Bueno, esta a falta de saber una nota en un examen, pero es casi seguro el nuevo exilio del jugador detrás de uno de los contadísimos pjs nacidos en c1 y que no es ni full skill de la segunda prof >_> y dado que vuelve a estar de moda lo de las despedidas, pues dejo mi post (otra vez) acá.
Como no tengo tiempo ni ganas, no voy a ponerme a relatar aventuras, desventuras, curriculum y demas chismes lacrimogenos, ni a decir: X aliados, X enemigos... porque eso sinceramente me la trae bastante al pairo. Una vez dijo LRG algo asi como "el l2 es un juego de pelea, para hacer amigos esta el facebook" y bueno... no podria estar mas en desacuerdo. De este servidor me llevo grandes compañeros y amigos, una lista interminable de todas las tallas y calibres, para mi mucho mas preciados que el CV de pulve o el equipamiento pro que nunca pude llegar a tener. para los que esperais nombres, sabedlo, ni ganas de empezar a enumerar porque acabaria pasado mañana y no tengo tanto tiempo.
Asi que sin mas, esta es la despedida del jugador, como a los escasos roleros que quedan les sabra a poco, les dejo los últimos pasos del gladiador.
Él sabía que la guerra no traía la gloria. Lo había aprendido tiempo atrás. No traía riquezas. Bueno, tal vez sí, pero venían tan rápido como veloz fueras en saquear el cadáver de tu enemigo y más rápido se iban aún. También hubo de aprenderlo. La guerra no traía amigos, más bien lo contrario. Lo único que traía la guerra era una certeza: la de que no ibas a pasar a mejor vida en la cama. Y él, harto apegado a cosas tales como respirar, comer y reír y muy aficionado a la cama, no esperaría a que un flechazo en las tripas (o más bien por la espalda, que era la costumbre ahora mismo) hiciera el trabajo que deberían hacer el exceso de dulces, los achaques o en el peor de los casos algún nieto descuidado.
No se despidió de su clan. A muchos ni los conocía. Eran nuevos tiempos y no necesitaban viejos y tullidos guerreros. Dio un breve adiós a aquellos amigos que quedaban vivos y partió de Goddard, su último hogar. Cruzó a pie, caminando durante días, todo el continente.
De cuando en cuando paraba a algún viajero y le enseñaba tres pedazos de tela, manchados y desgastados. En uno se veía una T grabada a fuego, en otro las letras TFA con artísticos trazos y en el último. una E y una G, plateados sobre su escudo. Todos los viajeros a quienes preguntó por ellos los reconocieron al instante como símbolos de tres clanes respetados.
Cargaba una bolsita a sus espaldas, que contenía semillas de álamo. plantaba varias semillas en algunos lugares aleatorios, de los cuales sólo él y unos pocos conocían el significado.
Pernoctó en Gludio, en la misma taberna donde conociera a su primer gran amigo, oskarVLK, muerto en su tierra, Isla Parlante. En el jardín trasero plantó una de las últimas semillas y continuó su camino.
Finalmente llegó a Gludin, donde se embarcó de vuelta a su tierra. Allí plantó la última semilla, en el lugar donde murió su amigo oskarVLK y curiosamente, donde conoció a su primer discípulo, Evilman.
Nuevamente enseñó los pliegos a las gentes de la isla, recorriéndola de arriba abajo. Casi desesperado al ver que todo el mundo los reconocía, llegó a un acantilado, donde se erguía una modesta casita. En ella vivían una amable y humilde anciana y su hija. Ninguna de las dos reconoció los trapos. Llorando de satisfacción, el humano abrió un hondo agujero y enterró en él sus pertrechos guerreros. Besó cada uno de los tres trozos de tela y tras envolverlos cuidadosamente, los depositó encima del peto de su armadura. Tapó el agujero con solemnidad. Había encontrado su hogar.
Espero que os haya gustado Esta vez el exilio será de un año mínimo, portaos bien y no os dejeis enfermar por un juego.
Besitos.
Como no tengo tiempo ni ganas, no voy a ponerme a relatar aventuras, desventuras, curriculum y demas chismes lacrimogenos, ni a decir: X aliados, X enemigos... porque eso sinceramente me la trae bastante al pairo. Una vez dijo LRG algo asi como "el l2 es un juego de pelea, para hacer amigos esta el facebook" y bueno... no podria estar mas en desacuerdo. De este servidor me llevo grandes compañeros y amigos, una lista interminable de todas las tallas y calibres, para mi mucho mas preciados que el CV de pulve o el equipamiento pro que nunca pude llegar a tener. para los que esperais nombres, sabedlo, ni ganas de empezar a enumerar porque acabaria pasado mañana y