntando: “¿Quién soy?, ¿Qué hago acá?”. En ese momento la silueta se posa cerca de la lámpara que daba la habitación revelando su figura, lo que parecía ser una Succubus de aspecto femenino contesta sus preguntas: “Tu eres HellMetalero de la casa Due’Maeralor, antiguo protector de esta ya embrujada escuela de artes oscuras, con tu propio ejercito te encargabas de velar por la seguridad de esta escuela y de sus sacerdotes”. Mientras Hell escuchaba las mentiras que la Succubus insertaba en su cabeza, preguntó: “¿Por qué no me acuerdo nada de lo que me cuentas?”. Mientras la Succubus se acerca a el y posa su mano en su rostro le dice: “Porque pasaron ya pasaron 5 décadas y media de tu muerte y por fin eh podido traerte a la vida para que puedas cumplir con tu promesa de venganza”. Al haber escuchado ese ultimo relato los ojos de Hell se llenaron con un fulgor rojo y dijo: “Tienes razón ahora recuerdo todo Maerlina”, al ver semejante respuesta y el fulgor rojo que sus ojos despedían Maerlina susurro: “¡Resulto!”, mientras que Hell la mira con determinación y le dice: “Reúne a mis tropas esta noche iniciara nuestra venganza”, y la Succubus le responde: “Mi señor con el resto solo puedo traer sus almas a los restos de sus ya corroídos cuerpos”, al terminar la frase se pudo escuchar una carcajada diabólica de parte de Hell , la mira y le responde: “Mejor aun sus almas se inhibirán de cualquier dolor y nuestra venganza será aun mas severa…En esta noche tormentosa traeremos caos al reino del continente no dejaremos un cuerpo con vida y de sus cenizas crearemos el nuestro”. Maerlina al escuchar tales palabras se regocijaba de placer y con unos cuantos hechizos e dibujos raros convoco un ejercito de esqueletos, que se levantaba y arrasaba con todo ser vivo que se cruzase en su camino hacia la sala de ceremonias en el subsuelo donde Maerlina y Hell se encontraban.
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    • #17
      Re: Historias de un Mestizo en tiempos medievales

      CEREMONIAS PAGANAS…PROMESAS DE DESTRUCCIÓN

      Habiendo reunido un ejército de más de 200 esqueletos Maerlina esperaba a que Hell terminase de ponerse su armadura e hiciera acto de presencia para iniciar el primer ataque al mundo de los vivos. Mientras tanto el clan Tyilmandare se dirigían hacia SODA preparados para esperar lo peor, mientras recorrían su camino un grupo de no menos de 50 elfos oscuros los rodea (entre ellos guerreros y magos de todas las clases), esperando un ataque de los elfos oscuros el clan Tyilmandare se pone en guardia hasta que Alibeth da la orden de retirar las armas Isgrimnur se acerca a Alibeth y le pregunta: “¿Acaso esto también es parte de tu plan?”, ella mira al guerrero humano y le responde: “Calma amigo mío en segundos te explicare”. Mientras Alibeth convence a su clan de que los elfos oscuros están para ayudar dos figuras se acercan, eran ni más ni menos que Cupi y el sacerdote Thiefell, al acercarse para hablar con ella sus soldados y magos en una increíble maniobra de destreza se colocan detrás de los caballeros del clan Tyilmandare para formar un solo ejercito con una única misión; cesar y prevenir a tiempo cualquier clase de ataque contra el mundo que todos ya conocemos. Thiefell se dirige a Alibeth y le comenta: “Estos son unos de los mejores grupos de caza y defensa que tenemos, estarán bajo el mando de Cupi y te ayudaran a completar con tu misión, yo mientras tanto organizare las defensas de mi pueblo en el caso de que fallen”, Alibeth mira a Thiefell con preocupación y le pregunta: “¿Tan terrible es lo que Hell desencadeno?”, Thiefell decide emprender camino hacia su pueblo y dice: “Solo el tiempo contestara tu pregunta”. Es así como un nuevo ejército se forma para vencer un enemigo en común aunque algunos miembros de Tyilmandare aun tenían la esperanza de salvar a HellMetalero en el proceso.
      A unos cuantos metros en la infame escuela se celebraba el regreso del falso general, Maerlina con un par de palabras alentadoras presenta a su nuevo vástago ante el ejército de esqueletos: “Soldados míos denle la mas calurosa bienvenida a su general aquel que siempre los acompaño tanto en vida como en muerte, aquel que los llevara a la victoria y cumplirá con la promesa de vengar a quienes nos traicionaron… Arrodíllense ante su general Sir HellMetalero de la casa Due’Maeralor”, en ese preciso instante Hell se presenta con una nueva armadura hecha de brigandine acompañada de una larga capa negra (que tenia bordado la antigua cresta de la escuela de artes obscuras) y su fiel compañero (el sable que todavía utilizaba antes de ser hechizado). Su armadura tenía un aspecto un tanto aterrador, su pechera tenía situada a la altura de la espalda una especie de canaletas que representaban las supuestas alas de un dragón rojo, sus pantalones se entremezclaban entre brigandine y una muy fina cota de malla negra y su escudo tenia en el medio un símbolo de un dragón rojo retorciéndose. Al ver el aspecto de Hell a Maerlina solo pudo pensar una cosa: “Es el… Es el…El vástago de la destrucción enviado por Shilen y Kain esta ante mis ojos…Es un gran noche para crear caos en este continente descarriado”, mientras ella divagaba en su mente pensando en los horrores que iba a causar a los habitantes de la superficie el le pregunta: “¿Estamos listos Maerlina?”, ella vuelve en si respondiendo: “Perdón mi señor es que su atuendo me dejo atónita… Ya casi solo falta que le entregue su espada”, el la mira de forma extraña y con un dejo de sonrisa le dice: “Pero si ya tengo mi sable, al menos creo que es mío ya que al tenerlo encima se me hace familiar”, un lapso que hace despertar la memoria de Hell preocupa a Maerlina y trata de convencerlo diciendo: “No mi señor su arma esta aquí…La espada de la Revolución…Ella siempre fue su fiel compañera… Usted tiene cierta familiaridad con ese sable porque es un regalo suyo hacia mi persona…Fue el sable que me regalo para que me defendiese aquella fatídica noche cuando nos atacaron”, Hell intercambia el sable por la espada y le dice: “Me da gusto saber que te protegió, una vez te lo entrego para que me ayudes en esta batalla”, ella repentinamente cambia la preocupación por una sensación muy rara para una Succubus, sus mejillas se sonrojan por primera vez en su tan larga vida y le contesta: “Gracias mi señor, será un placer”. Aunque Hell nota el súbito cambio en Maerlina prefiere seguir con sus planes diciendo: “Soldados míos es hora de que salgamos a la superficie para vengarnos por los atroces actos que se han cometido hacia nosotros…Caminad hacia la victoria y no dejes un solo enemigo con vida”, fuertes rugidos provocados por el ejercito vitoreaban las palabras de Hell y trajeron los mas grandes escalofríos a un infiltrado que rápidamente se dirigió hacia la salida. El mensajero llego directamente a Alibeth para informarle que estaban a punto de salir, la líder del clan hizo una señal y todas sus tropas se escondieron en puntos estratégicos, esperando el momento para atacar al enemigo. Los pasos de la horda de esqueletos se sentían en la tierra y la brisa de la noche rápidamente le sugirió a Thiefell que otra batalla más por el continente de Aden estaba a punto de comenzar.

      MUERTES BAJO UNA LUNA DE SANGRE

      Los magos estaban a cargo de Gavin y tenían los hechizos preparados para lanzar los arqueros seguían a la líder Alibeth y en cuanto a los guerreros estaban bajo supervisión de Cupi e Isgrimnur, Heldatalor y Valshaera tenían a los reclutas mas nuevos del clan Tyilmandare. No tuvo que pasar mucho tiempo para que salieran los esqueletos de las entrañas de SODA, en ese instante Gavin mira cuidadosamente a Alibeth, esperando la orden de ataque, pero sus nervios no jugaron a su favor y desplegó un ataque masivo sobre la primera fila de esqueletos y a su vez forzando a todos a salir al campo de batalla. Mientras tanto Maerlina le comunica a Hell que un grupo de soldados esta atacando su ejercito Hell mira a Maerlina y le dice: “Es hora de combatir… Al parecer nos estaban esperando”. Cuando ya casi todo el ejército de esqueletos ya estaba afuera y el destino de la batalla no daba rastros de un favoritismo, Cupi logra ver que Hell es acompañado de una Succubus y su raza mas que nadie sabe muy bien que estas arpías engañosas suelen seducir mentalmente a su victima para lograr sus propósitos, decide terminar con todo desde la raíz y se abalanza sobre la misma para asesinarla, pero Hell con un certero golpe de escudo (que da de lleno en el pecho de Cupi) logra contrarrestar el ataque dejando a Cupi tendido en el piso a merced de la espada de su amigo. No obstante al ruido de armas rechinando y golpeándose entre si Isgrimnur puede divisar a Hell arrinconando a Cupi y sin más meditarlo carga contra Hell asestando un golpe de lleno con todo el cuerpo, pero sin recibir un poco de respiro Maerlina lo ataca sin piedad alguna mientras Cupi logra recuperarse del golpe que recibió. Sin mucho preámbulo dos contiendas se realizan al mismo tiempo, Cupi contra Hell que no hace más que esquivar golpes y mediante palabras hacer volver en si a su amigo, y por el otro lado esta Isgrimnur que comienza a luchar contra Maerlina. De forma súbita los esqueletos remanentes deciden agruparse y arremeter contra Isgrimnur, mientras que Hell ya casi tenía a Cupi dominado con su espada, al ver la escena Alibeth decide ayudar a Cupi apuntando hacia Hell pero un grito de Cupi y Isgrimnur hace que cambie el objetivo súbitamente: “Mata a la Succubus ella es la que controla todo”, Mientras Alibeth podía observar la trayectoria de la flecha que se dirigía a Maerlina no tuvo mas que voltear su cabeza para poder presenciar como Hell enterró de lleno su espada en el cuerpo de Cupi dejándolo con un pequeño aliento, que solo pudo soltar unas cuantas palabras: “Vuelve en ti HellMetalero tu no eres instrumento de nadie…”, ni un segundo mas tarde Cupi muere producto del desangrado. Al retirar la espada de su amigo Hell posa una sonrisa y mira a Maerlina buscando alguna clase de aceptación y lo único que puede ver los segundos antes de ser alcanzada por la flecha de Alibeth, un grito desgarrador concentra a los sobrevivientes de la pelea: “Maerlinaaaaaaaa… Noooooo”. Al caer Maerlina con ella también mueren los esqueletos que ella havia convocado, dejando solo a Hell, pero aun con el hechizo en su mente. El se acerca a ella mientras Isgrimnur observa y Maerlina con el ultimo suspiro le dice: “Vengue mi muerte mi señor… Que paguen las penurias que nos hicieron…”, y antes de completar la frase sin mas remedio fallece. Isgrimnur mirándolos solo dice: “Solo lastima me puede causar un ser vivo que lo único que desea en sus últimos momentos de vida es mas derramamiento de sangre que el que causo este conflicto”, sin escuchar ni una sola palabra Hell se pone de pie, tira su escudo y agarra el sable que Maerlina tenia en sus manos con mucha determinación, tanta que un apabullante grito toma por sorpresa a todos e guía a Ringwen que dentro de la pelea no havia podido ni ver a su amado una sola vez. Isgrimnur retrocedió unos pasos y se puso en guardia diciendo: “Yo no cometeré el mismo error que el elfo oscuro… Peleare contigo”, Hell lo mira y le dice: “Entonces ven conmigo tengo el lugar perfecto para pelear”, en ese momento los dos se dirigen adentro de SODA y pasan desapercibidos de todos menos de Ringwen que buscaba a Hell sin descanso alguno.
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      • #18
        Historias de un Mestizo en tiempos medievales

        METAS DE UN GUERRERO Y ENSEÑANZAS DE UNA MENTE PERTURBADA


        Sin mucho más que decir Hell guía a Isgrimnur a través de SODA hacia el lugar donde iba a llevarse a cabo la última pelea. En un punto de tal recorrido Isgrimnur hace un pequeño intento de volver en si a Hell diciéndole: “¿Acaso no te acuerdas de mi y o de Ringwen o incluso de Alibeth?”, en ese momento Hell duda por segundos pero se afirma a esa historia que Maerlina le contó, que al parecer era un hechizo muy fuerte hecho para que la bestia que dormía dentro del cuerpo de Hell saliera para hacer estragos en el continente de Aden como ultimo deseo de Kain para dar punto final a la raza “débil” que el mismo creo, y responde: “Tus mentiras no harán que te perdone la vida por lo que as hecho”. Al recibir tal respuesta Isgrimnur se aboca a lo que en un punto vino a realizar y le contesto diciendo: “Entonces como futuro Paladín mi deber será matarte aunque sea lo ultimo que haga”, de pronto una risa un tanto irónica sale de los labios de Hell y le dice a Isgrimnur: “Paladín…Los Paladines no son mas que un rango y religión vago para esconder las atrocidades que los humanos cometieron contra nuestra raza en el momento que terminábamos las guerras contra los orcos… En fin los paladines no son mas que mercenarios traicioneros que se ocultan bajo un manto religioso y asesinan sin piedad cuanta criatura o raza no entiendan”. Después de escuchar tales palabras, Isgrimnur con un poco de dudas responde: “Eso no es cierto los paladines no han hecho mas que traer bondad a este continente cuando estaba sumido en pura maldad y tu eres de aquellos que quieren revivir esa horrorosa época”, al oír esas palabras los ojos de Hell se consumen en un fulgor rojo y con una cara para nada amigable mira a Isgrimnur diciéndole: “Tu no eres mas que un pobre adolescente a quien le han llenado el cerebro de historias falsas y vas a morir por tal blasfemia”. Después de ver el rostro de Hell, Isgrimnur no hace más que quedarse callado del susto y seguirlo hacia el lugar donde pelearían, pensando en que debería ganar a toda costa por el bien de los demás.
        Mientras tanto Ringwen trataba de seguir su rastro a través de SODA para parar lo que seguro iba a ser una contienda donde uno de los dos moriría sin más remedio. Al llegar a la sala donde Hell dio sus grandes palabras al ejército no hizo más que parase en una esquina y desenfundar sus armas dándole la espalda a Isgrimnur, diciendo: “Este es el lugar que eh elegido para tu muerte…Aquí iniciaras tu camino hacia el infierno con el titulo de “Intento de Paladín”…Quédate tranquilo que serás reconocido en todo el averno”. Sin más que decir Isgrimnur calza su escudo, desenvaina su espada y carga contra Hell dando todo su esfuerzo en un solo golpe, el cual Hell logra para cruzando su espada de la revolución y el sable que saco de las manos de Maerlina formando una equis. Los dos se apartan dando un salto hacia sus espaldas y Hell arremete con sus espadas dando golpes con toda su furia, mientras que Isgrimnur trataba de bloquearlos con su escudo y tratando de estocar con su arma, pero todo era inútil ya que los pocos golpes que Isgrimnur podía iniciar eran fácilmente esquivados por Hell y toda la furia que Hell encarnaba en los suyos era detenida por el escudo de Isgrimnur. Mientras el guerrero humano y el hechizado guerrero elfo oscuro peleaban Ringwen llegaba a toda marcha para presenciar la pelea que se llevaba acabo y con mucha énfasis les grita a los dos: “¡Paren esta locura!”, Hell se distrae con el grito y apenas puede evitar el ataque de Isgrimnur que termina por romper el ya debilitado sable y crear una herida de gravedad en su abdomen. Al ver como el ultimo ataque hiere a Hell Ringwen no hace mas que acercase a el preguntándole: “¿Estas bien amado mío?”, Hell se reincorpora y le dice: “No se quien seas mujer pero apártate”, sin importar sus palabras Ringwen miro a sus ojos solo para ver que la persona que ella conocía no yacía en ese cuerpo, sus ojos brillaban en rojo y su cuerpo destilaba un aroma a muerte, ella aun creyendo que Hell todavía podía ser salvado le dice: “¿Acaso no me recuerdas…Nuestro amor…Nada?”. Sin darle a tiempo a Hell a responder Isgrimnur grita: “¡Acaso no ves que esta bajo un poderoso hechizo!… ¡La persona que conocías murió el mismo día que dio su alma por la tuya!”. Ringwen empapada en lágrimas se aparta de Hell, mientras que Isgrimnur carga con toda la fuerza que le queda y sin más que hacer Ringwen a último momento se interpone en el ataque, pero Hell instintivamente la protege soltando su espada, abrazándola e interceptando la espada de Isgrimnur con su espalda y solo un grito se escucha en todo SODA: “¡NOOOO!”.
        Al retirar su arma de la espalda de Hell, Isgrimnur queda perplejo por la situación y deja caer sus armas al piso como si el peso de las mismas fuese mayor a su fuerza física. Antes de desvanecerse por el dolor, los ojos de Hell pasan de un rojo furioso a un verde que inspiraba paz, ese color que supo tener antes de ser extirpados por el sacerdote aquel fatídico día. Por un momento se puede ver un resplandor dorado rodeando a Ringwen y a Hell, al parecer en ese mismo momento ella conjuro un hechizo para sanar sus heridas, pero podía ser demasiado tarde para el cuerpo de Hell que ya havia recibido dos heridas de gravedad.
        Hell mira a su amada y le dice:”Por fin puedo descansar sabiendo que estas bien”, y con sus ultimas fuerzas se dirige hacia la espada que havia soltado para enfundarla, cuando Isgrimnur le dice: “Si conservas esa espada no me dejas mas alternativa que matarte en el momento que ese hechizo tome tu cuerpo otra vez”, Hell enfunda su espada mirando a Isgrimnur a la cara y le contesta: “Recuerdo muy bien todo lo que paso y todo lo que dije esta noche…pero…si piensas seguir el camino de un paladín recuerda que…incluso el mal que esta ante tus ojos puede llorar y sentir…que sea esta una lección para la vida que te espera”, diciendo estas ultimas palabras Hell se desploma en el piso sin mas fuerzas.

        REFLECCIONES

        Luego de que el clan Tyilmandare acabase con el ejército de esqueletos que la Succubus Maerlina creo. Se dirigió al centro de SODA, solo para encontrarse a Ringwen cuidando a Hell que estaba en el piso aparentemente desmallado e Isgrimnur a un costado con la mirada perdida en alguna inmensidad del espacio y tiempo. Keyzzer un orco guerrero muy amigo de Isgrimnur e integrante del clan se dirige hacia el y le pregunta: “¿Tan dura a sido la batalla que te quedas observando la nada?”, Isgrimnur dirige la mirada a su amigo orco y le pregunta:” ¿Es cierto que los humanos hemos traicionado a los elfos de la luz en algún punto de la vida de este continente?”. Keyzzer mira a Isgrimnur a los ojos y le dice: “Aunque para mi raza esa historia nos duele aunque no la hallamos vivido, puedo decirte que después de que los elfos nos ganaron la disputa de Aden con la ayuda de los humanos y no quisiéramos repetirla por orgullo propio puedo decirte que… Es cierto que los humanos traicionaron a los elfos de la luz a ultimo momento con el simple propósito de controlar Aden y los resultados los ves en este presente que vivimos con cada castillo creado y controlado por seres humanos”, después de recibir tal respuesta Isgrimnur baja la cabeza haciendo entender a su amigo la tristeza que la verdad le causa, pero al saber el propósito de la pregunta Keyzzer termina su respuesta diciendo: “Aun así se que los humanos que estuvieron involucrados, nada tienen que ver con los nobles propósitos de los paladines que se han dedicado a exterminar el mal que amenazó alguna vez el continente… La verdad que estoy perplejo al ver que el pequeño elfo oscuro aya doblegado tu espíritu con simples palabras”. Isgrimnur levanta la cabeza demostrando el llanto de felicidad al escuchar esas ultimas palabras de su amigo y dice: “No deberíamos subestimar ni una vez mas el poder que HellMetalero lleva dentro… El día de hoy todos pudimos ver que si no hubiésemos llegado a tiempo el ejército que en dos noches logro juntar la Succubus que lo acompañaba y la ira inducida por Shilen que el llevaba consigo hubiese sido nuestra perdición… Y por sobre todo debo agradecerle mi vida a Ringwen que lo distrajo para que yo pudiese asestarle un golpe, de no ser por ella el me hubiese asesinado como lo hizo con Cupi… Pero si de algo me arrepiento es de haber sido tan ciego para no darme cuenta que el podía ser salvado”. Después de tal discurso su amigo no hizo mas que querer consolarlo diciendo: “No debes poner tanta carga sobre ti mismo Isgrimnur, las enseñanzas que la vida te da solo puedes aprenderlas con el paso del tiempo y aun así se que podrás ser un paladín digno de ser nombrado”, luego de escuchar a Keyzzer, Isgrimnur limpio las ultimas lagrimas de su cara y le dijo: “Gracias amigo mío por tu ayuda para aclarar mi mente… Pero todavía recuerdo lo ultimo que dijo Hell antes de caer al suelo rendido… Dijo que hasta el mal puede llorar y sentir… deberíamos hacer caso a esa frase para poder tener un juicio justo por cada persona o presencia que enfrentemos de ahora en mas”, al escuchar esas ultimas palabras Keyzzer gira su cabeza mirando a Hell que estaba siendo cuidado celosamente por Ringwen, se dirige hacia el y dice: “Es impresionante cuanta fuerza y voluntad sale de un cuerpo tan chico y delicado como el de este muchacho”.
        Pocos minutos después el clan Tyilmandare se retira de SODA llevándose consigo a Hell que estaba inconsciente y los cuerpos de las personas que padecieron aquella noche cuando la luna no hizo mas que rellenarse de sangre por unas breves horas. Durante el viaje Isgrimnur se acerca a Alibeth en la caravana, que se dirigía hacia el templo de los elfos oscuros, y le pregunta: “Alibeth tu seguro sabias que paso realmente entre tu raza y la mía… ¿Cómo es que nunca sentí algún odio de tu parte hacia mi o mi raza?”, ella lo mira y le dice: “Es simple querido compañero porque los elfos de la luz no vivimos odiando ni sintiendo rencor durante nuestra larga vida… Solo los elfos marrones pudieron sentirse así después de lo que aconteció y gracias a eso existen los elfos de la oscuridad”, Isgrimnur sonrió después de escuchar tales palabras y dijo: “Gracias por tu bondad amiga”. Sin más acontecimientos extraordinarios la caravana llego al pueblo donde Thiefell los esperaba con soldados diciendo: “Gracias por su ayuda pero esto no se repetirá… Los elfos oscuros tenemos la intención de vivir solos en su mayoría así que hasta acá los puedo dejar pasar déjenos las bajas y heridos de nuestra raza y por favor sigan su camino”, haciendo lo que el sacerdote pidió hicieron entrega de los cuerpos entre ellos el de Cupi y siguieron camino hacia Gludio para tener una ultima sesión hasta que el continente los necesite.
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        • #19
          Historias de un Mestizo en tiempos medievales

          LA ÚLTIMA SENA DE LOS SOBREVIVIENTES… UNA NUEVA PROFESIA

          Fue cuando Hell se despertó que se dio cuenta que todo volvía a la normalidad, la vista que una vez Shilen le concedió para matar con firmeza y acierto se havia ido pero esta vez sus ojos verdes se quedaron justo donde pertenecían. Ringwen lo miro y le pregunto: “¿Acaso no puedes ver?”, el dirigió la cara hacia la voz que provenía de los labios de su amada (como estaba anteriormente acostumbrado) y le contesto: “Al parecer volvió todo a su normalidad…no me gustaría volver a ver a costa de la vida de mis compañeros de clan”. Un abrazo enternecedor fue la respuesta de Ringwen al ver que su amado havia vuelto a la normalidad y que además podía admirar a sus ojos con la calma de la mañana. De repente ella lo suelta de forma exaltada y le dice: “Me havia olvidado por completo…debemos asistir a una reunión…una que Alibeth esta organizando para los integrantes de Tyilmandare”, fue en ese momento en que Hell se levanto para agarrar su armadura cuando noto que era aquella que llevaba puesta esa noche y dijo: “Ringwen acaso esta no es...” ella lo miro con cariño y le dijo: “Así es, la conserve porque a pesar de la historia que lleva te queda muy linda y además también conserve la espada que al parecer tiene un muy buen acero por lo que me dijo Keyzzer”. Hell hizo una pequeña mueca y dijo: “Muy bien solo la llevare puesta porque a ti te gusta”. Sin más que decir los dos se prepararon y se dirigieron a la taberna donde solían tener sus reuniones.
          Al llegar pudieron percatarse que eran los últimos, como de costumbre Hell estaba ciego y Ringwen era un tanto pésima para las direcciones así que su recorrido era como el de dos ciegos tratando de llegar al sol. Todos se dieron vuelta al admirar la armadura que Hell llevaba consigo y la espada que yacía en su funda, fue en ese momento que Alibeth se paro y dijo a la muchedumbre: “Aunque traiga malos recuerdos creo que nadie desperdiciarían tal Brigantina y menos aun el filo de un buen acero como la espada que llevas…”, se hizo una pausa e Isgrimnur se levanto diciendo: “Aun el mal puede llorar no es cierto Hell”. Fue en ese momento que Hell esposo una sonrisa al ver que su compañero de clan entendió lo que quiso decir esa noche, pero el gran susto se lo llevo cuando el orco Keyzzer se acerco y le dijo: “Ven pequeño ariete de asedio nos espera una fiesta”, las carcajadas resonaron en el establecimiento y la ceremonia se dio a paso.
          En el principio de la ceremonia Alibeth dio un discurso en honor a los caídos en tal guerra y una plegaria para que las almas de los mismos llegaran sanas y salvas al cielo donde sus dioses aguardaban su retorno, aunque resultaba un tanto chocante para Hell pensar en el hecho de que el alma de Cupi regresara al lado de Shilen ya que ella era artífice de lo sucedido. Luego continúo Hell quien se paro sin alzar su copa pidiendo perdón a todos por lo que habían sufrido en aquella noche y levantando su copa grito fuerte y con coraje: “LARGA VIDA A TYILMANDARE”, todos asintieron el rugido y continuaron sus conversaciones (en su mayoría basadas en su desempeño en aquella guerra). Por ultimo fue Isgrimnur que se levanto para dar un comunicado para nada grato y con palabras textuales dijo: “Siento tener que comunicar esto en una noche tan dichosa como esta pero… Debo retirarme del clan ya que mi camino como futuro Paladín así lo requiere”, todos protestaron dando sus opiniones que eran respetables en su mayoría pero Hell y Keyzzer fueron los únicos que pudieron entenderlo en aquel momento diciendo los dos a coro: “Solo podemos decir que deseamos con mucho fervor que tu camino como Paladín algún día te traiga a nosotros devuelta sano y salvo amigo mío”. Sin mucho más que decir las conversaciones se tornaron en cuanto a la decisión de Isgrimnur de abandonar Tyilmandare, así paso la celebración que se daba en honor a los héroes de Tyilmandare que habían logrado detener una masacre y un gran mal para el continente. Al terminar la fiesta muchos pudieron darse cuenta que épocas de mucha tranquilidad se asomaban y que ellos serian olvidados en los eones del tiempo si no hacían algo al respecto, pero las salidas que se suponían una solución iban en contra de la moral que el clan tenia y los juramentos que ellos alguna vez hicieron.
          Sin mucho que más que hacer Alibeth volvió sola a su habitación mientras que Hell y Ringwen iban de la mano (una de las razones era la obviedad de que Ringwen servia de lazarillo de Hell para que el no terminase en un campo de guerra si tratase de guiarse por si solo) hacia el lugar donde se estaban hospedando a descansar, Mientras dormían Hell no hacia mas que moverse, debido a que la pesadilla que el tenia no podía hacer menos resonancia en su cuerpo. En su sueño se veía el frente a una figura de una mujer tan alta como un edificio con muchos brazos y un pelo un tanto particular que consistía en serpientes, que le habla diciendo: “No creas que aquí termino todo…Tu cumplirás con tu promesa…serás el vástago de la destrucción que mi padre quiso que fueses”, una terrible luz negra se desataba en una de sus manos convirtiéndose en una bola negra de puro poder que se dirigió directamente a su rostro. Luego de ese momento aterrador Hell se despertó sudando y con una expresión de pánico que obviamente cautivo la mirada de Ringwen la cual no podía dormir a causa de tanto movimiento y jadeo. Fue en ese preciso momento que ella le pregunto: “¿Fue nada mas que una pesadilla no mi amor?”, el giro automáticamente hacia su cara dándose cuenta que otra vez podía ver con claridad y le dijo: “Lo dudo mucho”, ella se asombro cuando se dio cuenta que el estaba viéndola fijamente. Fue tan fuerte la reacción al ver que el podía ver otra vez que los pensamientos de Ringwen pasaban de la felicidad al pánico en cuestión de segundos e intercalando unos con otros con cada pregunta que ella misma se respondía. En cuanto el silencio pasaba Hell no hizo más que tratar de tranquilizar a su amada que su aspecto parecía al de un conejo circulando por un cementerio lleno de monstruos dispuestos a comerlo. Después de esa noche las cosas se tornaban cada vez más complicadas ya que por momentos las pesadillas volvían como premoniciones de caos susurradas por un sacerdote en una multitud temerosa. Así pasaron los días hasta que una noche tormentosa cuando Hell estaba cazando en las cercanías de Cruma con el resto de los integrantes del clan se torno más que difícil al ver que estaban acorralados por una jauría de Stakatos que los sobrepasaban en número, las probabilidades de sobrevivir eran escasas y el dulce aroma de la muerte se sentía en el aire como una leve brisa que traspasaba las entrañas del grupo de caza. Mientras que los temores a la muerte ocupaban la mayor parte de los pensamientos Hell solo podía concentrarse en la ira que le provocaba estar en tal situación y la voz que constantemente penetraba su cabeza diciendo: “¿Quién diría que el vástago moriría en tal aberrante situación?, Nunca supondrías que este seria el castigo por no seguir el destino que Kain tenia pensado para ti ¿No es así?... Tus amigos pagaran con sus vidas tu insurrección”, mientras tanto Keyzzer se alzo al frente y dijo: “Si esta va a ser nuestra ultima vez convida muramos luchando héroes de Tyilmandare”. No fue segundos mas tarde que el espíritu de pelea de todos llego a niveles insospechados y se cargaron con todas sus fuerzas contra el enemigo menos Hell que estaba paralizado por sus pensamientos, lo cual Keyzzer pudo notar al solo ver hacia atrás cuando vio a su compañero en trance y las flamas rojas que destellaban en sus ojos, Hell se acurrucaba lentamente repitiendo en voz baja: “Nadie va a morir…Nadie va a morir”, hasta que extendió todo su cuerpo como si fuese a dirigirse directamente hacia los cielos como un ave gritando con mucha énfasis: “NADIE VA A MORIR”. Segundos más tarde el fulgor de sus ojos formo una misteriosa espada roja en el aire que generaba un ruido tan ensordecedor como el que producía una campana cuando uno la escuchaba de cerca, pero al mismo tiempo dando una tremenda determinación al clan que avanzaba hacia la jauría de forma arrolladora acabando con cada Stakato en cuestión de segundos. Como si fuesen marionetas controladas por Hell el clan Tyilmandare realizaba cada acción que el pensaba dentro de su cabeza, hasta que el numero de Stakatos fu siendo reducido miembro por miembro al punto de quedar unos pocos con vida arrodillados suplicando piedad. La piedad no era un pensamiento común en ese mismo momento y menos todavía en la cabeza de Hell que ordeno con firmeza: “Destrúyanlos a todos… Nadie que desee la exterminación de nuestro clan merece piedad alguna”, sin hesitar si quiera un segundo hasta el mismísimo Keyzzer que era afamado por ser artificio de sus propios pensamientos y acciones a quien nadie cuestionaba acato la orden de Hell a la perfección y sin demoras. Al haber muerto el ultimo Stakato de la jauría las cosas volvieron a su normalidad, pero todos sabían muy bien lo que paso, nadie tuvo el lujo de olvidar la batalla ni el rostro de Hell cuando el fulgor rojo sobresalía como llamas de sus ojos, Keyzzer con curiosidad se acerco a Hell y le pregunto: “¿Qué fue lo que acaba de suceder?... Me refiero a ese poder… Era tan inmenso que no me atreví a contradecirlo”, y antes de que Hell pudiese buscar respuesta lógica alguna para los sucesos Valshaera se acerco al grupo y dijo: “Creo que fue una danza… Hay una rama de elfos oscuros que no se dedican a venerar a Shilen como sus caballeros fieles sino que se convierten en gladiadores oscuros”, en eso Hell mira a Valshaera y le pregunta: “¿Pero eso que tiene que ver conmigo si nunca realice tal entrenamiento?”, Valshaera mira a Hell con asombro respondiendo: “Imagine que preguntarías tal cosa… Pero a decir verdad las poses y la espada que se reflejo en el aire coinciden con las características de las danzas realizadas por los gladiadores negros comúnmente llamados “Danzantes de Espadas”… Puedo decirlo porque estuve bajo los efectos de las danzas pero para ser sincero nunca sentí una danza tan fuerte como la que tu realizaste esta noche”, mientras tanto el de grupo de caza escuchaba atentamente el relato de Valshaera sin siquiera acotar una sola palabra. Hell se sentía totalmente abrumado por lo que acababa de escuchar, a tal punto que las palabras no podían salir se su boca, fue así que Keyzzer lo miro fijamente y dijo con un tono un tanto burlón: “Parece ser que el pequeño ariete de asedio tiene una habilidad nata… Era hora de que sirvieses para algo elfo afeminado”. Las carcajadas resonaron en todo el territorio de Gludio y de forma breve fueron interrumpidas con palabras de Valshaera diciendo: “Retomando el tema seriamente… Creo que deberías explotar esa habilidad que tienes… Podría sernos de verdadera utilidad en los tiempos a venir”.
          Mientras el grupo de caza volvía a Gludio Hell pensaba una y otra vez las ultimas palabras de Valshaera, pero al mismo tiempo pensaba en el hecho de que sintió haber controlado a sus compañeros como si fuesen marionetas para sus deseos de aniquilación y eso le traía malos recuerdos. El solo hecho de que esta vez involucrara a sus compañeros de clan en el destino que Kain tanto quería para el lo hacia tiritar del temor.
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          • #20
            Historias de un Mestizo en tiempos medievales

            GLORIA SIN RECONOCIMIENTO…AVANDONOS SIN FIN

            La paz volvía a reinar el continente y los héroes de Tyilmandare que murieron y sobrevivieron la guerra que se desato esa noche nunca fueron mencionados, cual historia trágica que el mundo tiende a olvidar. La mayoría se desligo del clan para unirse a otros en búsqueda de fama, reconocimiento, poder o incluso riquezas, todos esos pretextos que daban mientras se marchaban no hacían mas que acrecentar el sufrimiento de Alibeth de Tyilmandare que poco a poco se daba cuenta que ella y su clan ya no eran mas necesitados, mientras que los que se quedaban no hacían mas que decirle lo contrario pero al mismo tiempo cuando llegaba el momento se iban persiguiendo sus propias ambiciones. Aun así el clan tuvo sus idas y venidas en cuanto a integrantes, pero algunos de los que habían quedado cuando el clan se formo originalmente siguieron siendo fieles a su líder y a su juramento como caballeros, entre ellos: Keyzzer, Heldatalor, Valshaera, Ringwen, HellMetalero, Alejandrox, Arni. El resto eran personas que iban y venían dependiendo de su codicia o el tiempo que les llevaba convencerse de que no se necesitaba mas héroes en este continente sino colonizadores que tomasen cada porción de Aden como suya sin importar quienes fuesen sus dueños por derecho de nacimiento ni antigüedad.
            Todo circulaba con demasiada calma un día de invierno cuando Arni decidió marcharse y tomar su propio camino hacia la tan codiciada fama que a veces encantaba la mente de los hombres y mujeres y solía dejarlos varados en la nada sin compañía alguna y con poco espíritu de lucha, en algunos casos como fue el de Arni (un guerrero humano destinado a ser un Vengador Oscuro, ya que su pasado y la perdida de sus padres fue el motivo principal) las promesas de fama lo llevaron a una guerra entre bandos en la cual perdió la vida sin remedio alguno. Mientras el clan Tyilmandare presenciaba el funeral y la despedida a un amigo muy querido, Hell solo podía concentrarse en las pesadillas que lo azotaban durante más de 4 meses. Sin mucho que decir Ringwen lo miro a la cara y le pregunto: “¿Son esas pesadillas otra vez no?”, Hell la miro y le dijo: “No es solo el hecho de que si hubiese podido convencer a Arni el un hubiese sufrido un destino tan cruel…”, fue en ese momento que ella poso una mano sobre su rostro y dijo: “Fue una decisión propia de Arni la que lo llevo a la muerte no una diosa encaprichada en cumplir las ordenes de su padre amor mío”. Como toda carcajada que suele nacer en un velorio, esta pudo cautivar al resto de los que allí estaban despidiendo a Arni y sin más que decir Hell se disculpo ante todos y se marcho, pero en el momento que emprendía su vuelta Valshaera le pidió hablar con el a solas un momento. Al estar solos el mago elfo oscuro le dijo a Hell: “Se que no quieres explotar esa habilidad tuya por miedo a controlarnos para un fin perverso… Pero eh escuchado que en Giran yace muy escondida una base secreta de elfos oscuros que se especializan en entrenar Danzantes de Espadas… Deberías someterte a tal entrenamiento puede que halla una gran chance de que te ayuden a controlar ese poder sin tener mayor repercusión sobre tus seres queridos”, Hell no dudo dos segundos y le dijo a Valshaera: “Gracias por aclarar mis dudas, creo que tendré que emprender un nuevo viaje”.
            Al llegar a su morada Hell se detuvo a observar a su amada con tanta pasión como si fuese la ultima vez que la viera por segunda vez en la vida, ella se acerco con cariño y le dijo: “Querido deja esos temores atrás y acompáñame a nuestra habitación… Dediquémonos a disfrutar de nuestro tiempos juntos”. El la siguió como si estuviese hechizado mientras que los días y las noches pasaron sin que ellos se diesen cuenta, pero tarde o temprano el debería emprender viaje y ausentarse por un largo tiempo, así que decidió comunicárselo diciendo: “Debo preparar mi armadura y mis cosas… Un largo viaje me espera… Uno al cual no debes acompañarme”, ella lo miro con tristeza y le pregunto: “¿Por qué no amado mío?”, respondiendo rápido Hell dijo: “Porque no pondría en juego tu vida otra vez”, su respuesta fue tan rápida y careciente de sentimientos que causaron un manantial de lagrimas en el rostro de su amada y una pequeña cólera que provoco que las siguientes palabras salieran de su boca: “Entonces si decides ir solo… Debo decirte que no puedo esperar eternamente a que decidas volver”. Sin mas que decir y pensando que era lo mejor para Ringwen, Hell decidió marcharse sin mirar atrás rumbo a las tierras de Giran donde tendría que averiguar si pudiese realizar tal entrenamiento.

            EL CAMINO DE UNA NUEVA PROFESION

            Mientras Hell recorría su camino hacia la campaña de los elfos oscuros que se situaba en Giran, Ringwen en llanto puro escribía una nota para que el la recibiese cuando llegara, pensando que para ese momento ella no estaría mas a su lado. Por otra parte tiempos de soledad agitaban al clan de Tyilmandare que cada vez perdía integrantes con el paso de los días, ya pocos quedaban y en su mayoría seriamente pensaba que ellos poco podían aportar al crecimiento de un clan que no tenía aspiraciones de conquista o formar alguna alianza con clanes que en su momento tenían conflictos bélicos debido a sus aspiraciones. Las aspiraciones de Alibeth de sostener un clan que solo participase en guerras para ayudar al bien común de Aden y detener el mal que acechase el continente mediante el uso de las habilidades de sus héroes, ya no era una ruta lógica a tomar para los integrantes que en su mayoría aspiraban al reconocimiento de sus habilidades y la habilidad para conseguir elementos de guerra únicos en su tipo, como: armaduras, armas y demás tesoros.
            Sin saber todos los conflictos que su clan estaba teniendo HellMetalero se dirigía ciegamente a su destino con el único propósito de mejorar sus habilidades y controlar ese poder que yacía en su interior, aquella misteriosa habilidad que podría causar otro conflicto malévolo aun más destructivo que el anterior. Al llegar a Giran y encontrar la campaña de elfos oscuros, se dirigió inmediatamente con los maestros que la administraban con el simple propósito de ser entrenado como un danzante de espadas y averiguar si ese poder interno podía ser controlado de alguna forma. Al estar frente a los maestros, obviamente totalmente resguardados por unos 13 guardias (se debía a que no podían confiar ni en sus propias sombras al estar tan lejos de su villa en un entorno rodeado de humanos y elfos de la luz), Hell solo dijo: “Soy un elfo oscuro como ustedes y deseo ser entrenado en las artes de los danzantes de espadas”, al escuchar tal mandato proveniente de Hell, los maestros no hicieron mas que reírse de una forma un tanto molesta hasta para el mismísimo Vástago (el cual su paciencia tenia limites aun no descubiertos ni siquiera por el propio Keyzzer que se dedicaba a hacerle bromas de muy mal gusto en ciertas ocasiones), luego de reír por unos cuantos segundos, que al parecer para Hell parecieron unos cuantos milenios debido a la expresión de su rostro, los maestros dijeron: “Así que este es el chico que Thiefell tanto nos describió en su carta… Al parecer tu abuelo tenia prevista tu llegada a este campamento”, recibiendo tal respuesta inconclusa Hell no hizo mas que suspirar del cansancio que le provocaba las risas y acotaciones de los maestros y les pregunto: “¿Eso quiere decir que me incluyen en el entrenamiento o no?”, y como era de esperarse los maestros no hicieron mas que carcajearse nuevamente (como pueden ver la situación se havia tornado un tanto o mejor dicho demasiado molesta para nuestro amigo, ya que el hecho de que alguien se ría cuando uno esta tratando de ser serio y conciso una vez puede ser molesto pero a la segunda vez puedes llegarte a sentirte un real bufón de fiestas, mas aun si las carcajadas de ajenos al tema se suman), luego de reír como descocidos los maestros miraron seriamente a Hell y le dijeron: “Para ser un estudiante de nuestras artes debes probarte como digno de tales… Siendo así el caso te daremos una misión si la cumples con éxito y sobrevives aceptaremos el hecho de ser nuestro pupilo por unos 9 meses exactamente… Pero recuerda que las dos situaciones se deben dar… Numero uno, cumplir con las ordenes… Numero dos, seguir vivo… Sino seria un tanto complicado enseñarle algo a un cadáver incumplidor”. Mientras leía cuidadosamente los papiros que le dejaron los maestros con las ordenes a seguir, Hell pudo saber que no seria tarea fácil encontrar y asesinar las criaturas que los maestros exigían para poder comenzar su entrenamiento. Entre las criaturas que figuraban en la lista dos pudieron llamar la atención de nuestro desdichado amigo, una Succubus y una Medusa. Mientras que se dirigía para cazar no podía parar de pensar en la Succubus, ya que su encuentro con Maerlina le havia podido dar la gran experiencia que las Succubus tienen una habilidad un tanto molesta con la magia negra, también al mismo tiempo sabia que no seria tarea fácil encargarse de la Medusa ya que su poder sobre la petrificación la hacían un enemigo bastante formidable, muchos héroes o aspirantes a guerreros pensarían dos veces en tratar de hacerle frente a una criatura con tales poderes. Tanto lo distraían en su tarea que sin darse cuenta la lista que llevaba llegaba a su fin y solo esas dos criaturas faltaban ser cazadas, pero al parecer la lista exigía que no sean dos ordinarias ya que llevaban nombre y apellido los cuales por ignorancia pura nuestro amigo no podía ni deletrear, pero al mismo tiempo un solo pensamiento se cruzo por su cabeza mientras tachaba cada criatura de la lista: “¿Porque esta clase de misiones nunca me pide cazar un simple venado?”, al parecer el destino otra vez estaba jugando con su vida como si fuese un simple soldadito hecho en fundición de bronce para deleitar el capricho de algún borrego.
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            • #21
              Historias de un Mestizo en tiempos medievales

              Al terminar con casi todos las criaturas de la lista, Hell emprendió rumbo hacia las cercanías de Floran donde yacía la cueva de la medusa. Muchos siempre se preguntaran porque ir a la caza de una criatura misteriosa de la cual uno sabe poco y nada, bueno es una respuesta sencilla cuando sabemos que HellMetalero tiene un alto sentido de la aventura o mejor dicho… La total falta de sentido común, la cual lo llevo directo a la entrada de la tenebrosa cueva donde la medusa esperaba su destino final o donde nuestro amigo perdería la cabeza en el intento. Al haber entrado en la morada de la medusa, Hell pudo sentir la presencia de la misma en la oscuridad que rodeaba por completo la cueva. Sin mucho preámbulo y con muchas ganas de terminar esa detestable misión Hell grito: “Muéstrate cobarde… Tu fin se acerca con rapidez”, una carcajada resonó en la cueva, proveniente de la medusa que dijo: “Debes ser bastante tonto para venir con ese entusiasmo a este lugar”, esta vez para asombrar a los que leen, la carcajada salio de la boca de nuestro amigo, pero esta no era una carcajada normal, estaba llena de cinismo, tanto que asustaría hasta el orco mas valiente que existiese en las tierras de Aden. Luego de que la medusa sintiera con tanto miedo la risa de Hell, nuestro amigo dijo: “Tremenda exclamación viniendo de parte de una criatura tan miedosa que se oculta en la penumbra… Mas aun si es una medusa, sabiendo que su hechizo solo funciona si se la mira directamente a los ojos… Aunque este lugar estuviese repleto de luz aun así te asesinaría con facilidad… He estado ciego mas tiempo del que puedo recordar”. Habiendo escuchado a Hell la medusa le hace una proposición: “Entonces tengamos nuestra batalla con la fina luz de las velas”, después de decir tales palabras, la medusa convoca un hechizo y mágicamente las velas que rodeaban todo el interior de la cueva se prendieron y pudo ver que su enemigo estaba de espaldas, sin esperar un solo segundo mas la medusa arremetió con fuerza contra Hell, pero su ataque fue cortado en seco con la espada de nuestro amigo. Fue en ese momento que la medusa pudo comprobar con miedo que Hell havia parado su ataque mas certero con los ojos cerrados y sin tiempo para retroceder un golpe del escudo de Hell dio de lleno en su cuerpo tumbándola de un solo golpe. Estando la medusa a merced de Hell la misma suplico por su vida pero fue en vano ya que nuestro amigo descargo la estocada mas certera y asesina que se pudiese haber apreciado, cortando su cuello y dejando rodar su cabeza por el piso, la cual Hell levanto como trofeo y prueba irrebatible de que havia prevalecido ante la medusa. La coloco en una bolsa donde yacían distintos restos de las demás criaturas que se encontraban en la lista y abandono la cueva para seguir con su misión.
              Habiendo pasado por Floran y llegando a Dion, Hell por momentos cuestionaba sus acciones al haber asesinado a una criatura con una mente racional que pedía piedad por su vida, pero el simple pensamiento de que lo que trataba de conseguir a cambio salvaría millones de vidas mantuvo firme su camino hacia tierras enanas donde yacian las cuevas de Mithril, la morada de su próxima victima, pero ese camino se supone que no seria fácil de recorrer, ya que para llegar a tierras enanas el único medio era la tele transportación y solo con el permiso de comercio cedido por un enano, a menos que seas un elfo oscuro claro esta, ya que en tiempos de guerra los elfos oscuros habían logrado capturar y esclavizar un grupo de enanos con el solo fin de conseguir sus preciados objetos y mano de obra, la cual era la mas fina de todos los reinos que componían el continente de Aden. Hell no hizo mas que dirigirse a la sacerdotisa que se encargaba de hacer las tele transportaciones en Dion y mostrarle el permiso que havia conseguido hace ya mucho tiempo gracias a su padre adoptivo, la sacerdotisa no lo miro con la mejor cara ya que entre los elfos oscuros y los humanos todavía havia resentimientos por el pasado y además era sabido que por donde los elfos oscuros fuesen provocaban malestar al resto de los viajantes, fue así que Hell se quedo un buen rato mostrando el permiso hasta que dijo con una voz bastante demandante: “Llevadme a tierras enanas”, la sacerdotisa lo miro a los ojos y le dijo: “El precio es de diez mil adenas”, Hell saco una pequeña bolsa de su bolso de viaje y dijo: “Solía ser mas barato”, la sacerdotisa genero una pequeña carcajada y dijo: “es mas caro debido a los desastres que tu raza causo en tierras enanas últimamente”, Hell hizo entrega de la bolsa y la sacerdotisa procedió a transportarlo. Mientras hacia su viaje, que por supuesto duro no mas que dos segundos, no pudo evitar pensar: “Juro que el próximo que tenga el decoro de reírse de mi de esa forma le cortare el cuello con mi espada”. Al mismo tiempo que Hell era transportado, Keyzzer que estaba por las cercanías de Dion, pudo sentir una leve brisa que sacudió sus sentidos de una forma que nunca en su vida havia sentido y no pudo evitar pensar: “Esto de hacerle bromas al elfo afeminado frente a todo el clan seguro que tuvo sus repercusiones”, pero sin darle mucha importancia a sus pensamientos siguió con sus quehaceres.
              Habiendo llegado Hell a tierras enanas, se dirigió directamente a un comercio del pequeño pueblo donde havia sido transportado y en el proceso no pudo evitar ver que cada enano no lo observaba de buena manera y pudo saber que iba a ser un tanto complicado preguntar algo sin que fuese ignorado. Entrando en un comercio se dirigió directamente a hablar con el herrero que lo manejaba y sin mucha presentación pregunto: “Buenos días… ¿Necesito saber donde puedo hallar las minas de mithril?”, el lo miro con cara de pocos amigos y le pregunto: “¿Para que quieres saber donde están situadas?”, Hell sabia que si no se explicaba debidamente el proceso de encontrar una mina en especial en las tierras de los enanos seria mas que difícil sin direcciones ya que podría entrar en cualquier mina sin ser exactamente la que el estuviese buscando o aun peor perderse para siempre en el interior de alguna, siendo así el mostró el boceto que le habían entregado de la Succubus y respondió: “Me envían de Giran para eliminar a esta criatura”. Misteriosamente la postura y la rigidez del enano ceden paso a la cordialidad respondiendo: “Muy bien noble caballero yo le are entrega de dos mapas uno que detalla como llegar a ellas y el otro es para que usted no se pierda en el interior de las mismas”, Hell muy desconcertado por el cambio repentino de actitud no pudo evitar preguntarle: “No quiero que malentienda mi intención de preguntar pero… ¿A que se debe tanta cordialidad tan repentina?”, el herrero enano baja su mirada en símbolo de tristeza (algo poco usual entre los hombres de su raza, ya que están acostumbrados a demostrar poco sus sentimientos) dice: “Porque esa criatura que acabas de mostrarme en el dibujo fue la culpable de la muerte de mi hermano y cualquier persona que venga con intenciones de asesinarla recibirá toda mi ayuda para lograrlo”, Hell tratando de hacer un amigo mas (que en este caso seria mas que conveniente ya que los herreros enanos son los mejores forjadores de armas y elementos que existan en todo el reino de Aden) le dice al enano: “Siendo así me da mas satisfacción encarar esta misión… ya que es en nombre de lo que seguro fue mas que seguro un admirable enano caído en desgracia”, enano miro a Hell extrañado por sus palabras y pregunto: “¿Acaso los elfos oscuros dejaron su odio y sus ganas de crear caos como solía ser antes?”, Hell miro al enano con amabilidad y respondió: “No podría responderte esa pregunta pero si te puedo decir que estas frente a un elfo oscuro que no aprueba en lo absoluto las costumbres de su raza”, aunque la amabilidad y las preguntas del enano inspiraban la verdad acerca de su procedencia Hell tuvo que enmascararla debido a que no sabia si los enanos sabían de las profecías del vástago y todo lo que aquello incluía, sin mucho mas que pactar Hell tomo los pergaminos que contenían la ubicación de las minas y se despidió del enano diciendo: “Espera aquí por mi retorno seguro y ten confianza que si la criatura que descaradamente asesino a tu hermano tiene alguna de sus pertenencias serán regresadas a ti como forma de agradecimiento”.
              Habiendo seguido el mapa que el enano herrero Hell pudo encontrar fácilmente las minas de mithril, en la entrada de aquella cueva pudo darse cuenta que por como estaba confeccionada la misma havia sido lugar de trabajo por años usada por los enanos, pero nada daba indicios del porque estaba abandonada y mas aun porque ni siquiera los animales salvajes de la zona no osaban acercarse a ellas ni aunque su vida dependiese de ello, pero presuponiendo el “alto sentido de la aventura” de nuestro amigo, Hell se interno sin siquiera pensarlo y mas aun conteniendo un pergamino que le facilitaba la incursión a la misma. Mientras la recorría buscando el paradero de la succubus que havia de matar, pudo deslumbrar puestos de trabajo abandonados, bestias mágicas que nunca havia encontrado y menos aun asesinado, pero lo mas importante de todo la cantidad de esqueletos de enanos que indicaban que habían tenido una muerte horrible y lenta. Parecía que el lugar en si hubiese sido atacado tiempos atrás de forma brutal y espontánea, ya que alguno de los esqueletos todavía conservaba en sus putrefactas manos algún elemento de trabajo como picos, palas, etc. Mientras mas avanzaba, le lugar mas reflejaba los indicios de un ataque que sin lugar a dudas fue rápido y no dio tiempo a que la mayoría de los enanos que solían trabajar en estas minas saliesen con vida de las mismas, aun así Hell prosiguió en su búsqueda, internándose mas y mas en las minas y abriéndose paso con su espada y escudo a través de criaturas poco comunes o semimuertas como el repugnante encuentro que tuvo con unos osos que al parecer les faltaba piel, cuero y hasta carne en algunos sectores de su anatomía. Al llegar a lo que parecía el fondo de las minas pudo descubrir una pared un tanto rara y estremecedora, parecía que tuviese escrituras elficas en su superficie pero eran totalmente ilegibles debido al paso del tiempo y el terrible hueco que se situaba en la mitad de esta. Hell se quedo contemplando la pared un buen rato tratando de descifrar que decían esas escrituras, lo único que pudo presuponer era el mensaje de alerta que las mismas decían y cual seguro a sido pasado por alto por los enanos que solían trabajar en las mismas. Sin mucho más que hacer, Hell se decidió a pasar al otro lado del hueco que havia en esa pared, para descubrir el hecho de que una caverna con aspecto demoníaco yacía del otro lado. Hell guardo los manuscritos en su bolso de viaje sabiendo que los mismos no contenían información alguna de este lugar y prosiguió con coraje y poco sentido común, mientras pasaba por las vertiginosas pasarelas que no eran mas que pequeños puentes naturales hechos de roca y dirigiéndose directamente a una base de roca que yacía en el centro con una tabla de ceremonias hecha de piedra y una silla un tanto rara, pero concentrándose mas en los alrededores de la misma pudo notar que en los costados de la base havia un precipicio que no tenia fin dando a saber que la persona que se cayera por el mismo llegaría a las mismísimas entrañas de esta tierra o al infierno en un solo paso. Mientras Hell contemplaba la precipitación una voz le dijo: “¿Realmente escalofriante no?”, Hell giro la cabeza para contemplar que la persona que le estaba hablando no era más que la succubus que havia sido encargado de matar, y sin pensarlo mucho desenvaino su espada y cargo contra ella, golpe que fue sencillamente esquivado por la criatura y devuelto de forma certera, el cual desprendió el escudo de las manos de Hell de forma instantánea y al mismo tiempo logrando tumbarlo contra una pila de esqueletos que el no havia notado hasta que callo sobre ella. Mientras nuestro amigo se levantaba de la pila de esqueletos la succubus dijo: “Aunque tienes una fortaleza y reflejos admirables, eres un tanto lento y soso para ser el vástago que Kain tanto profetizo”, en ese momento Hell carcajeo de forma irónica y dijo: “Así que estoy ante otro lacayo del dios de la destrucción…Mas razones para matarte sin piedad alguna”, la succubus miro extrañado al elfo oscuro y pregunto: “¿Tratando de escapar a tu destino?... No te preocupes yo misma me encargare de hacerlo… Matándote”, y sin mas decir cargo contra Hell que en un atino de desesperación tomo una espada que yacía en el piso y con la suya formo una defensa en forma de equis para contrarrestar el ataque de la succubus. En ese momento los dos se enfrentaron dejando toda la fuerza de sus cuerpos en su ataque, mientras que la succubus llevaba a Hell a uno de los bordes para dejarlo caer, nuestro amigo hacia toda la fuerza posible para no ser arrastrado a una muerte segura, pero parecía fútil, ya que inevitablemente era arrastrado hacia el abismo, hasta que los ojos de Hell empezaron a largar esa acostumbrada flama roja que en tiempos pasados havia sido motivo de miedo de muchos de sus compañeros de clan y largo un grito desgarrador que hizo que la succubus retrocediera de forma inmediata, habiendo hecho retroceder a la succubus le grito: “Pagaras por todos tus crímenes”, ella respondió de forma rápida: “Si te refieres a los enanos… Es su culpa por haber irrumpido en mi morada”, y mientras se reía diciendo: “Tengo los anillos y collar de uno de ellos”. Al haber escuchado tales palabras Hell arremetió con las dos espadas enterrándolas directamente en el estomago de la succubus, la cual callo de rodillas ante el, y al retirarlas la succubus con un poco de aliento dijo: “Piedad por favor… Si quieres combatir contra el destino que te espera deberías dejarme viva”, Hell poso las espadas sobre el cuello de la succubus y dijo: “Tus crímenes exceden cualquier clase de piedad que se te pueda tener”, y sin más que decir desprendió la cabeza de la succubus de su cuerpo con un corte en equis muy bien realizado. Luego de estar mas de cinco minutos frente al cadáver de la succubus y tratar de calmar su ira, Hell metió la cabeza de la misma en su bolso y la joyería que al parecer pertenecían al hermano del enano herrero que estaba en el pueblo, luego de contemplar el lugar una vez mas y buscar calma para su agitado cuerpo, procedió a buscar a su escudo que yacía en el piso, enfundo su espada y tiro al piso la que havia agarrado para defenderse pero no fue sin pensar al menos una vez que tenia mas aptitudes para manejar dos espadas que una sola y un escudo, mientras pensaba en esto dejo la cueva para entregar las buenas noticias y dirigirse por fin a giran a comenzar su entrenamiento como danzante de espadas.
              Al haber llegado al pueblo de los enanos horas mas tarde paso por el puesto de herrería en el cual fue recibido por el enano con el cual havia hablado anteriormente, el cual le dijo: “Parece que bienes de una dura batalla”, Hell saca de su bolso los anillos y el collar que havia sustraído de la criatura y se los entrega diciendo: “Creo que esto perteneció a tu hermano”, el enano miro la joyería con felicidad y dijo:” Así es, por cierto me llamo Torin y estoy en deuda contigo, cualquier cosa que necesites yo la haré con mucho gusto”, Hell con un poco de timidez dijo: “A decir verdad necesitaría pedirte un favor”, Torin miro a Hell y le dijo: “Por supuesto, dime que necesitas”, en ese momento Hell le entrego su espada a Torin preguntándole: “¿Podrías hacer una copia exacta de esta espada?”, el enano tomo la espada y le dijo: “Sin lugar a dudas… Será tan perfecta que no sabrás cual es cual… Puedes esperar en la posada mientras la termino si te apetece”. Sin mucho más que hacer Hell se retira de la herrería y se dirige a la posada para relajar su cuerpo y poder descansar su perturbada mente. Mientras estaba en ella bebiendo una jarra de ale para pasar el rato una enana se le acerca y le dice: “Tú eres aquel elfo oscuro que todo el pueblo comenta”, Hell gira la cabeza hacia un costado para tratar de no causar inconvenientes, pero la enana no se da por vencida y pregunta: “¿Acaso todos los héroes de Tyilmandare son así?”, ese comentario causo que Hell dirija su mirada directamente hacia la enana y le respondiera: “No… Soy solo yo el que tiene esa clase de actitud”, la enana se sienta en una banqueta que estaba en la mesa de Hell y le dice: “Por cierto mi nombre es Myshra del clan Rising Fénix, he venido a comunicarte que mi primo Torin ya acabo con el trabajo que le encomendaste”, automáticamente Hell se levanta de la mesa dejando la jarra de ale a medio terminar y dice: “Gracias”, Myshra le responde: “Me gustaría mucho que estuvieses en nuestro clan, andamos necesitando héroes que le muestren el camino a nuestros reclutas”, mientras que nuestro amigo se va responde: “En algún futuro cercano quizás, por el momento debo resolver problemas personales”.
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              • #22
                Historias de un Mestizo en tiempos medievales

                Mientras se dirigía hacia la herrería de Torin, Hell no podía parar de pensar en los momentos vividos con su clan y lo que le dolería a Alibeth si el decidiese dejar su clan para perseguir fama o ayudar (en el mejor de los casos) al clan que Myshra lideraba, sabiendo que las consecuencias no serian gratas para el ni para sus amigos que tanto tiempo estuvieron a su lado, decidió sacarse la interesante propuesta de Myshra de su cabeza. Habiendo entrado a la herrería dirigió su mirada hacia Torin con una sonrisa, como si se tratara de un rencuentro después de tanto tiempo fuera, Torin miro a Hell y le dijo: “Mi obra de arte ya esta hecha, puedes admirarla están ahí colgadas”, Hell volteo sistemáticamente la cabeza hacia la pared que tenia detrás de su espalda y pudo apreciar la belleza de las espadas y preguntando: “¿Puedo tomarlas?”, el enano mas que feliz al ver la expresión que havia brotado de la cara de nuestro amigo no hizo mas que contestarle: “Han estado esperando a su amo todo este tiempo”, Hell tomo las espadas y con movimientos certeros y precisos las blandió, demostrando una maestría impresionante sobre ellas, como si hubiese dedicado su vida entera al entrenamiento de armas duales. Torin al ver tal demostración de destreza le dijo: “Pareciese que esas espadas fuesen una parte mas de tu cuerpo… Por cierto me olvidaba, trabaje sobre tu espada original ya que estaba un tanto maltratada y cree unas fundas especiales para esta ocasión”. Hell no hizo mas que retirar la funda vieja de sus armas, colocarse el cinturón con las fundas nuevas con las espadas ya enfundadas y sin hesitar siquiera un segundo entrego la funda vieja junto a una bolsa repleta de adenas a Torin diciendo: “Tómalo como un regalo de agradecimiento de mi parte”, Torin miro a nuestro amigo y le dijo: “Nunca pensé que un elfo oscuro pudiese tener un corazón tan bondadoso, pero no tengo necesidad de tantas adenas”, Hell miro a Torin y le contesto: “Es que no soy un elfo oscuro cualquiera… Y realmente me haría feliz que recibieses mi regalo de agradecimiento”, al recibir tal respuesta Torin conservo la bolsa de adenas y dijo: “Siempre serás recordado por los enanos de este pueblo… Tu generosidad y sentido de la justicia no será olvidado y menos aun tus proezas noble HellMetalero”. Con esas últimas palabras Torin se despidió de Hell, sin saber con certeza si la vida o las circunstancias volverían a cruzarlos en un mismo camino.
                Habiendo terminado con la tarea que los maestros elfos oscuros le encomendaron a Hell, el mismo se dirigía a Giran a terminar su entrenamiento como Danzante de Espadas, mientras que recorría su camino Hell no podía parar de pensar que cara pondrían los viejos decrépitos (como el solía llamarlos en su inconsciente) cuando viesen que havia terminado con la tarea que le habían encomendado que como se podía apreciar era nada mas y nada menos que una misión suicida. Al llegar al enclave de los elfos oscuros situado en Giran no hizo mas que tirar la bolsa que contenía las cabezas de cada bestia que los viejos le detallaron en el pergamino hacia sus pies. Tal reacción no hizo más que enfurecer a los guardias que decidieron desenvainar sus armas para matar a quien ellos suponían que era un insolente, pero un brazo en alto proveniente de uno de los viejos decrépitos no hizo más que calmar la situación. Hell dirigió la palabra hacia los 3 ancianos diciendo: “Cumplí con la misión que me encomendaron, ahora ustedes cumplan con su promesa”. Los ancianos no hicieron mas que susurrarse cosas entre ellos mientras que la paciencia de Hell poco a poco se iba agotando, hasta que llego un punto en el que nuestro amigo no pudo contener mas su ira y voz resonó en las paredes del enclave diciendo: “¡Dejad de cuchichear y cumplan su parte del trato ya!”, fue la excusa suficiente para que los guardias se encimaran sobre Hell, como las abejas se enciman sobre la miel, pero esta vez no fue un brazo el que refreno a los guardias, sino la voz del mismísimo Thiefell quien los detuvo al dicho de: “¡Alto!.. Quien se atreva a tocar un solo cabello de mi nieto será colgado y quemado bajo el cargo de alta traición”, al escuchar la voz del sacerdote mas importante de la comuna de los elfos oscuros los tres ancianos decrépitos no hicieron mas que arrodillarse de forma respetuosa y con cierto temor por sus vidas. Thiefell miro a su nieto y le pregunto: “¿Por qué tu impaciencia siempre complica las cosas nieto mío?”, siendo nuestro amigo el único que no estaba inclinado volteo su cabeza hacia Thiefell y pregunto: “¿Mi impaciencia?... Tu sabes muy bien que si hubiese perdido mi paciencia estos tres ya estarían muertos”, de repente una carcajada salio de Thiefell como si el bufón mas cómico de todo Aden estuviese haciendo un espectáculo para el solo y apoyando una mano sobre el hombro de su nieto y dijo de forma jocosa: “Por una vez en la vida de este pobre viejo me harías un favor en vez de traerme problemas si decidieses matarlos…Pero debemos mantenerlos con vida para tu entrenamiento que yo mismo supervisare”, Hell miro a la mano de Thiefell que yacía sobre su hombro y consecuentemente miro a la cara de su abuelo y le pregunto: “¿A que se debe tanta amabilidad de tu parte?”, Thiefell miro a su nieto a los ojos y le dijo: “Porque ya eh cometido demasiados errores”, sin mas que decirle a su nieto, Thiefell desato una mirada desafiante sobre sus discípulos y les dijo: “Quiero que el entrenamiento empiece ya mismo”, los tres ancianos respondieron en unísono: “Si su majestad”. Fue así que pasaron los meses, mientras Hell estudiaba las artes oscuras y las practicaba para poder controlar esa ira asesina que controlaba sus emociones al momento de invocar las danzas, Thiefell supervisaba el entrenamiento que se le estaba dando a su nieto y en cierta forma admiraba como el mismo podía aprender tantas cosas en tan poco tiempo, siendo que el entrenamiento de los Danzantes de Espadas solía tomar años y hasta incluso toda una vida para un elfo oscuro normal, al mismo tiempo también era entrenado por los mas expertos blandientes de espadas que podían tener los elfos oscuros para el mejor uso de sus recientemente adquiridas “espadas de la revolución”, regalo que Torin mismo bautizo.
                Habiendo pasado mas de nueve meses de entrenamiento, Hell decidió que era hora de volver a su casa y ver si su amada havia cumplido con la promesa que le hizo el día que el partió en búsqueda de poder controlar el poder que emanaba de su ser. Habiéndose despedido de Thiefell y regresando al pueblo de Gludio, pudo notar que las cosas habían cambiado mucho, ya no havia ninguno de sus compañeros de clan en la taberna donde solían hacer guardia esperando a que surgiese una misión dada por Alibeth o alguien que estuviese en problemas. Muchas caras nuevas revoloteaban por el pueblo y los aventureros que el solía cruzarse cada vez que visitaba las inmediaciones ya no circulaban mas, solo quedaban unos cuantos novatos y una camada de nuevos aventureros sin experiencia alguna en su nuevo oficio. El pueblo ya no era el mismo que el recordaba con tanto cariño, eso no hizo mas que causarle una tremenda ira dejando el pueblo atrás. En su camino no hacia mas que pensar que podría haber pasado con Ringwen, su cabeza no dejaba de circular en torno a sus recuerdos con ella y lo magnifico que la havia pasado la ultima vez que habían estado juntos, pero un temor poco usual en el le indicaba de la certeza de que esa casa estuviese totalmente vacía y abandonada. Efectivamente sus mas acérrimos temores se convirtieron en realidad cuando abrió la puerta y comprobó que no havia nadie en la casa, lo único que encontró fue una nota con su hermosa letra que describía el porque ella no podría estar mas a su lado y el temor que le causaba que algún día la maldición que Hell portaba se pusiese en contra de ella o que un posible hijo de ellos heredara tal infortunio, Hell después de leer la carta de despedida que su amada havia dejado se quedo helado un largo rato sosteniendo la misma en sus manos, en esos momentos de incertidumbre solo preguntas pasaban por su cabeza y ninguna respuesta aunque sea la mas tonta e inconclusa de ellas no daba señales de vida. Al ver que la soledad lo rodeaba otra vez en su vida y que su clan no daba señales de vida no hizo mas que prender fuego la carta que Ringwen havia dejado para el y utilizarla como combustible para que toda la casa ardiera en llamas. Mientras veía su casa desplomarse victima del voraz fuego que consumía cada recuerdo, cada experiencia vivida, cada noche de pasión que vivió con su amada en ella, nuestro amigo no hizo mas que arrancar la capa que colgaba sobre sus hombros, la cual Ringwen misma havia zurcido con mucho amor para que protegiese la espalda de Hell y la cual portaba el símbolo de armas de su antiguo clan, y la arrojo al incendio que estaba consumiendo su casa cerrando así un capitulo mas en su vida y dejando la zona para siempre.
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                • #23
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                  CENIZAS RECUERDOS Y BAUTISMOS


                  Mientras nuestro amigo caminaba con destino a Giran para dejar todo de lado y comenzar su vida en solitario como en anteriores casos. La casa que alguna vez fue su morada ya no era mas que cenizas en un paraíso verde, el cual era admirado por una sombra nocturna o mejor llamada “NightShade”, este espectáculo era algo raro de ver ya que esta clase de invocaciones no suelen estar solas, siempre van acompañadas de su amo el invocador, pero aun mas extraño era ver que esta NightShade tenia voluntad propia ya que sin recibir orden alguna se acerco a los restos de la casa en llamas y pudo sacar de ellos lo que quedaba de la capa que alguna vez portase con honor HellMetalero. Al estirarla pudo darse cuenta que la misma estaba machucada por el incendio que recientemente havia terminado, pero en ella todavía se podía notar el símbolo del clan Tyilmandare en ella. Sin más que hacer, la misma se dirigió con prisa hacia el camino, que aunque un poco lejos de donde se encontraba la casa, el mismo se podía divisar en el horizonte. En el camino una mujer encapuchada la esperaba. Estando a su lado la NightShade le dijo a su ama: “De la casa lo único que quedaron fueron esta capa y las cenizas de la misma”, la mujer al escuchar tales palabras no hizo mas que tomar la capa de Hell y usarla para envolver al bebe elfo oscuro que traía en sus brazos. Luego de admirar al bebe por un par de segundos y ver la expresión de felicidad que tenia el mismo, la mujer le pregunto a su invocación: “¿Acaso el se dejo consumir por las llamas de la pena y el sufrimiento?”, la NightShade con prisa respondió: “No encontré rastros de que alguien hubiese quedado atrapado en el incendio”, la misma volvió a darle atención al bebe que no hacia mas que jugar con las manos de su madre y le dijo al mismo: “Al parecer tu padre volvió a su camino de soledad… Algún día te contare de el y de sus hazañas”, la misma dirigió por ultima vez su mirada hacia su invocación y le dijo: “Vamos a la villa a bautizar a mi hijo y darle un nombre del cual su padre pueda estar orgulloso en un futuro”. Sin más palabras que intercambiar la mujer, su hijo y su invocación se dirigieron hacia la villa de los elfos oscuros.
                  Habiendo Hell llegado a Giran, se propuso buscar trabajo como aventurero para poder financiar su nuevo estilo de vida, de tanto en tanto recibía trabajos variados y en su mayoría requerían de sus habilidades como danzante de espadas, haciendo compañía a grupos de búsqueda y rescate. Durante largos meses su vida parecía tener estabilidad y de vez en cuando podía olvidar el dolor y la amargura que le habían causado los recientes acontecimientos en su vida, pero nada podía llenar el vació que havia en su corazón y mientras los meses pasaban no recibía información alguna de los guerreros de Tyilmandare, ya olvidados en el tiempo. Un buen día nuestro amigo se dirigía temprano hacia la taberna donde solía conseguir trabajos como aventurero y se topo con una voz bastante familiar que le dijo: “Miren a quien me vengo a encontrar en estas inmediaciones, si no es nada mas y nada menos que el elfo afeminado”, Hell volteo la cabeza sorprendido para encontrarse con su viejo amigo de andanzas Keyzzer, el cual estaba sentado en una mesa de la taberna tomando una jarra de ale. En cuanto se acerco a la mesa donde Keyzzer estaba, nuestro amigo no hizo mas que decir: “Siempre tan verde y tan molesto… Si no fuese por tu color diría que eres un mosquito superdesarrollazo”, instantáneamente las carcajadas brotaron de los dos y Hell paso a sentarse a compartir mucho ale y charlas con su viejo amigo. Entre tantas cosas, hablaron de la repentina desaparición de todos y querer desentrañar donde estaba su gran amiga y gran líder Alibeth que no daba señales de vida hacia largo tiempo, y mientras las horas pasaban las horas las jarras de ale seguían llenándose y las conversaciones se hacían cada vez menos entendibles para los dos hasta que el orco dijo: “Se que estas trabajando como aventurero y justamente es lo que mañana voy a necesitar”, automáticamente Hell dijo: “Cuenta conmigo viejo amigo… y por supuesto será gratis”, el orco le contesto: “Deberemos entrar a el valle de los dragones para recolectar piedras preciosas que solo se consiguen en esa zona… Será todo un reto para nosotros dos solos y si logramos nuestro objetivo tendrás tu parte por la razón o por la fuerza”, escuchando tales palabras nuestro amigo se encogió de hombros y dijo: “Si otro remedio no me queda… Elijo por la razón”.

                  INCRURSION AL VALLE DEL DRAGÓN


                  HellMetalero y Keyzzer pasaron de la charla amistosa que tuvieron en la taberna a realizar los preparativos para hacer su excursión para el día siguiente, solo faltaba a que el sol saliera y que ellos pudieran descansar de los litros de ale que tomaron la noche anterior, que impresionantemente no nublaron su juicio para hacer los preparativos necesarios para el viaje. Mientras se disponían a descansar una ultima pregunta salio de la boca de Keyzzer: “¿Estas seguro que Ringwen tuvo la intención de alejarse por completo de ti?”, Hell miro a su amigo con una seriedad nunca vivida en los años que pasaron juntos y le respondió: “A decir verdad… No pude asumir otra cosa ya que en la cabaña solo encontré una carta de ella, la cual no hacia mas que confirmar que havia decidido dejar todo nuestro amor atrás por su bien”, Keyzzer respeto el dolor de su amigo y decidió no indagar mas sobre el tema, el sabia muy bien lo que le pesaba a Hell hablar de esto y fue así como los dos pasaron de hablar a descansar.
                  Al día siguiente el clima indicaba que no iba a ser un día fácil, las nubes tapaban al sol de una forma un tanto misteriosa y las corrientes de viento eran mas fuertes de lo usual para un pueblo que se situaba a metros de la costa, sin hacerle caso al clima ni a supersticiones decidieron emprender viaje hacia el valle de los dragones, tomando la única ruta que los podía conducir hacia dicho lugar que era nada mas y nada menos el pasaje de los muertos. Mientras circulaban por el mismo algo curioso llamaba a sus mentes y a su reflexión, algo muy raro estaba pasando en el pasaje de los muertos, habían salido preparados pensando que en el transcurso del viaje iban a tener encuentros casuales con las bestias que suelen rondar en el pasaje de los muertos ya que las mismas suelen ser bastante agresivas y muchas de las veces suelen ser la muerte de los viajeros sin experiencia que se adentran por esas zonas, por supuesto este no era el caso de nuestros amigos pero el hecho de no haber tenido ni un solo encuentro en todo el camino hizo que los dos pararan por un buen rato y discutir sobre el tema, fue así que el primero en mencionarlo fue Hell que le pregunto a su amigo: “¿No te parece raro?... ¿Cómo puede ser que no nos hallamos topado con ninguna criatura en todo el camino?”, Keyzzer con un pensamiento un tanto optimista respondió: “Parece ser que han optado refugiarse”, Hell no hizo mas que carcajear y le dijo: “Acaso no te has dado cuenta que la mayoría de las criaturas que circulan por este lugar son muertos vivientes… Es imposible que sientan frió o calor”, Keyzzer contesto de forma automática: “Que parta bestias al medio con mi hacha no quiere decir que mi propósito sea meramente científico”, después de esa frase los dos no hicieron mas que carcajear con un largo rato y seguir su camino hacia el valle de los dragones.
                  Estando en la entrada del valle los dos pudieron observar la inmensidad del lugar al cual estaban a punto de entrar, tal es así que Hell no pudo evitar decir: “Es…Es… Ridículamente pequeño”, Keyzzer no hizo mas que sonreír y responderle a su amigo diciendo: “Que la fachada no te confunda, este lugar es un laberinto mortal, podrías perderte aquí para siempre y morir de inanición”. Fue así como se adentraron al mismo, pero una pregunta todavía quedaba en el inconsciente de Hell: -¿Por qué razón se le llama el valle del dragón a este lugar?-, pregunta que obviamente seria respondida segundos mas tarde cuando los dos pudieron sentir el rugido de Antaras el dragón de la tierra que según las leyendas vivía en una cueva llegando al final de este valle y que un gran grupo de aventureros y milicia de Giran habían podido encerrar al dragón en esa cueva sumiéndolo en un sueño eterno que al parecer no fue tan eterno ya que sus rugidos fueron sentidos en todo las inmediaciones que rodean al valle y al pueblo de Giran. Tales rugidos no asustaron a nuestros amigos pero hizo dar cuenta a Keyzzer que las leyendas eran ciertas y sin perder un segundo paso a explicárselas a Hell que no tenia idea de la existencia de ellas, y fue con ellas que pudo entender porque tantos esqueletos reanimados y muertos vivos rondaban el lugar, que no eran ni mas ni menos los cuerpos de los aventureros y milicia que havia perecido en el intento de encerrar al dragón en la cueva porque pensar el pensar de esa época sugería que el dragón no podía ser exterminado por ningún hechizo ni arma mágica conocida en esos tiempos. Mientras iban recorriendo su camino en busca de su objetivo principal y abriéndose paso matando cuanto muerto o esqueleto se les cruzara en el camino Hell no pudo abstenerse al preguntar: “¿Crees que el dragón haya salido de su cueva?”, pregunta a la cual Keyzzer por primera vez en su vida contesta con preocupación diciendo: “Si fuese así tendríamos que enfrentarnos contra el por el bien de todo Aden… Estoy seguro que esa seria nuestra ultima cruzada amigo mío, ya que al parecer somos los únicos en estas inmediaciones”, luego de un silencio ensordecedor nuestros amigos pudieron escuchar otra vez el temible rugido del dragón de tierra pero esta vez mas cerca de lo que ellos quisiesen que este, fue en ese momento que sabían que tenían que dejar todo de lado y dirigirse hacia la raíz de los rugidos, ya que el juramento que alguna vez le hicieron a Alibeth no podría ser ignorado por mas que el clan en si haya dejado de existir para el pueblo de Aden, mientras que ellos seguían su camino hacia donde estaba suponían que podía estar el dragón no hacían mas que repetir su juramento en voz alta una y otra vez diciendo los dos a coro: “Juro que mientras tenga fuerzas luchare… Juro que mientras exista maldad la exterminare… Juro por mi honor que mi vida daré… Juro que al mal venceré… Juro que al continente con mi vida protegeré”, una y otra vez el coro se escuchaba por todo el valle mientras ellos avanzaban sin temor alguno hacia una muerte segura, la determinación y las danzas de Hell daban coraje y fuerza suficiente a la dupla para exterminar cada elemento que se interponía en su paso.

                  UNA AUDICIÓN CON EL DRAGÓN TIERRA


                  Durante unas horas siguieron su paso por el valle del dragón que más que un valle parecía un desierto rocoso donde los muertos rondaban libremente, no pasaría mucho tiempo para que nuestros amigos encontraran a la bestia mas temida de todo Aden. Luego de un rato de caminar pudieron divisar la entrada de la cueva que solía impresionar a Antaras, tanto Hell como Keyzzer dirigieron sus miradas a la gran entrada con mucha curiosidad, tal es así que su impulso de aventura los encaminaba hacia la entrada, pero una tormenta de arena freno su recorrido. Por mas de dos minutos la visibilidad era nula, tal es así que Keyzzer le grito a su amigo con desesperación: “Hell creo que es hora de que tus danzas surtan efecto nuevamente”, al escuchar las palabras de su amigo Hell automáticamente desenvaino sus espadas y formo una equis con ellas en su pecho, al mismo tiempo se encogió de hombros y llevo una de sus rodillas a rozar casi con su pecho y las espadas, segundos mas tarde con un gruñido desgarrador se estiro por completo dejando salir el aura que les provendría de fuerza física a el y a Keyzzer, que curiosamente tenia la forma de una gran espada roja, pero no cualquier espada sino una espada astral que se desvaneció en segundos incrementando considerablemente la fuerza física de los dos. No tuvieron que pasar mas de dos segundos mas el viento se fue y dio forma a una gran figura, era nada mas y nada menos que el gran dragón tierra, tanto Hell como Keyzzer no pensaron en argumentar y arremetieron contra la bestia, mediante se iban acercando pudieron ver como considerablemente aumentaba de tamaño, pero tal cosa no asustaba a nuestros amigos quienes habilidosamente pudieron escalar el cuerpo del mismo utilizando sus armas como gancho, una táctica poco usual pero muy efectiva enfrentando bestias que superan considerablemente tu tamaño. Horas mas tarde… Ejem perdón, estando encima de la bestia, la misma se sacudía a mas no poder para sacarse a los intrusos que rondaban por su espalda asestando espadazos y hachazos con toda la saña posible para causar exactamente el mismo dolor que puede causarte un mosca rondando por tu brazo y cual perro que tiene pulgas Antaras no hizo mas que rascarse la espalda contra una montaña que estaba cerca, anteriormente a eso nuestros amigos saltaron del lomo de la bestia por el temor que les producía en convertirse en dos manchas de sangre en una colina, una muerte bastante ridícula si uno lo piensa un poco.
                  Debido al salto de ultimo momento que debieron realizar y la considerable altura que había entre el lomo de Antaras y el piso, nuestros amigos quedaron un poco atontados, fue ese lapso de tiempo que le dio a Antaras para divisar a Hell y darle un certero coletazo que lo estrello directamente contra una roca, dejándolo fuera de batalla por un rato, sin perder tiempo Keyzzer empezó a entretener a la bestia arrojándole cualquier objeto contundente para distraerlo de su próxima acción que seguro seria deglutir a su amigo de un solo bocado, lo cual logro con satisfacción pero recibiendo heridas graves en su torso cuando la cola del dragón impacto de lleno en el mismo impulsándolo cerca de su amigo casi inconsciente. Mientras los ex guerreros de Tyilmandare se levantaban con las pocas fuerzas que les quedaba, Antaras estaba preparando su aliento para acabar con una sola llamarada a los dos molestos intrusos el cual lanzo con todo éxito, pero con un ágil movimiento Keyzzer logro cubrir a Hell recibiendo de lleno el impacto de las llamas. Un espectáculo único de ver para HellMetalero, como su amigo era casi calcinado por las llamas del aliento de fuego que producía Antaras, el cual segundos mas tarde dejo a Keyzzer en el piso respirando lo que parecía su ultimo aliento de vida, Hell sosteniendo a su amigo le dijo: “Descansa amigo mío que yo me encargare del dragón”, el orco con una sonrisa en los labios respondió: “No puedo creer que un elfo afeminado va a vengar mi muerte”, esas fueron sus ultimas palabras antes que su aliento de vida se desvaneciera con la leve brisa que pasaba por el valle, brisa que pronto se convertiría en una tormenta roja, producida por el odio y el único sentimiento que tenia en su corazos y en su cabeza, exterminio. La tierra alrededor de Hell y Antaras rugió, las colinas se desquebrajaban con el fuerte bramar de los vientos que convergían en su solo punto, en el mismísimo vástago de la destrucción que havia despertado a causa del dolor provocado por la muerte de su amigo, el mismo hizo que el dragón hablara diciendo: “E…Eres tu… Nunca pensé que te iba a encontrar aquí mismo”, con una voz tan ronca como el jadeo de un jabalí, al decir del dragón Hell contesto con furia: “Por lo que puedo ver hablas… Me tiene sin cuidado porque estas serán tus ultimas palabras”, lo decía Hell mientras avanzaba contra Antaras con sus ojos flameando totalmente enrojecidos de la ira y sus armas desenvainadas, mientras que el dragón iba murmurando un hechizo, Hell logra un salto casi imposible tomando curso fijo a la cabeza de Antaras con sus espadas en posición de equis. Al estar a centímetros de la cara del dragón, nuestro amigo desplegó sus armas cortando provocando una herida en forma de equis en la bestia, la cual termino su hechizo a tiempo, el cual produjo una gran luz azul que cegó a Hell.
                  Minutos mas tarde HellMetalero abrió los ojos y pudo darse cuenta que no estaba mas en el valle del dragón, dio vuelta la cabeza para un lado y para el otro en búsqueda de Antaras y se dio cuenta que estaba en el pueblo de Giran. Una muchedumbre asustada presenciaba el despertar de nuestro amigo que por arte de magia havia caído desde el cielo e impacto en el suelo del pueblo, mientras se sacudía con furia pudo sentir una voz que le llegaba al cerebro de forma bastante peculiar diciéndole: -Pudiste marcarme vástago… Pero todavía no tienes el poder de asesinarme-, al escuchar esa voz pudo darse cuenta con facilidad que era el mismo Antaras que le estaba hablando mediante una misteriosa telepatía, y sin saber como responderle empezó a gritar: “¿Cómo puedes saber tal cosa si me trajiste aquí?”, mientras tanto la gente que no se asusto al ver gritar a Hell con furia se fascinaba viendo como el mismo iba perdiendo su juicio según su manera de ver las cosas. Pero la charla no havia quedado conclusa el dragón le contesto diciendo: -Porque una marca en la frente no es signo de victoria… Si realmente hubieses tenido la fuerza necesaria estaría muerto en este momento-, tal respuesta no hizo más que enojar a Hell aun mas, demostrando en público que sus ojos podían ponerse bastante tenebrosos. Fue así que los pocos espectadores que quedaban decidieron alejarse por su propio bien, y fue en ese momento que nuestro amigo grito con aun mas furia: “Juro por mi vida que me vengare a mi amigo y a todas las almas que perdieron su vida por tu culpa”, al parecer los últimos gritos de Hell parecían haber dejado perplejo al dragón, ya que tardo un tiempo en contestar y cuando lo hizo no dijo mas que: -Me olvidaba… En segundos del cielo un regalo caerá para ti, una muestra de afecto por haberme demostrado algo de tu fuerza vástago-, segundos tuvieron que pasar para que el cuerpo de Keyzzer fuera tele-transportado a Giran donde Hell estaba. Sin más gritos ni comunicaciones telepáticas la audición con el dragón tierra llego a su fin con un terrible precio, la vida de un muy buen amigo y un gran guerrero.
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                  • #24
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                    ¿OTRO TRISTE ADIOS?

                    Varios minutos habrán pasado desde la conversación y la tele-transportación del cuerpo de Keyzzer, en los minutos siguientes nuestro amigo intento con toda su fuerza volver al orco a la vida, sin éxito. “Se que esta vivo… No dejes de intentar”, gritaba Hell a un curandero que pensó en dejar de practicar latanias de curación sobre el cuerpo del orco muerto, el cual súbitamente se paro y le dijo al elfo oscuro: “Tu amigo ya esta muerto, llegamos muy tarde pero…”, el juicio del curandero fue la única razón para terminar esta frase inconclusa con un súbito bajo de voz, pero Hell no se conformaba con suposiciones y con su mano derecha amarro bien fuerte al curandero por el cuello y le dijo: “En este momento estoy dispuesto a cualquier –pero- para salvar la vida de mi amigo”, la mirada fija de Hell intimido seriamente al curandero que pudo ver el resplandor de sus ojos y las llamas rojas que reflejaban los mismos, al parecer la ciclotimia de pensamientos que surcaba por nuestro amigo todavía no havia apagado la llama del vástago en sus ojos. Los pensamientos de Hell surcaban de la tristeza a la culpa por la aparente muerte de su amigo, y desde la furia que le tenía al dragón tierra hasta el reproche por no haber podido cumplir una mejor tarea.
                    Al ver la expresión tan clara en los ojos de HellMetalero, el sacerdote continúo con la frase por el temor que le producía perder la vida al ver que al mismo tiempo nuestro amigo llevaba su mano izquierda al pomo de una de sus espadas: “Puedo realizar una latania de resurrección tardía para traer el alma de tu amigo… Pero esta no es una latania cualquiera, es una especialidad que solo yo puedo hacer, el inconveniente esta en que las pruebas que hice con la misma solo trajeron el alma del solicitado al cuerpo en un estado puramente animal, el cual se vale de cazar y alimentarse”, era conocimiento común entre los ocupantes del territorio de Aden que los curanderos sea de cualquier credo podían realizar latanias de resurrección para dar vida a los caídos en batalla pero el problema residía que tenia que ser inmediatamente pronunciada a la caída de los beneficiados por una cuestión de que las almas recorrían a gran velocidad el camino de la muerte perdiendo sus almas en las manos del mismísimo Kain, habiendo escuchado las explicaciones del curandero le dijo con un tono menos furioso: “Entonces dígame que tengo que hacer y lo haré… Pero empecemos ya”, el curandero puso una mano sobre el hombro de Hell y la otra en el cuerpo de Keyzzer y le pregunto a nuestro amigo: “¿Con que palabras el estaba acostumbrado a llamarte?”, el solo recuerdo hizo que Hell llevase una mano al cuerpo de Keyzzer y la otra a su rostro diciendo con voz muy baja: “Elfo afeminado”, habiendo escuchado tales palabras el curandero hizo todo el esfuerzo humanamente posible para no reír y concentrarse en las palabras de la latania de resurrección tardía. Sobre los tres cuerpos se concentraba un halo de energía tan fuerte que se hizo presente en el mundo de los vivos en forma de un cono dorado que llegaba a tocar el cielo. Alibeth que llevada por los rumores de un elfo oscuro que maldecía al cielo uno y otra vez, acompañado por el cuerpo de un orco guerrero muerto a su lado, pudo divisar el cono de luz dorada y temió por lo peor, ya que en las guerras entre los elfos y los orcos que hacia siglos habían acontecido y ella havia presenciado esta clase de latanias eran utilizadas por los elfos para traer devuelta a la vida aquellos guerreros que caían para volver a luchar debido a que el numero de guerreros elfos era demasiado escaso ante las hordas de orcos invasores, ella muy bien sabia lo que provocaba en los cuerpos receptores tales latanias. Llevada a la desesperación cruzo todo Giran para encontrar a su amigo y el curandero ultimando la latania de resurrección tardía con las ultimas palabras a los gritos: “EL ELFO AFEMINADO TE LLAMA KEYZZER”, aunque Alibeth sabia que havia llegado tarde para impedir el curso de acción de la latania no pudo mas que reír por un buen rato al escuchar la frase que se utilizo para finalizar la misma, pero su risa se desvaneció en el aire al acordarse lo que la latania podía producir y habiéndose acabado el rito pagano se acerco a Hell diciendo: “Prepara tus armas drow idiota… No sabes lo que han provocado”, Hell con sus ojos mas flameantes que nunca desvió su mirada hacia Alibeth y le contesto: “Se muy bien lo que eh hecho pero es la única manera de traer a Keyzzer”, tal mirada no hizo mas que provocar lagrimas en su amiga que comprendía lo que pasaba, por segunda vez en su vida HellMetalero tenia que realizar actos de naturaleza malvada para poder revivir a un ser querido, tal dolor se clavo en el corazón de Alibeth como una daga filosa y mortal, tal dolor provoco el llanto en la elfa y por consiguiente el reproche a su amigo: “Serás tu que le de muerte al monstruo que acabas de crear”.
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                    • #25
                      Historias de un Mestizo en tiempos medievales

                      ¿AMIGO O ENEMIGO?

                      Minutos pasaron después del intercambio de palabras de Hell y Alibeth… Solo minutos en los cuales los dos amigos y el curandero esperaban el resultado de la latania prohibida… Pero en esos minutos la impaciencia de Hell crecía a pasos agigantados, hasta que no pudo contener mas la desilusión de no ver un resultado concreto y empezó a golpear el pecho del amigo al grito de: “Vuelve a la vida amigo… Vuelve por favor… No estoy listo para perderte hermano”, al escuchar tales palabras embebidas en llantos no hizo más que dar un manto de silencio y amargura. Alibeth nunca havia visto a su amigo llorar y menos de esa forma, el curandero se lamentaba y en su cabeza solo repensaba la situación una y otra vez con la esperanza de haber equivocado las palabras, pero todo havia sido pronunciado como debía ser, el dolor que causaba ver al elfo oscuro, aquel que era duro por naturaleza, romper en llanto impulso a Alibeth de forma inesperada a abrazar a su amigo con tanta fuerza, para que el mismo sintiese que no estaba solo con esta carga emocional y que tampoco la superaría solo. Hell al sentir el abrazo y llanto de su amiga no hizo más que refugiarse en los pálidos brazos de su amiga y continuar su llanto apoyando su cabeza sobre el pecho de su amiga. Cuando la ultima gota de lamento callo al piso y solo quedaban los lamentos, Hell procedió a llevar el cuerpo de su amigo en brazos y acompañado de Alibeth se dirigieron a las afueras de Giran para celebrar un nuevo sepulcro, pero no cualquiera sino uno digno de un “Caballero de Tyilmandare”.
                      Teniendo el féretro hecho con la insignia de Tyilmandare en el centro del mismo y el cuerpo posado en su interior con su arma predilecta en sus manos procedieron a dar el último adiós a un gran guerrero orco con las grandes frases que alguna vez inspiraron a todo caballero de Tyilmandare para afrontar los peores males: ““Juro que mientras tenga fuerzas luchare… “, el féretro se serraba: “Juro que mientras exista maldad la exterminare…”, el sistema de poleas bajaba al mismo hacia el fondo de la tumba de tierra: “Juro por mi honor que mi vida daré…”, Alibeth y Hell mientras canturreaban, tiraban los primeros puñados de tierra:”Juro que al mal venceré…”, con palas tiraban el resto de la arena al cajón mientras ellos seguían pronunciando el adiós: “ Juro que al continente con mi vida protegeré”, dadas estas ultimas palabras se produjo un minuto de silencio por respeto al que se iba. El adiós fue relativamente corto con respecto al tiempo que quedaron los dos admirando la lapida que decía: “Keyzzer –Gran Caballero- ; -Gran Orco- ; -Gran Amigo- ; -Gran Hermano- “, esto ultimo tallado a mano con las armas de Hell en la lapida. Mientras los dos Caballeros de Tyilmandare que quedaban emprendían camino a Giran para pasar la noche, ya que el gran adiós a Keyzzer havia tomado toda la tarde y el sol se ocultaba dejando la luminosidad de un crepúsculo que de por si provoca el llanto a cualquier ser de este continente que despide un amigo. Fue en ese viaje sin palabras en el cual Alibeth noto que Hell no llevaba su capa de caballero consigo y con el afán de poder olvidar pregunto: “¿Por qué no llevas tu distintivo contigo amigo mío?”, era una vergüenza para Hell tener que responder tal pregunta, debido a dos razones mas que obvias, la primera y la mas dolorosa era el recuerdo de haber sido dejado por la mujer que mas amaba y los acontecimientos que pasaron en ese día aciago, y la segunda pero no menos importante era la promesa que el havia hecho de no dejar el clan bajo ninguna razón o motivo, pero como explicar estas palabras sin sentir pena por el pasado o no sentirse culpable por no haber faltado a su promesa como caballero de Tyilmandare, el silencio no hizo mas que empeorar las cosas porque ahora Alibeth no miraba con tristeza por la perdida de un gran amigo y caballero sino porque uno en vida la havia dejado a su suerte según su presentimiento, tal mirada hizo que Hell abriese esa coraza que llevaba para ocultar sus sentimientos una vez mas y decir: “Porque una perdida anterior a esta hizo que en un arranque de locura tirara mi capa a las flamas que consumían mi antiguo hogar en esos momentos”, ella lo miro sabiendo con certeza de que perdida se trataba y respondió: “Sabia de tu anterior perdida amigo mío”, Hell miro a Alibeth con y con un tono de cinismo respondió: “Si sabias de mi perdida… ¿Por qué me haces recordar el pasado con tanto afán?”, los ojos de su amiga se volvieron a tornar llorosos y respondió mirando a sus ojos: “Mi intención no era…”, pero antes de que ella pudiese terminar su frase el la tomo por los brazos llevándola a su pecho y abrazándola le dijo con mas ternura: “Se que no amiga mía… Perdona mi reacción… Es que todavía siento impotencia al no poder hacer nada por Keyzzer… Aunque intente… Intente con todas mis fuerzas”, ella aceptando el abrazo de su amigo con toda naturalidad y reprochándose dijo: “Si al menos hubiese estado ahí… Los resultados hubiesen sido diferentes”, el abrazándola aun mas fuerte contesto: “No pienses eso amiga mía… El poder de ese dragón era demasiado incluso para todo nuestro ejercito junto en sus mejores tiempos… No hubiese soportado el hecho de perder a dos grandes amigos al mismo tiempo”, y con esas palabras se aparto unos centímetros de su amiga para secar las lagrimas del rostro de ella con sus oscuros dedos y para no generar un silencio mas ella con una sonrisa en su rostro le dijo a su amigo: “Nunca pensé que mis lagrimas alguna vez iban a ser secadas por los gentiles dedos de un amigo drow”. Fue en ese preciso momento que HellMetalero sintió la confianza suficiente para revelar su secreto a Alibeth, acompañado de una cara mas reflexiva Hell dijo con seriedad: “Hay cosas de mi que es el momento que sepas Alibeth, nuestra amistad amerita que las conozcas”, ella mirándolo con desconcierto le respondió: “Podremos hablar de ello en cuanto lleguemos a Giran”.
                      Estando en una taberna de Giran los dos rentaron una habitación para cada quien y se dirigieron a la mas cercana para conversar del tema, Hell con un poco de timidez en su voz empezó a relatar toda aquella información que havia recapitulado de distintas fuentes y cada conversación que havia tenido con aquellos que conocían de su pasado. Al escuchar toda la historia que comenzaba en los tiempos de su padre y sus aventuras, hasta el momento que conoció a su madre y el resultante de esa relación, Alibeth no hacia mas que compadecer al pobre mestizo que confesaba por primera vez y con algo de soltura aquellos relatos, peor fue el sufrimiento de su amiga al conocer las torturas que paso Hell al ser descubierto como un mestizo sin el mismo saberlo y los castigos que le propinaron la comunidad drow y el destino mismo con aquellas incursiones a SODA a ciegas, pero lo mas revelador fue el hecho de saber que HellMetalero no era nada mas y nada menos que un instrumento de Kain para su venganza contra las razas que poblaban Aden, incluyendo la raza humana que era creación del mismísimo Kain. Con toda esa información Alibeth pudo saber porque la diosa Shilen havia escuchado sus ruegos aquella tormentosa noche. Con la culminación del relato y las ultimas vivencias de HellMetalero y el camino del danzante de espadas, Alibeth pudo entender cada matiz de la vida de su amigo y los impresionantes ojos que se llenaban de llamas cuando su furia llegaba a puntos culmines y con unas palabras alentadoras le dijo: “No importa si eres el vástago que tanto profetizan nuestras razas o si el mismísimo Kain se empecina en que debes destruir a todas las razas de este continente… Yo confió en ti amigo mío, porque se que tus valores y fuerza de voluntad harán que tomes el camino correcto por mas que la situación se torne difícil y por sobre todas las cosas yo estaré ahí para guiarte con mi amistad si llegas a perder el rumbo”, tales palabras dibujaron una sonrisa en el rostro de Hell, el cual contesto con sinceridad: “Ahora entiendes porque no me permitiría haberte perdido en aquella batalla con el dragón tierra”. Minutos después en los cuales los dos carcajearon y compartieron sus últimas vivencias el uno con el otro, Hell se dirigió a su habitación para por una vez en su vida poder descansar con paz en su corazón.
                      Mientras tanto en el cementerio donde yacía la tumba de Keyzzer, unos ruidos estrepitosos llamaban a la curiosidad del velador encargado de cuidar la zona, al seguir tales ruidos pudo comprender que los mismos venían ni más ni menos que de la tumba del caballero de Tyilmandare. Apresurándose a conseguir una pala para desenterrar el cuerpo con el falso presentimiento en su mente de que el pobre orco havia sido enterrado vivo pudo notar a lo lejos que un gran puño verde salía de la tierra donde estaba situada la tumba y dejando de lado toda intención de cavar un nuevo hoyo procedió a ayudar al orco que con todas sus fuerzas intentaba salir de su prisión de tierra. Al grito de: “Aguanta amigo mío”, el velador procedió a escarbar la tierra con sus propias manos, lo cual le llevo menos de unos minutos hasta dar con el cuerpo de Keyzzer, el cual revelaba una aterradora verdad, su mirada estaba vacía y no pronunciaba palabra alguna, solo se acercaba al velador con un hacha en mano, arrastrándola como si fuese un peso muerto hasta su primer victima cual grito fue como una desgarradora sirena de alerta para todo el pueblo.
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                        DE SILUETAS Y CUERPOS VACIOS

                        Los desgarradores gritos provenientes del cementerio despertaron a nuestro amigo dándole una sabia razón para no seguir descansando, se vistió a toda prisa y tomo las fundas donde yacían sus espadas para salir al encuentro de Alibeth sabiendo muy bien el motivo de esos gritos y el curso de acción que debería tomar. Al encontrarse en el pasillo con su amiga solo una cara de tristeza pudo compartir con ella, ya que sabía que se vería forzado a luchar contra su voluntad, y con solo esa expresión en el rostro de Hell y la tristeza de Alibeth en el corazón los dos marcharon con prisa al encuentro.
                        Mientras los dos caballeros de Tyilmandare buscaban frenéticos por los alrededores, el monstruo que alguna vez fue Keyzzer gran amigo de Hell y Alibeth se acercaba con paso errante y la mirada perdida como si su alma no tuviese control alguno sobre su cuerpo, pero el rumbo fijo hacia el pueblo de Giran arrastrando su hacha dejando un surco en el suelo al caminar, aquel surco que marcaba la posición de las personas que murieron al cruzarse entre el y su camino, un camino que llevaba al responsable se su vuelta. No pasó mucho tiempo para que los tres se encontraran, fue en ese preciso momento que Keyzzer rugió con toda la fuerza de su garganta como si hubiese encontrado su objetivo principal, al escuchar tal rugido las ventanas y puertas de todo el pueblo se cerraron dejando a los tres solos para que lidiaran sus propios problemas. Keyzzer motivado por sus instintos naturales cargo contra Hell con toda su fuerza, mientras que el mestizo trataba de hacerlo entrar en razón con palabras, pero la bestia no escuchaba de razones solo quería saciar su sed de sangre y fue así que Hell se vio forzado a desenvainar sus espadas para frenar el curso de acción del hacha de su amigo. Mientras las armas largaban chispas, producto de los consecutivos golpes, Alibeth apuntaba su arco hacia la cabeza del orco para dar fin al encuentro en el cual Hell no hacia mas que hablarle a su amigo mientras se defendía de cada golpe lanzado por Keyzzer, ella sabia muy bien que tal cosa no iba a frenar al monstruo y por consiguiente iba a llevar a Hell a la muerte, pero al ver tal acción de Alibeth nuestro amigo grito desesperadamente: “NO… EL SE PUEDE SALVAR LO SIENTO”, pero Alibeth no hacia caso de las palabras de su amigo y estaba dispuesta y preparada para lanzar la flecha que daría fin al encuentro, hasta que Hell en una pirueta atrevida freno el curso de la misma con su espalda girando por sobre el cuerpo de Keyzzer y dando un pequeño salto para que la flecha impactara en su espalda y no en su cabeza. Al recibir el impacto de la flecha Hell callo sin fuerzas dejándolo a merced de un golpe devastador propinado por su amigo que lo tumbo inmediatamente provocando una abertura en su armadura y por consiguiente un corte en su oscura piel.
                        Al estar Hell mal herido en el piso Alibeth no hizo más que gritar: “MALDITA SEA HELLMETALERO”, y apuntar con su arco y una nueva flecha hacia el cuerpo de Keyzzer, el cual estaba alzando su hacha por sobre su cabeza para dar el golpe final hasta que escucho las palabras de Alibeth y súbitamente dejo caer el arma. Tal gesto hizo renovó las esperanzas de Hell, que se incorporo y fue al encuentro de su amigo preguntando: “Keyzzer amigo, ¿Eres tu quien esta ahí?”, el orco con una mirada melancólica se acerco a Hell, tomo el filo de su espada de su amigo y lo enterró directamente en su pecho. El estrepitoso ruido que provoco el arma enterrándose en el pecho del orco y el grito de su amigo fueron como dos notas de tristeza que taparon cualquier ruido de batalla aquella noche o cualquier silencio que se pudo haber provocado en el pueblo de Giran, tales notas serian recordadas en Giran como el triste final de un gran guerrero orco, un gran amigo y un caballero Tyilmandare de corazón. Al ver la ultima acción de Keyzzer, Hell no pudo evitar preguntar: “¿Por qué?... ¿Si pudiste sobreponerte?”, Keyzzer alzo la vista generando una sonrisa pura y sin resentimiento alguno diciendo: “Por mas veces que me allá burlado de ti… Se que solo vos posees la fuerza de sobrellevar una vida con un segundo ser en tu interior”, con esas palabras Keyzzer se acerco mas a su amigo dejando que la espada atraviese su pecho y al mismo tiempo dejando escapar un hilo de sangre por su boca trato de decirle a su amigo: “Deja… Deja que descanse en paz… Yo no podría vivir con tal carga como tu lo haces hermano mío”, y finalmente Keyzzer dejo recaer todo el peso de su cuerpo sobre los hombros de Hell, en el proceso de su acción su amigo pudo ver como los ojos del orco volvían a ser grises y fríos, como su alma se alejaba de su cuerpo, pero esta vez para siempre.
                        Un súbito grito de dolor despertó a todos los habitantes de Giran quienes abrieron sus persianas y puertas para ver la escena mas desgarradora de todas, iluminada por la luz de la luna y un par de candelabros que habían a su alrededor se podían distinguir las siluetas de un orco posado sobre los hombros de un elfo quien parecía sostener una espada que atravesaba notoriamente el cuerpo del orco y al mismo tiempo por su filo recorría una incalculable cantidad de sangre, al parecer el elfo gritaba hacia la luna como si fuese la culpable del hecho, pero a no menos de un par de metros yacía una figura femenina de una elfa que yacía sobre sus rodillas llorando desconsoladamente. Segundos mas tarde Hell retiro la espada del cuerpo de su amigo con las pocas fuerzas que le quedaban envaino su espada con la sangre de su amigo en símbolo de respeto y dejo el cuerpo de su amigo suavemente en el piso, al querer ir al encuentro de Alibeth sus fuerzas le fallaron y callo sin remedio de bruces al piso cerrando sus ojos pensando que este era el fin de su camino.
                        Sumido en una total oscuridad Hell podía ver como las imágenes de sus amigos agonizando lo perturbaban y escuchando voces que le susurraban en la distancia frases como: “Todo aquel que permanezca a tu lado sufrirá un cruel destino”, “Tú eres el vástago de la destrucción… Fuiste creado para destruir no proteger”, todas las frases parecían tener una voz en común y por muy raro que le pareciese era su propia voz la que le susurraba tales cosas, como si su subconsciente se havia empecinado en hacerle recordar cual era su sitio y que por mas que quisiera escapar a su destino el mismo le probaba que sus esfuerzos eran fútiles. Luego de que tanta oscuridad hiciera que perdiera su juicio por un momento, una tremenda luz se presento ante el como un camino a seguir, en aquel camino Hell podía ver a Alibeth extendiendo su brazo y mostrando una expresión de felicidad en su rostro, una que el jamás havia visto en su amiga, pero antes de poder alcanzarla se despertó de aquello que pareciese un sueño con su frente empapada en sudor y su corazón latiendo de una forma que nunca havia sentido. Después de tan duro despertar, Hell llevo su mano a su pecho preguntándose a si mismo en voz alta: “¿Acaso yo…?”, pero antes de poder finalizar la pregunta recordó todos esos susurros que su conciencia le hacia en sus sueños, pensando en ello miro melancólicamente hacia una ventana que yacía sobre la pared que daba al respaldo de su cama y se dijo así mismo en voz alta: “Al fin y al cavo no podría explorar tales sentimientos… No me permitiría que algo malo le pase a ella también”. Luego de un rato Hell tomo sus espadas que yacían posadas en una silla al costado de su cama y se calzo los pantalones de su armadura y al tomar con sus manos la pechera pudo ver que la misma estaba rajada, con una segunda mirada pudo notar las vendas que cubrían su pecho, y no hizo mas que dejar sobre la cama la pechera y arrancarse las vendas, descubriendo de esa forma la cicatriz en horizontal que le recordaba a Keyzzer que mas que un amigo havia llegado a ser un hermano para el. Dejo las vendas sobre la pechera de la armadura y procedió a abrir la ventana, al posarse sobre ella giro su cabeza por ultima vez para mirar hacia la puerta de salida del cuarto y pudo notar que la misma no estaba cerrada del todo, cerro los ojos dejando que una triste expresión se revelara en su rostro al darse cuenta que una silueta estaba observando sus acciones y se dejo caer con un ágil movimiento, descendiendo dos pisos y cayendo con fuerza al piso se reincorporo y camino con dirección hacia la salida que daba al pueblo de Dion. No pasaron más que segundos de que Hell dejara el cuarto que la silueta que observaba sus movimientos entrase en el mismo y dejase revelarse ante el sol que entraba por esa ventana abierta. Alibeth se acerco a la cama y tomo la pechera, llevándosela al pecho y abrazándola fuerte se acerco hacia la ventana donde pudo observar como Hell se perdía en el horizonte y procedió a dejar el cuarto abrazando a la pechera con tanta fuerza como si estuviese abrazando a su amigo para que el recuerdo no se perdiese en la inmensidad de sus pensamientos y el certero adiós no pesase tanto en su pobre corazón que todavía mantenía la esperanza de que sus caminos se cruzasen una vez mas.
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                          CAMINOS DEL CRUDO INVIERNO

                          Mientras Hell se hacia camino hacia Dion pudo observar que el invierno havia llegado antes de lo esperado, lo cual hizo que en su interior maldijese la opción que había tomado y del hecho de que su desnudo pecho sintiese el frió sin piedad alguna. Aquel camino que alguna vez pareciese tan corto y tan sencillo que hasta estando ciego lo hubiese podido recorrer sin problemas, se havia tornado largo y difícil, mas aun sintiéndose solo y desamparado por decisión propia. Mientras transitaba cerca de una de las tres entradas que daban a Execution Grounds (una tierra que havia sido azotada por las guerras milenios atrás y en la cual todavía las almas de aventureros y milicianos rondaban sin sentido alguno cazando y asesinando a los desprevenidos), Hell pudo observar que un humanoide de aspecto raro y con una capa que cubría su rostro salía despavorido de aquel embrujado lugar. Nuestro amigo pensó en dejarlo pasar de largo ya que no tenía ganas algunas de tener otro conflicto, pero el humanoide que también havia notado la presencia de Hell desenvaino su espada mientras corría asustado de ese lugar con la única intención de asestar un golpe mortal a la pasada, golpe que fue frenado en seco cuando Hell tomo la muñeca del asustado adversario y con su otra mano desenvaino una de sus espadas y la inserto con toda furia en el abdomen del humanoide, la cual retiro rápidamente pensando que era aquella con la que havia atravesado a su hermano. Dejando caer el cuerpo sin vida del humanoide emitió un suspiro al ver que la espada con la cual havia asesinado a la criatura no era la misma con la que havia atravesado a Keyzzer, para nuestro amigo el dejar la sangre de su hermano en su arma le servia de recordatorio. El recordar que no debía tener a ningún ser querido a su lado (porque su presencia era una maldición para ellos que obtuviesen un sentimiento afectivo hacia el), era el propósito de mantener la sangre de su hermano en una de sus armas y ese recuerdo no debería borrarse al menos por un largo tiempo, al menos el suficiente para que este recuerdo se implantase totalmente en su memoria. Al ver al humanoide tirado en el suelo procedió a sacarle la capa que utilizaba como protección y colocársela, fue en ese momento que se dio cuenta que tipo de criatura yacía muerta en el piso y dijo en voz alta: “Un Keltir… La naturaleza provee”, una pequeña sonrisa se mostró en su rostro al escuchar sus propias palabras y prosiguió con su camino rodeando las cercanías de Execution Grounds para llegar a Dion sabiendo que si un Keltir havia salido despavorido de allí era solo porque un enemigo mayor rondaba esa entrada en particular y el entusiasmo de Hell no estaba para nuevas aventuras.
                          Habiendo rodeado satisfactoriamente aquellas tierras embrujadas, Hell ya estaba muy cerca de Dion y con la provisoria protección para su pecho y espalda el viaje se le havia hecho mas ameno, aunque aun mas duradero que de costumbre, cada paso que daba y cada mirada que dirigía hacia aquel terreno maldito no hacia mas que recordarle las veces que el havia entrado con sus antiguos compañeros de clan con el objetivo de cazar criaturas extrañas y mejorar sus técnicas de combate, aquellos momentos que havia pasado con sus seres queridos, todo hacia que el viaje se hiciese eternamente doloroso y largo, pero como la respuesta a sus suplicas de no querer recordar mas pudo observar la entrada al pueblo de Dion, la cual por primera vez atravesó con felicidad, algo bastante extraño para el porque los mercaderes de Dion y la mayoría de la gente que rondaba por la zona no eran mas que presuntuosos a su pensar. Al poner pie en la entrada desde los mercaderes hasta los pueblerinos y algunos aventureros que recorrían la zona no hacían más que mirarlo de forma extraña, por lo ya antes mencionado quienes solían hacer de Dion su lugar para vivir no hacían otra cosa mas que llevar sus cabezas bien alto y alardear de los artículos que llevaban consigo por pura vanidad y al ver que un transeúnte se presente con actitud totalmente contraria a la que ellos mostraban no hacia mas que llamar a la curiosidad de todos y al temor de algunos pocos. Hell al notar sus miradas curiosas no hizo mas que responderlas con gestos de furia a cada uno que intentaba acercarse a el, después de recorrer casi la mitad del pueblo y llegar a donde se situaba la transportadora, la misma con un poco de temor en su voz pregunto: “¿A dónde quieres dirigirte?”, Hell contesto rápidamente: “Llevadme a tierras enanas”, la transportadora al notar que su piel era oscura como la noche no hizo mas que decir sarcásticamente: “Sabes que no es barato drow”, Hell automáticamente retiro la capa de su cabeza y dijo: “Lo se… No es la primera vez que viajo hacia allá”. Al ver reconocer el rostro de Hell la transportadora dijo: “Pero si eres tu… Los enanos me han contado de tu intervención en las minas… Esta vez el pasaje será gratis”, repuso esas ultimas palabras esposando una sonrisa, la cual Hell devolvió cordialmente con un gesto de felicidad en su rostro antes de desaparecer y ser transportado hacia la villa enana.
                          Al llegar a la villa enana nuestro amigo pudo observar como el invierno ya estaba bien asentado en el lugar y no hizo más que volver a cubrirse el rostro con la capucha y con su otra mano tapar su pecho con las extremidades de la capa tomando rumbo directo hacia la herrería de Torin para pagar una visita a su viejo amigo. Al llegar a la herrería toco la puerta efusivamente debido a que el frió entumecía sus manos y la urgencia por sentir el calor de algún cómodo interior lo apresuraban, en ese momento Torin se acerco a la puerta diciendo: “Acaso no sabe leer el letrero… Esta cerrado”, Hell hizo una pequeña pausa a causa del frío y tiritando preguntando: “¿Aun para un viejo amigo?”, al reconocer tal voz Torin abrió apresuradamente la puerta para encontrarse con la lamentable apariencia de su amigo, muy distinta de aquella postura que anteriormente havia impresionado al enano y rápidamente le dijo: “Pasa amigo mío, rápido antes de que el invierno te consuma”, Hell acepto la invitación del enano con una sonrisa en el rostro como la que suele poner un ser desamparado al recibir un plato de comida o una ayuda sin buscar algo a cambio.
                          Al estar adentro Hell le contó a su amigo Torin los hechos que habían acontecido después de partir con lujo de detalles, desde la su ascensión como Danzante de Espadas, hasta el terrible acontecimiento que havia presenciado hace menos de un día. Tal relato hizo que el enano se levantase de su taburete y pidiese a Hell sus espadas, nuestro amigo al darlas le dijo: “Si te sirven de algo podría intercambiártelas por algo de abrigo para este invierno”, el enano con un dejo de furia miro a su amigo y le contesto: “Tengo algo mejor para ti”, mostrando una armadura compuesta (hecha de un fino acero cromado el cual tenia en el pecho gravado un fénix). Al ver que Hell havia quedado impresionado con su obra de arte, Torin prosiguió: “También reparare, daré nueva forma y nombre a tus espadas pero con una condición…”, Hell volteo su cabeza hacia el enano y rápidamente pregunto: “¿Cuál es esa condición?”, el enano miro hacia la puerta que daba a su recamara y dijo: “Creo que mi prima Myshra va a explicarte mejor que yo esa condición… Pasa prima mía”, fue esas palabras que hicieron que la enana saliese se asomase al living donde Torin y Hell estaban diciendo: “Como te habrás percatado eh escuchado toda tu historia y me eh convencido que me serias de gran ayuda HellMetalero”, haciendo una pequeña pausa prosiguió con su discurso diciendo: “Yo también tengo que saldar una cuenta pendiente con el dragón tierra, pero antes debo fortalecer mi clan con los guerreros mas aptos para esta tarea y tu HellMetalero eres uno de ellos”, Hell pensó por unos segundos la propuesta que le traía Myshra y contesto: “Muy bien contaras con mi presencia en tu clan pero si en algún momento me salgo de control deberás matarme sin titubear”, la enana asintió con una sonrisa y dijo: “Muy bien ahora te llamaras HellMetalero de RisingFenix… Pasa a la recamara de mi primo y pruébate la armadura fue hecha especialmente para ti”. Al escuchar tales palabras el mestizo carcajeo y tomo su nueva armadura, no fue minutos más tarde que salio luciendo la armadura compuesta con el logotipo gravado del fénix en su pecho y tiro los pantalones de brigantina al fuego de la hoguera, al ver el nuevo porte de su amigo, Torin dijo impresionado: “Bienvenido HellMetalero de RisingFenix”.

                          RECUERDOS DEL PASADO EN UN FUTURO INCIERTO

                          Meses ya habían pasado desde que Hell se unió a clan del Fénix con la única esperanza de alguna vez hacer pagar al dragón por la muerte de su amigo y todo lo que havia sufrido por su culpa, lo único que motivaba a nuestro amigo era la venganza, pero en esos meses los recuerdos hacían que ninguna noche pasara serena y tranquila como havia de ser el los gloriosos años en que el era participe de las crónicas de Tyilmandare. El recuerdo de sus amigos, aquellos caídos y aquellos dejados atrás para su propia seguridad no daban consuelo y cada día se preguntaba aun mas y mas que seria de la vida de su gran amiga Alibeth, la lejanía aumentaba la agonía que sentía por dentro pero la certeza de que ella estaría mejor era la única razón para calmar su mente y mentir a sus sentimientos, esos sentimientos que parecía que se habían vuelto cada vez mas fuertes e insistentes, pero que podía hacer Hell si con certeza se apuñalaba pensando que si tratase de acercarse a ella no haría mas que traer desgracia a la vida de su amiga.
                          Mientras incursionaba a distintos lugares en la cercanía del pueblo de Aden, aquel pueblo principal del cual recibe el nombre el continente que lo rodea, mas eran las preguntas que le hacia a Myshra sobre el ataque al dragón tierra y para su pesar las únicas respuestas que recibía era que todavía el clan estaba preparado para tal incursión y que todavía necesitaban encontrar clanes aliados que los ayudasen en el asalto final, tales respuestas no aplacaban los cuestionamientos, hasta que un día Myshra con cierta astucia le pregunto a Hell: “¿Qué piensas hacer después de que hallamos asesinado a Antharas?”, nuestro amigo no tenia respuesta alguna pero con certeza contesto: “Recluirme y pasar el resto de mis días en algún lugar remoto donde no pueda causar mal alguno a nadie”, aunque parecía una respuesta sincera no era algo premeditado para nuestro amigo, pero al mismo tiempo parecía una salida lógica a pesar de las miles de veces que tenia planeado morir el mismo día que fuese enfrentar al dragón luego de ver su caída o cometer suicidio por el bien del continente, ya que el piensa que su existencia era un peligro que Aden no debería soportar y menos que sus amigos debieran afrontar. Tal respuesta revelo sus verdaderos sentimientos a Myshra que era una enana bastante astuta la cual le dijo con un tono sarcástico: “Si realmente crees que tu muerte hará un bien al continente y a tus amigos… Estas en el camino equivocado, este continente sufrió peores males a causa de los dioses y sus vanidades”, sin importarle el pensamiento de la enana Hell desvió el tema y pregunto: “¿Qué es lo que el dragón a tomado de ti para que quisieses matarlo?”, tal pregunta no hizo mas que generar una expresión de angustia en la enana quien respondió: “Nada que a ti te interese”, al escuchar tal aplacadora respuesta Hell no hizo mas que responder: “Tienes razón”, y se adelanto unos pasos para no incordiar a su nueva líder.
                          Los días pasaban y la desesperación en nuestro amigo aumentaba, quería terminar con la vida del dragón y la suya de una vez por todas, las ideas ya eran claras en su cabeza, después de la caída de Antharas el no podría seguir existiendo, pero ese mismo día una buena noticia llegaría a su vida, el clan del Fénix havia conseguido por fin aliados en la batalla contra el dragón, el clan Nebula y su alianza estaba dispuesto a ayudar creando así la alianza Valhala. La esperanza empezaba a florecer en el corazón de nuestro amigo que se entrenaba día a día pensando en las terribles marcas que le haría al dragón tierra en el momento que lo encontrase, pero eran mas los días que pasaba entrenando que los cuales el escuchaba estrategias para incursionar en la cueva de la criatura. Tales sucesos no hacían más que impacientarlo sin sentido alguno y tal impaciencia traía otra vez recuerdos del pasado, recuerdos que obligaron a nuestro amigo a salir del pueblo de Aden en busca de los lugares donde tuvo tales vivencias. Su recorrido empezó por el pueblo de Giran en el cual las heridas sentimentales llamaban mas a su ser, paso por el cementerio donde habían enterrado a Keyzzer por segunda vez y sentó cerca de la lapida de su amigo. Horas paso mirando el descanso final de aquel hermano caído, pero en esas horas no hacia mas que hablarle a la lapida diciendo: “Hermano… No creo tener la fortaleza que tú dices para llevar este monstruo en mi interior… Yo… Yo no podría ver a alguien más perecer como tú lo hiciste”, no fue mas que segundos mas tarde que una voz detrás de Hell le contesto: “¿Fue por eso que me dejaste?”, y seguido por esas palabras una hermosa mano blanca se posa sobre su hombro izquierdo.

                          RECUERDOS DEL PASADO EN UN FUTURO INCIERTO
                          (Parte 2)

                          Al sentir tales palabras seguidas por el cariño de esa hermosa mano, nuestro amigo volteo su cabeza con la esperanza en su negro rostro, pero tal esperanza se esfumo como si su rostro hubiese recibido el golpe directo de un martillo de guerra al darse cuenta de quien tenia atrás no era nada mas y nada menos que Pastafrola, una de las tantas personas que HellMetalero dejo en el olvido en sus excursiones de entrenamiento en SODA tiempo atrás cuando nuestro amigo no pertenecía a ningún clan ni alianza y se valía solo por su astucia y fuerza. Pastafrola al ver la transformación en la expresión del rostro de Hell no hizo mas que preguntarle con un tono un tanto sarcástico: “¿Acaso esperabas que sea otra persona?”, sin hacer esperar a su amiga Hell respondió apresurado: “Puedo decir que hay algo de cierto en tus palabras… Pero no es el todo de mi expresión”, después de tal respuesta un gran silencio sirvió de ayuda a Pastafrola para poder pensar en aquellas palabras y poder dar una respuesta acertada, la cual no enfureciese a Hell, siendo así lo único que pudo decir fue: “Me eh enterado de tus hazañas y las tragedias que siguieron tu camino mientras no estuve cerca y solo puedo decirte que en este clan tienes amigos en los que puedes confiar… No es que diga que solo en nosotros puedes confiar pero…”, tal frase fue interrumpida por Hell diciendo: “Se a lo que te refieres”, en un intento de que Pastafrola no se maree en con su propia conversación y con un suspiro Hell continuo: “Pero realmente temo que esa confianza que ustedes me brindan sea su propia perdición cuando no pueda controlar esto que llevo en mi interior”, Pastafrola se apuro a contestar para disipar la visible agonía que Hell llevaba en su rostro diciendo: “No te preocupes por ese detalle menor… Solo procura volverte más fuerte para poder enfrentar a Antharas”, con esas palabras Pastafrola decidió emprender su retirada, pero sin antes decirle: “No quiero perder un amigo frente a una criatura tan baja como ese dragón… Si es que puedo considerarte…”, Frase que Hell volvió a interrumpir diciendo: “Por supuesto que si”, con una sonrisa en su rostro y sin mas que decir la nueva amiga de Hell emprendió camino hacia el pueblo de Giran. Horas pasaron desde la retirada de su amiga, en las cuales Hell se quedo mirando la lapida de Keyzzer, hasta que nuestro amigo decidió levantarse diciendo: “Voy a vengar tu muerte… Mi victoria será tan magnánima que hasta volverás a la vida solo para festejarla”, con esas ultimas palabras Hell se retiro del cementerio con rumbo al pueblo de Giran, un nuevo viaje debería ser emprendido por nuestro amigo, una nueva aventura tenia que ser experimentada con el solo fin de volverse mas fuerte y vengar de una vez por todas la muerte de Keyzzer y así poder vivir con una carga menos en su ya cansado pero aun joven cuerpo.
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                          • #28
                            Historias de un Mestizo en tiempos medievales

                            NUEVAS ESPERANZAS…NUEVOS AMIGOS…EL MISMO INSTINTO


                            Habiendo pasado semanas de la charla en el cementerio, nuestro amigo se encontraba en un nuevo lugar del continente de Aden, este lugar llamado “La Cueva de los Gigantes”, no era ni mas ni menos que la ultima morada de aquella raza que alguna vez hubiese tenido el control de todo el continente, todos sabían la historia que encerraba esa raza y el propósito de su total desaparición, incluso el mismísimo Hell. Aquella grandiosa raza que alguna vez trato de acercarse a los dioses con tanto fervor, ese mismo fervor que llevo a los dioses a su cólera máxima, ya que nadie debería ser comparado con ellos, esta gran razón era la que Hell odiaba mas, el hecho de vivir bajo las premisas de seres que se creían superiores, aunque esos seres se hayan propuesto dejar el resto de las razas a su destino nuestro amigo sabia muy bien que Kain no era capas de cumplir tal promesa asignando a Hell aquel vástago que traería destrucción y exterminio a aquella raza que este grandioso dios del caos hubiese creado por puros celos hacia el resto de los dioses.
                            Estando en la entrada de la caverna, la cual tenía un aspecto arquitectónico totalmente increíble, algo que ningún elfo, humano o enano pudiese crear, el gran grupo de exploración que formaba la alianza Valhala decidió separarse con la consigna de poder encontrar algún artefacto o riqueza que pudiese ayudar a la alianza para la batalla que se avecinaba, cualquier cosa que los gigantes hubiesen ocultado en esa cueva podría ser de gran utilidad para exterminar al dragón o dar un vuelco en la balanza. Mientras el grupo en el que Hell estaba se iba adentrando por uno de los varios accesos que esta cueva tenia, nuestro amigo no podía para de preguntarse si hubiese compartido el destino de los gigantes al haber cumplido con los caprichos del dios del caos y un gran sentimiento de odio se havia instalado en su cuerpo al ver que viles criaturas habían tomado por suya la ultima morada de los gigantes, raza que el tanto apreciaba debido a que habían muerto creyendo hasta el ultimo momento que ellos tenían tanto derecho como el resto de las razas de ser tratados con igualdad, y aunque el no lo manifestara de vez en cuando sentía cierta repugnancia a aquellas razas que solo dedicaban sus vidas a venerar a aquellos seres que negligentemente se sentían superiores a todos por el solo hecho de poder crear vida, sabiendo muy bien que incluso las mujeres humanas y de otras razas también podían hacer tal acto aunque el proceso fuese distinto. Tanta era la ira que le causaba ver a los intrusos que sus ojos daban un resplandor rojo, como si el vástago fuese otra vez a tomar control de su cuerpo y aunque la confrontación con estas criaturas era inevitable, Myshra pudo ver que a Hell le satisfacía mucho cada encuentro que tenia y cada vez que podía asestar el ultimo golpe rematando a cada bestia que se interponía en su camino, recordando así las palabras de su primo Torin que le dijo a modo de consejo: “Vigila bien al vástago… Las nuevas espadas que le proporcione no llevan ese nombre por pura casualidad… las “Creadoras de Tormentas” no hacen mas que facilitar a su blandiente la capacidad de dar golpes mas certeros y destructores con su irregular forma aumentando así el instinto asesino de quien las blande”, recordando esa ultima frase Myshra no hizo mas que suspirar y decir en voz alta: “Ah primo mío, solo a ti se te puede ocurrir potenciar un arma de destrucción dándole semejantes espadas”, habiendo escuchado tal frase y sabiendo lo que significaba, Pastafrola no hizo mas que apurarse para acercarse a su amigo y decirle en voz baja: “Que tu excitación no nuble tu juicio buen amigo… Guarda todo ese odio para el dragón”, tales palabras no hicieron más que provocar una malévola carcajada que salio de Hell de forma tan sonora que hasta el otro grupo que estaba unos cuantos metros alejados pudieron escucharla sin problema alguno. Fue tan espeluznante la risotada de Hell que llamo la atención de todo el grupo a la mas terrible de las preocupaciones, al ver tales expresiones en las miradas de sus compañeros, Hell no hizo mas que tratar de apaciguarlas diciendo: “No se preocupen… Criaturas tan bajas como estas no aran que el vástago resurja en mí… Este odio que ven en mi es puramente mío”, fue así como Pastafrola entendiendo las palabras de su amigo riendo pregunto: “¿Entonces a quien deberíamos temer mas?”, de pronto tal pregunta no hizo mas que distender a todo el grupo que no hizo mas que reír por un largo rato mientras mas se adentraban aun mas en la caverna.
                            Largas horas pasaron desde que los grupos expedicionarios de la alianza Valhala habían incursionado en la cueva, pero lo único que supieron encontrar hasta ese entonces era solo confrontaciones con lo que supuestamente no eran ni más ni menos que los nuevos habitantes del lugar, los cuales no se mostraban para nada cordiales con sus huéspedes. La desesperanza causada por el hecho de no haber encontrado ningún indicio de tecnología Gigante y la fatiga producida por los reiterados encuentros con las bestias que moraban el lugar no hacia mas que pensar a los lideres de los clanes aliados que era el momento de emprender la retirada y aceptar el hecho de que saldrían del lugar con las manos vacías. Pero un miembro de la expedición no havia bajado en ningún momento la esperanza de poder tener contacto al menos con algún artefacto de esta raza, esta persona no era ni mas ni menos que HellMetalero, el fervor de encontrar algo para exterminar al dragón y la futura concertación de su venganza no hacia mas que darle las fuerzas para seguir y al mismo tiempo motivar a sus compañeros a que sigan su ritmo, aunque el agotamiento era mas fuerte que cualquier fuerza de voluntad y fue la razón por la cual Myshra ordeno la retirada, orden que Hell estuvo dispuesto a negar a la voz de: “Todavía nos quedan lugares por revisar”, pero aquella observación no parecía tan lógica, fuera de su boca como lo era en su mente y con toda gracia fue aplacada por su amiga Pastafrola, quien dijo: “Pero si seguimos moriremos en este lugar en vano y por sobre todo… No podrás cumplir tu promesa”, al escuchar tal conclusión proveniente de su amiga, Hell no hizo más que guardarse sus opiniones y emprender la retirada con el resto del grupo.
                            Habiendo llegado a Aden nuestro amigo busco un cuarto en alguna posada cercana a la entrada del extenso pueblo y se despidió del grupo con una cordialidad pocas veces vista en su forma de ser. Aquel acto no hizo mas que traer dudas a la mente de su amiga Pastafrola quien en cuestión de segundos pudo deducir lo que Hell planeaba y decidió hospedarse en el mismo lugar que el para poder corroborar sus dudas con la excusa de que ella también estaba demasiado cansada ya para caminar hasta el centro del pueblo y hospedarse en el lugar de siempre, fue tal excusa la que genero una sonrisa en Myshra quien pudo observar que no se havia equivocado en ningún momento cuando decidió integrar a HellMetalero a su clan, ya que era esa fuerza de voluntad quien diera el golpe final al dragón y librar de una vez por todas la amenaza que este mismo presentaba para el continente.
                            En las consiguientes horas Hell se preparaba para dar un merecido descanso a su cuerpo, pero al mismo tiempo dejando todo preparado para partir muy temprano. Nada ni nadie iba a impedir que excursionase otra vez más la dichosa cueva, pero no era solo el amargo sentimiento que obtuvo al retirarse con las manos vacías lo que lo impulsaba, algo mas le decía que tenia que volver que habría recompensa a sus esfuerzos, una clase de sexto sentido le advertía que algo yacía escondido en ese lugar, algo que solo el podría alcanzar. Mientras tanto en el cuarto consiguiente al de nuestro amigo, se encontraba la elfa Pastafrola, quien se havia propuesto vigilar a Hell por si su amigo decidiese mandarse alguna locura como incursionar solo aquellas cuevas infestadas de viciosas y peligrosas criaturas. Todos sus sentidos estaban totalmente concentrados en la habitación donde Hell descansaba, atenta a cualquier indicio de partida, no podía darse el lujo de descansar ni menos cerrar los ojos por mas fatiga que sintiese. Fueron fatales para Pastafrola aquellas horas, no solo tuvo que mantenerse despierta con todas sus fuerzas, sino que también fue testigo de una de las tantas pesadillas que Hell solía tener, aquel sonambulismo por parte de Hell no hacían mas que entristecer a Pastafrola y al mismo tiempo mantenerla despierta.
                            Horas mas tarde el sol decidió asomarse en el continente de Aden y fueron los primeros rayos del mismo los que levantaron a Hell quien no solo sintió la presencia de la luz invadir su cuarto, sino que tambien sintió un leve ruido del otro lado de la pared, justamente aquella que daba al cuarto de Pastafrola, giro su cabeza para automáticamente llamado por aquel ruido y no hizo mas que sonreír mientras todavía estaba postrado en su aun mullida cama. Habiendo pasado mas que unos cuantos minutos mas, el sol se impuso totalmente en el cuarto con una luminosidad impresionante, la cual le indico a Hell que debía levantarse para encarar otro día, pero como era usual en nuestro amigo, no podía parar de preguntarse si este seria un día normal en su vida o si algún acontecimiento de aquellos que no hacían mas que traer pena y agonía a su vida estaba esperando para imponerse en su destino como solía pasarle en estos últimos años.

                            PASEOS, ENCUENTROS Y GENTILEZAS


                            Mientras Hell estaba preparándose para partir una vez mas, pero con la mente fija en que debía volver a aquella cueva, Pastafrola no hizo mas que posarse en el umbral de que daba entrada a su cuarto, para esperar paciente a su amigo y frenar cualquier intento o decisión que el tuviese de volver a la cueva o convencerlo de acompañarlo en su viaje. Fue así que minutos mas tarde HellMetalero salio al pasillo preparado y dispuesto a abandonar la habitación y abonar la deuda con el tabernero, su reluciente armadura y sus espadas cuidadosamente lustradas parecían tener luz propia al igual que la expresión en su mirada, mientras que Pastafrola… Bueno no se podía esperar mucho de una persona que havia vuelto de una terrible batalla y no tuvo tiempo para poder dormir aunque sea unas míseras horas. Aunque cansada ella se interpuso en el camino de Hell diciendo: “¡No vas volver a esas cuevas solo!”, tal comentario no hizo mas que producir una carismática carcajada en Hell, quien se tomo el tiempo para preguntar: “¿Si ese fuera mi objetivo como harías para impedirlo en el estado que te encuentras?”, fue mientras Hell formulaba la pregunta que Pastafrola se llevo la mano a la boca y genero un sonoro bostezo en señal de que entendía lo que su amigo trataba de comunicarle, pero aun así ella contesto: “No importa mi estado… Pienso seguirte todo el día si es necesario”, afirmación que Hell se apuro a responder diciendo: “El día esta demasiado lindo para desperdiciarlo encerrándose en una lúgubre cueva, Además…”, en ese momento se genero una pequeña pausa mientras que Hell proseguía su camino hacia la salida de la taberna, pero la curiosidad de Pastafrola la llevo a preguntar: “¿Además?”, su amigo volteo la cabeza y con una sonrisa dijo: “Además a nadie le gusta las elfas somnolientas y amargadas”, tal respuesta no hizo mas que generar una expresión de enfado en el rostro de Pastafrola, casi como un puchero, y por consiguiente argumentar con un tono de reproche infantil: “¡No soy ninguna amargada!”, tal exclamación por parte de su amiga no hizo mas que causar una sonora carcajada en HellMetalero, que a causa del andar de nuestro amigo se iba alejando mientras que Pastafrola decidió tomar el día para descansar, quedándose tranquila que su amiga no iba a cometer ninguna locura.
                            Habiendo salido de la taberna, Hell pudo observar que una paloma con un mensaje en una de sus patas salía volando de una ventana de la misma, lo cual genero una pequeña sonrisa sabiendo lo que aquello significaba y sin mas que observar se dirigió al centro del pueblo con el único fin de poder recorrerlo, ya que desde que havia venido nunca se havia tomado la molestia de conocerlo a fondo. Recorriendo el centro del mismo con entusiasmo, fue en esos momentos que recordó que tenia que hacer los preparativos necesarios para una segunda incursión a la cueva de los gigantes y con una palmada en la cabeza trato de olvidar por una vez las preocupaciones y disfrutar por una vez en su vida de un día con tranquilidad, llegando así a su memoria que alguna vez un compañero de clan le havia recordado que los jardines que están cerca del castillo de Aden son una vista espectacular y tranquilizadora, justo lo que necesitaba nuestro amigo para pasar una mañana ameno y sin preocupaciones, no tuvo que plantearse mas cosas en su cabeza mas que dirigir sus piernas hacia aquel lugar que tanta paz le prometía. Mientras caminaba alegremente entre mercaderes de todas las razas con dirección a aquellos jardines, tuvo la pequeña sensación de que alguien o algo lo estaba observando y aunque por segundos su cerebro se lleno de sospechas involuntariamente, continuo su camino sin preocuparse demasiado. Estando ya en la salida del pueblo que da directo al castillo, Hell se encontró con dos guardias postrados en la misma y uno de ellos a modo de interrogatorio pregunto: “¿Qué lo trae por aquí noble aventurero?”, pregunta que Hell se apresuro a responder, debido a que el silencio en un elfo oscuro a veces es de temer y en muchos de los casos suele levantar sospechas y accionar alarmas, diciendo: “Me comentaron que los jardines de las cercanías del castillo suelen inspirar paz en uno… Y paz es justo lo que ando necesitando últimamente”, tal respuesta genero un gesto de aprobación en los dos guardias eh impulso a que uno de ellos le contestase: “Entonces esta usted en el lugar correcto… Siéntese libre de explorar los jardines y admirar su belleza… Mas déjelos como los hallo”.
                            La belleza de este lugar parecía tener su magia propia, ya que sin darse cuenta Hell olvido todo problema, toda preocupación y se dedico a admirar las flores que componían este precioso jardín. Mientras caminaba pacíficamente y observaba el paisaje, no se percataba que un niño elfo oscuro como el corría a toda prisa en dirección contraria hasta que fue muy tarde y el niño tropezó con Hell, quien bajo la cabeza para observar con que era que se havia topado. Al caer con sus posaderas al piso, el niño rasco su pequeña cabellera con una de sus manos y dijo: “Disculpe señor… juro que no fue mi intención importunarlo”, Al escuchar tal disculpa por parte del pequeño, Hell se apresuro a contestar diciendo: “No te preocupes… Nada malo paso”, mientras terminaba esta frase no pudo evitar ver la cara de este niño y acordarse de aquellas despreocupadas tardes pasadas con Sarumir cuando el era pequeño, fue la sonrisa jovial de aquel pequeño que le trajo tan gratos recuerdos y con toda la intención de entablar una conversación con aquel jovencito Hell pregunto: “¿Cuál es tu nombre pequeño?”, el pequeño elfo oscuro sonrió contestando: “Disculpe señor pero no mi madre me advirtió que no hablara con extraños”, y dejando esa respuesta se reincorporo y siguió dándole la espalda a Hell, quien se sorprendió bastante al ver que el niño llevaba una haraposa capa con un símbolo grabado en la misma, el mismo símbolo que llevaba el clan de Tyilmandare como estandarte. Aquel estandarte no hizo más que traer dudas a la cabeza de nuestro amigo, que se apresuro a seguir al niño con el mayor sigilo posible para que este no se percatase. Hell siguió por varios minutos al niño, mientras toda clase de preguntas surgían a cada paso que daba tales como: “¿Qué relación podría tener ese chiquillo con Tyilmandare?”, pero fueron esas preguntas las que por un momento distrajeron a nuestro amigo quien inevitablemente perdió el rastro del pequeño elfo oscuro frente a una multitud de pueblerinos y mercaderes, aunque se reprochase el hecho de no haber podido seguir al chico hasta su origen o al menos hasta alguna respuesta para sus preguntas, Hell no hizo mas que resignarse y continuar su camino sabiendo que algún día aquel chico y el cruzarían sus caminos.
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                              UNA SEGUNDA INCURSION

                              Al día siguiente Hell se encontró con sus compañeros de clan en la entrada de las cuevas con nuevas expectativas y esperanzas. Mediante iban incursando en las mismas el clan del fénix podía notar un rotundo cambio en la expresión de nuestro amigo, al parecer ese descanso que se havia tomado le había servido de mucho, tanto que Pastafrola se animo a preguntarle: “¿Qué te ha pasado en estos días para que estés de tan buen humor?”, Hell sonrió levemente y le respondió: “Nada en especial solo un grato encuentro”. Al parecer el hecho de haber encontrado a aquel niño con el emblema de su antiguo clan no hizo más que traerle un respiro a los problemas que su cabeza siempre le daban. Aunque parecía una situación un tanto extraña, el hecho de ver a HellMetalero asesinando las nefastas criaturas en la cueva con una mueca de felicidad en la cara, a sus compañeros les causaba un gran respiro ya que su amigo estaba superando las influencias malignas de su gran estigma el vástago.
                              Luego de un largo rato de recorrer las interminables cuevas pudieron hallar una extraña recamara que tenia al fondo de las mismas unas puertas del tamaño de un coloso. Al encontrarse en tal lugar Myshra, la líder del clan, no hacia mas que regocijar sus manos pensando en los grandes tesoros que podían ocultar aquellas gigantescas puertas, mientras que el resto solo pensaban en las criaturas que podían haber quedado encerradas y mas aun en las que estaban afuera de las mismas que por sus expresiones estaban a punto de atacar. En esos momentos Pastafrola pregunto: “¿Esto les huele tan mal como me huele a mí?, Hell en un intento de calmarla le contesto: “No te preocupes algo me dice que los que no son bienvenidos son aquellos monstruos que nos bloquean”. Dos segundos mas tarde las puertas de la habitación siguiente se abrieron como por arte de magia, dejando estupefactos tanto a los integrantes del clan del fénix como a las criaturas que celosamente las resguardaban y de la abertura de las mismas un destello verde se escapaba que paso a paso se hacia mas intenso, al punto que nublo la vista de nuestros amigos por segundos, los que ellos no desperdiciaron e instantáneamente se pusieron en guardia. Después de que el destello verde se apoderara de las dos habitaciones, el clan del fénix pudo observar pasmado como las criaturas bajo ninguna razón aparente yacían inconscientes en el suelo, pero mas aterradora fue la voz que no se dejo esperar diciendo: “Solo el vástago puede pasar el resto permanezcan donde están o sufran las consecuencias” y sin hacer esperar mas la voz Hell avanzo con paso firme hacia la sala recibiendo silenciosas advertencias de todos sus amigos. Conforme entraba a la sala pudo observar que la voz venia de un gran cubo, el cual tenia un extraño resplandor verde que emanaba directamente de unas extrañas grietas que poseía el mismo. Aquellas grietas parecían más que nada algún tipo de jeroglífico más que simples grietas causadas por el pasar de los años, aquel cubo parecía ver cada movimiento que Hell hacia aunque de forma extraña ya que no poseía ojos. Sin mas silencio entre los dos el cubo dijo: “Te he dejado pasar por la simple razón de que pude sentir aquel odio que le tienes a Kain por haberte creado como una simple arma… El mismo odio que alguna vez la raza de los gigantes tuvo por habernos creado tan inteligentes y al mismo tiempo azotarnos por sus propios errores”, Hell atónito por lo que escuchaba pregunto: “¿Acaso esta es la verdadera forma de un gigante?”, el cubo genero un pequeño silencio y contesto: “No la es pero mediante magia pase mi conciencia a este cubo para poder alguna vez contar la historia de mi raza y que el continente se entere de cómo fuimos traicionados por aquellos dioses que tanto adorábamos”. Al ver tal demostración de inteligencia Hell se vio inspirado a preguntar: “¿Acaso tu podrías deshacer aquella influencia que Kain tiene por sobre mi?”.

                              UNA SEGUNDA INCURSION (parte 2)


                              Hell expectante de una respuesta favorable miraba al cubo con un dejo de tristeza en su mirada, y aunque no fuese mas que una estructura vacía parecía tener sentimientos que afloraron en esa grave voz al decir: “Lamento tener que decirte que aquel lazo que te une con el dios de la destrucción esta mas allá de mi alcance”, tal frase sumió a Hell en un estado depresivo totalmente visible para cualquiera que estuviese a su lado, tal era así que sus compañeros que estaban en la recamara anterior pudieron sentirlo y todos bajaron la cabeza en síntoma de tristeza por aquel alma perdida, pero justo en ese momento con un tono mas calido el cubo dijo: “Pero puedo decirte que si sigues a tu corazón de la manera que lo has estado haciendo hasta el momento puedes rechazar su voluntad con toda convicción”. Por momentos parecía que no todo estaba perdido y Hell empezó a recordar cada aventura vivida y pudo darse cuenta que todos los malos momentos en los cuales el vástago tomaba el control fueron superados en el instante que el seguía el mandato de su noble corazón, aquel que le indicaba el camino correcto a seguir, y no podía evitar que toda esa búsqueda de poder y control para su malvado alter ego siempre estuvo a su lado y la persona que siempre afloro los mejores sentimientos en el, fueron sus amistades y su compañera de vida. Otra vez Hell havia encontrado el camino de lo que debía hacer de ahora en mas, algo que mucho le costaba comunicar y era el hecho de buscar apoyo en los que lo rodeaban. Mientras toda esta reflexión pasaba por su cabeza el cubo podía admirar tal evolución y se atrevió a decir: “El dragón que tanto buscas exterminar podría ser la única forma de aflorar en totalidad al vástago y la única oportunidad de Kain de volver a tener control sobre tu persona”, Hell escuchando estas palabras contesto apresuradamente: “Pero debo vengar la muerte de un amigo y prometí ayudar a mi clan a acabar con su malvada existencia”, sin dar un segundo mas el cubo contesto: “Todos tenemos un fragmento de maldad en nuestros seres… Pero eso no es razón suficiente para que alguien más decida nuestro destino… Si logras tu cometido de seguro estarás un paso mas cerca de ser como el…”, aunque la lógica del cubo era avasallante Hell interrumpió preguntando: “¿Pero que debo hacer con respecto a la muerte de mi amigo y el juramento que hice?”, al escuchar tal pregunta el cubo se sumió a un corto silencio, como si quisiera buscar las palabras justas para motivar a Hell, y dijo: “Actuar por venganza es lo que ha estado torturando tu ser y tu corazón… Aquellos actos que te acercan cada vez más a los propósitos que el dios de la destrucción quiere que cumplas… Si tú logras vencerlo tus fuerzas incrementaran pero te llevaran a cometer actos terribles… Si el dragón deja que la maldad tome su ser…”, en ese momento con un tono mas calmo Hell interrumpió diciendo: “Yo seré la espada que proporcione justicia a su maldad… Entiendo tu lógica y mi corazón dice que es la mas apropiada a seguir”, el cubo continuo con agregando: “Además dejaras que tu noble ser sea mas fuerte que la maldición que se te ha impuesto y con cada noble acción que realices la balanza se inclinara cada vez mas a tu gran propósito…”, Al escuchar tales palabras Hell sentía al fin como se alivianaba su existencia y en forma de agradecimiento dijo: “Gracias por tu sabio consejo… Me iré con los manos vacías pero con el espíritu lleno de sabiduría”, Diciendo estas ultimas palabras emprendió su camino para dejar la sala no sin antes escuchar las ultimas palabras que el cubo tenia para darle: “No prejuzgues a las criaturas que habitan ahora este lugar… Ellas son mi compañía y han sabido protegerme de aquellos que solo buscan riquezas en estos lugares… Aunque no son buenas para distinguir amigos de enemigos prometo que la próxima vez que me visites sabrán reconocerte como tal… Porque estoy seguro de que habrá una próxima vez”, Hell se marcho esposando una visible sonrisa al encuentro de sus compañeros de clan, quienes lo esperaban expectantes.

                              LA TRANQUILIDAD DEL ALMA

                              Mientras el clan del fénix iba dejando la cueva de los gigantes pudieron notar asombrados que las criaturas que moraban el lugar ya no tenían intención alguna de atacar y lo aun mas raro es que algunas se acercaban amistosamente a Hell para saludarlo cordialmente. Tantos cambios repentinos confundían a la pobre Myshra que todavía no caía en el hecho de que habían conseguido lo que buscaban en este lugar, y eso era nada mas y nada menos que la paz en el corazón de Hell, algo bastante importante ya que era lo único que mantenía a su alter ego el vástago a raya, aunque la pobre enana no era una persona que se manejara solo por lo material algunas cosas aun seguían sin su entendimiento, al punto de llegar a preguntar en voz alta: “¿Cómo haremos para derrotar ahora al dragón si no conseguimos ningún arma, armadura o material alguno de este lugar?”, Hell dirigió su mirada hacia la enana y con el tono mas tierno dijo: “Nos enfrentaremos al dragón solo en el caso de que el mismo decida hacer estragos en el continente y estoy seguro de que para cuando ese momento llegue estaremos lo suficientemente preparados”, tales palabras hacían entender al grupo entero que habían conseguido la mejor recompensa de todas.
                              Horas más tarde al haber llegado al pueblo de Aden, nuestro amigo decidió que todavía era temprano para descansar su cuerpo y se dirigió a aquel lugar que solía traerle tanta paz. Estando en el jardín consiguiente al castillo de Aden recordó que havia pasado demasiado tiempo sin visitar la tumba de su amigo Keyzzer y en ese mismo momento se impuso en la cabeza que debía visitarlo con urgencia, así que decidió quedarse en el jardín un rato mas dejándose llenar el alma con la tranquilidad que parecía emanar como un polen de aquellas hermosas flores. Era tanta la paz que obtenía en aquel lugar que cuando su memoria sobre los hechos de su vida volvía solo lograba recordar cada momento de felicidad que havia pasado con sus amigos y conocidos.
                              Habiendo caído el sol en el jardín dejando un ultimo destello de luz casi fantástico, hasta para un mundo donde la magia reina y el poder del razonamiento a veces no es la salida coherente para el día a día, Hell decidió que era momento de regresar y prepararse para un nuevo viaje, mientras emprendía camino hacia la taberna donde solía reservar su habitación no podía para de pensar si su amiga Alibeth estaría en Giran o si ya habría partido con rumbo desconocido, el no podía para de pensar que su despedida no havia sido la correcta y menos todavía el hecho de que nunca pudo explicarle con certeza que era lo que lo atormentaba y por sobre todas las cosas recordaba la frase que ella solía repetirle una y mil veces cuando Hell solía encerrar sus sentimientos y no expresarlos: “Los amigos no solo están para los buenos momentos de la vida… También están para ayudarte a superar los obstáculos de la vida”, esas palabras habían quedado marcadas en la cabeza de Hell cual sello del creador sobre aquella obra maestra que habría de crear. Mientras llegaba a la taberna no hacia mas que recordar sus expresiones de enojo, sonrisas y los intentos de reprimenda que a veces le propinaba cuando Hell solía cometer alguna imprudencia, tantos recuerdos felices lograron generar una sonrisa de felicidad y el brillar de sus ojos ya no era del color rojo de la sangre sino del celeste de los cielos.
                              Al día siguiente Hell ya tenía preparadas las provisiones y estaba dispuesto a emprender un nuevo viaje. Mientras caminaba con paso firme hacia la salida pudo reconocer la silueta de su amiga Pastafrola que al parecer lo estaba esperando expectante a lo que nuestro amigo fuera a decir, por alguna razón en particular Pastafrola siempre vigilaba de cerca los pasos cada acción de Hell cosa que podría ser mal interpretada por alguien que no conociese a estas dos personas, el sentido de la amistad de Pastafrola siempre era muy alto, llevándola a cuidar de sus amigos celosamente de hasta el mismísimo destino. Al encontrarse en la salida sur del pueblo de Aden Pastafrola inicio la conversación con una simple pregunta: “¿Acaso nos estas dejando?”, al escuchar tal pregunta Hell no hizo mas que carcajear de una forma poco acostumbrada hasta para el mismo y hasta se tomo un tiempo para contestar la pregunta de su amiga diciendo: “No, pero debo ausentarme por un pequeño tiempo… Debo visitar a un amigo en Giran”, el conjunto de la sonrisa y la respuesta saco de dudas a Pastafrola que con un suspiro dijo: “Muy bien… Pero no te ausentes mucho amigo mío”.
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                                Historias de un Mestizo en tiempos medievales

                                DE VIAJES PLACENTEROS Y ENCUENTROS GRATOS

                                Mientras Hell recorría su camino hacia la villa de los cazadores, una pequeña villa en el continente de Aden que havia sido creado por los elfos hacia largo tiempo con el solo hecho de poder entrenar a los humanos que supuestamente iban a ayudarlos a tomar el control del continente y liberarlo del control de los orcos (tiempo atrás cuando la tolerancia entre las razas era totalmente nula, donde las guerras y el sufrimiento eran el pan de cada día), fue que pudo observar por primera vez y con detenimiento el Coliseo, un lugar donde los mejores guerreros del continente se probaban unos con los otros para obtener el titulo del mas fuerte del continente, su majestuosidad era tal que dejo a nuestro amigo atónito por completo. Como bien dije anteriormente era la primera vez que Hell notaba ese particular lugar ya que cada vez que pasaba por sus cercanías estaba totalmente distraído con sus propios problemas y justamente este viaje iba a ser un descanso de aquellos problemas en el cual iba a poder disfrutar de cada paisaje que el continente le podría mostrar, ya que su ceguera poco le dejo disfrutar y acostumbrado a ella poco el se detenía a observar.
                                Habiendo llegado a la villa de los cazadores pudo sentir la tranquilidad del lugar, la cual era bastante notable al bullicio de los grandes pueblo como Aden o Giran, en el cual dedico su tiempo a observar la estructura del lugar y recorrerlo por completo (lo cual no le tomo mas de unos cuantos minutos debido a lo realmente chico de las inmediaciones del lugar), pero justo en el momento que estaba a punto de emprender viaje nuevamente se topo con Amarth y su silueta quienes estaban de pasada por la villa haciendo unos mandados que Myshra le havia pedido. En el momento que Hell los vio pregunto: “¿Cómo puede ser que tu invocación nunca se separa de vos?”, Amarth sonrió en el momento que escucho la pregunta y la respondió con un tono muy bajo diciendo: “Porque es la naturaleza de estas criaturas”, al escuchar tal afirmación Hell no hizo mas que rascarse la cabeza y decir: “Sin embargo conozco una silueta que tiene pensamiento propio y hasta toma sus propias decisiones muchas veces”, Amarth sorprendido con las palabras de Hell no pudo evitar preguntar: “¿Acaso esa silueta no tiene dueño?”, Hell sonrió al ver la expresión en el rostro de su compañero de clan (con el cual había tenido pocas conversaciones y esta oportunidad le parecía la apropiada para iniciar una nueva amistad) y respondió: “A decir verdad tiene dueña… Era un aprendiz de invocadora… Pero seguro que a estas alturas ya debe ser toda una invocadora”, al escuchar tales palabras Amarth dijo: “De seguro una excepcional ya que no eh escuchado de alguien con tal don”.
                                Mientras las horas pasaban Amarth escuchaba la historia de Ringwen contada por Hell con mucha fascinación hasta que el sol descendió y la luna tomo su lugar en el firmamento, pero eso no los detuvo a ninguno de los dos que estuvieron hasta altas horas de la noche platicando.
                                Al día siguiente los dos se despidieron y tomaron rumbos separados, Amarth por un lado debía regresar a Aden con los elementos que Myshra le había encomendado mientras que Hell retomaba el curso de su viaje esta vez hacia Oren (Un pequeño pueblo que yace adentro de las inmediaciones de un castillo que sirvió como fuerte en las guerras entre los elfos y los orcos). En aquel lugar no tuvo mas encuentros inesperados, pero la sensación de estar siendo seguido por alguien o algo se presento en la mente de nuestro amigo y bien puso pie sobre Oren, sin darle mucha importancia siguió como si nada pasase y se dedico a recorrer el pueblo, del cual bastante se disgusto ya que en cada esquina del mismo solo havia símbolos y armas de guerra, alguna que otra catapulta averiada armerías donde solían estar a mano las espadas y lanzas de los guardianes del lugar. Parecía que la pobre gente de Oren nunca había conocido la paz y con cuanta persona pudiese intercambiar palabras siempre recibía el mismo sermón: “La tranquilidad que en este momento estamos disfrutando es pasajera… Regocíjate en ella mientras dure”, Hell pensaba que no valía la pena invertir tiempo alguno en un lugar como ese e inmediatamente emprendió viaje.
                                Faltando muy poco para cruzar el puente que denotaba las inmediaciones de Oren con las de Giran pudo volver a sentir aquella rara sensación de estar siendo perseguido, pero esta vez decidió hacerle caso a sus instintos y en vez de terminar de cruzar el puente a pie tomo una súbita decisión y se arrojo al rió, ocultándose abajo del puente cual troll al asecho. No pasaron mas que segundos cuando pudo sentir el crujido de las maderas del puente, al parecer las reglas del juego habían cambiado, Hell se havia convertido en el cazador aunque llevaba la desventaja de no conocer la presa. Mientras el extraño ser cruzaba el puente con paso tembloroso, nuestro amigo se iba acercando a la orilla con mucha cautela, para que el mismo no se diese cuenta de la posición de su nuevo cazador, al estar en la orilla Hell pudo notar en segundos que solo era un humano y que sus vestiduras no eran mas que las de un campesino, al verlo muchas dudas surgieron en su cabeza pero al mismo tiempo sabia que si necesitaba respuestas debería preguntar. Con mucho sigilo y sin hacer ni siquiera un leve sonido desenvaino una de sus espadas y su hoja fue a parar directamente delante del cuello del humano como un puñal apunto de seccionar su yugular, en el mismo momento que sintió la hoja de la espada sobre su cuello el humano también sintió la siniestra presencia de Hell sobre su espalda y aunque el miedo agarrotaba cada músculo de su cuerpo decidió mantenerse totalmente callado y ni si quiera responder la pregunta que Hell realizo. Con poca paciencia y total falta de humor nuestro amigo volvió a preguntar (esta vez con más fuerza en su voz): “¿Quién eres y quien te pidió que me sigas?”, al parecer Hell tenia por seguro una cosa, aquel que quisiese saber sus pasos con detalle no era el humano que tenia acorralado sino alguien aun mas cobarde. La paciencia de Hell estaba llegando a sus límites y el humano lo sentía claramente en el momento que la espada presionaba con fuerza la delgada carne que tenia en su preciado cuello, pero lo que mas hacia visible la furia de Hell al no recibir respuesta alguna le grito al humano diciendo: “¡¡Habla o morirás en este mismo instante!!”, en ese momento el prisionero pudo comprender la gravedad del asunto y trato de engañar a Hell demostrando un falso coraje al decir: “Es el mismo pago que recibiré si te doy información, así que…”, antes de que el humano pudiese terminar con su frase Hell sonrió macabramente y empezó a crear una pequeña incisión en el cuello del humano por el cual un diminuto chorro de sangre se asomo e hizo que su dueño entrase en un total estado de pánico y casi al paso del llanto empezó a confesar: “Fui contratado por un orco…El…El me dijo que te siguiera, al parecer quiere conocerte con certeza”, al escuchar las primeras palabras de la boca del humano la espada fue soltándose paulatinamente al punto de poder dejarle hablar pero al mismo tiempo demostrando que seguía en posición de hacer serios daños a su cuello, al ver tal acción por parte de Hell el humano continuo diciendo: “Le juro que no se nada mas mi señor… Se lo juro por la vida de mis hijas que no se nada mas”, al escuchar el resto Hell dijo: “Muy bien… Pero tú me harás un favor… Le dirás a esta persona que si realmente quiere conocerme lo esperare en el coliseo de Aden dentro de una semana… Si realmente desea conocerme lo hará de la forma que yo le indique”, el humano ni si quiera intento negarse a la petición de Hell y contesto: “Si mi señor”, y fue así como decidió liberarlo e observar como emprendía camino hacia Oren, fue luego de unos minutos decidió seguir con el viaje que tenia planteado hacia Giran, pero esta vez con la incógnita de quien será ese orco y porque enviar un pobre humano sin habilidades para seguirlo.

                                PREMONICIONES Y RECUERDOS


                                Hasta el momento cada encuentro que nuestro amigo havia tenido hizo que pasase gratos momentos para recordar, salvo por el ultimo que mas que un simple acontecimiento parecía una premención de algún hecho fuera de lo normal estuviese a punto de acontecer, como una suerte de aviso que le decía que no era nada mas que la calma que precedía al huracán, pero Hell hizo caso omiso a la señal y se dirigió con paso firme hacia el cementerio del pueblo de Giran donde yacía la ultima morada de su amigo Keyzzer. Mientras se acercaba a Giran por el este, Hell empezó a tener reminiscencias del pasado, recordando cada excursión que havia tenido con el clan Tyilmandare y cada anécdota graciosa o triste de aquellas épocas. Aquellos recuerdos hicieron mas corto su camino de forma que cuando quiso percatarse donde estaba pudo divisar sin dificultad el pueblo de Giran, pero algo mas llamaba su atención, una extraña niebla cubría el acceso al cementerio y con esa neblina un sexto sentido se despertó a gritos advirtiendo a nuestro amigo de que algo anormal estaba pasando, aunque no havia indicio alguno de que podría ser Hell rápidamente se le vino una pregunta a la mente: “¿Acaso aquella maldita latania todavía tenia poder suficiente para perdurar en el tiempo?” y sin tiempo que perder Hell se perdió en la neblina que cubría el cementerio de Giran.
                                Recorriendo el cementerio casi a ciegas, Hell pudo notar que algo en su vista estaba cambiando deliberadamente, algo que antes no havia podido sentir, su vista podía percibir el espectro infrarrojo (algo muy común en los elfos oscuros, pero una habilidad que Hell nunca havia podido desarrollar hasta entonces debido a su parte humana). Con aquella habilidad podía recorrer la niebla con facilidad y sortear los obstáculos hasta que diviso un pequeño charco donde Hell se detuvo por un par de minutos para mirar su rostro (algo bastante inusual en el, ya que su anterior ceguera le havia enseñado a no ser tan vanidoso), fue en ese momento que pudo darse cuenta que sus ojos brillaban, pero esta vez con un color violáceo bastante inusual para la situación ya que el tenia entendido que las pupilas de los elfos oscuros se tornaban de un color mas rojizos cuando utilizaban el espectro infrarrojo. Segundos mas tarde alzo la cabeza y pudo divisar un humano merodeando la zona, que por la expresión que llevaba en el rostro Hell pudo notar que estaba bastante asustado y perdido. Con la mejor de las intenciones nuestro amigo se acerco al humano para ayudarlo a encontrar la salida, pero a medida que el se acercaba la expresión de pavor en el rostro de aquel humano aumentaba con mas fuerza hasta que solo un grito se pudo escuchar proveniente de la boca de aquel hombre: “ALEJATE DE MI BESTIA ASESINA”, tal grito desconcertó a Hell por completo quien pudo observar como aquel hombre se hecho a correr en dirección contraria hacia nuestro amigo y se perdió súbitamente en el mismo momento que se pudo escuchar un tanto estremecedor, fue en ese momento que Hell no pudo evitar pensar: “Que mal momento para aprender una nueva habilidad”. Sabiendo cual havia sido la naturaleza del ruido, Hell se acerco con paso lento pero firme hacia lo que parecía ser una tumba sin terminar, en el cual encontró a aquel hombre inconsciente en el fondo del mismo. Tomándose su tiempo logro sacar a aquel pobre humano desmallado, pero algo aterrador pudo llamar su atención, aquella tumba no estaba esperando un cadáver sino que por el contrario contenía uno y no era ni mas ni menos que el de su amigo Keyzzer, nuestro amigo pudo reconocer la lapida y las inscripciones que tenia la misma. Con mas prisa dejo al humano a un costado de la tumba de su amigo y con toda prisa se dirigió al pueblo de Giran temiendo que lo peor.

                                REENCUENTROS (Parte 1)

                                Habiendo llegado al pueblo de Giran, nuestro amigo pudo notar que el mismo estaba inusualmente deshabitado y la neblina cubría cada centímetro del mismo al igual que el cementerio. Con una mano sobre la empuñadura de una de sus armas recorrió el pueblo con la esperanza de no tener que encontrar el cuerpo de su amigo rondando sin alma, pero aquellas esperanzas se desvanecieron por completo cuando pudo divisar a lo lejos con su espectro infrarrojo el cuerpo de un orco corpulento. Con el mayor de los sigilos se acerco por la espalda de aquel orco y ver con claridad que se trataba de Keyzzer, con aquella revelación Hell dejo escapar una lagrima por uno de sus ojos y desenvaino por completo una de sus espadas y con suma rapidez poso la punta de la misma en el cuello de su amigo diciendo: “Estoy aquí para que descanses en paz amigo mío”, al escuchar tales palabras Keyzzer respondió: “Espera Hell soy el mismo de antes”, fue en ese momento que un titubeo se pudo ver en el rostro de Hell, el cual dijo: “Acaso estas realmente…”, pero antes de que pudiese terminar la frase Hell pudo escuchar un leve zumbido a sus espaldas y segundos después una flecha se incrusto en su espalda, pero esta vez con tanta fuerza que atravesó su torso por completo, forzándole a soltar la espada y recaer sobre sus rodillas. La magnitud de la herida era tal que Hell pudo sentir como la sangre invadía su garganta y sobresalía por sus labios al mismo tiempo que la herida salpicaba sangre que fue a para directo a la espalda de su amigo, quien desesperadamente grito: “ALIBETH ES HELLMETALERO”, al escuchar el grito de Keyzzer, la elfa dejo caer su arco al piso y con prisa se dirigió al encuentro de sus amigos. Al estar cerca de Hell, Alibeth lo abrazo con fuerza para soportar el peso del mismo tomándolo por la espalda y al mismo tiempo llevando su rostro al de ella, del cual las lagrimas caían sin cesar al comprender la situación, al mismo tiempo Galet y Belgharath se acercaban para observar la tan terrible escena que otra vez teñía de color sangre las baldosas de Giran. Con desesperación en sus ojos Keyzzer y Alibeth gritaron al mismo tiempo: “HAGAN ALGO POR FAVOR”, al escuchar las suplicas de los amigos de Hell, Galet sin perder tiempo retiro la flecha del cuerpo de Hell y posando sus manos empezó a conjurar un hechizo, el cual cubrió con una capa de hielo la zona donde se situaba la herida, el cual detuvo la hemorragia pero no aseguraba la vida de nuestro amigo. Fue en ese momento que Belgharath (el clérigo que tiempo atrás habría conjurado la latania que trajo a la vida a Keyzzer) poso sus manos en el estomago de Hell y empezó a conjurar la latania de cura mas potente que habría aprendido. Todos pudieron observar a trabes del hielo como la herida de Hell lentamente iba sanando, tanto el orificio de entrada como el de salida. Sin mas fuerzas Hell se desvaneció por completo, una vez mas la vida de nuestro amigo pendía de un hilo, fue en ese momento que Alibeth en llanto con fuerza grito: “HEEELL NOOOOO”.
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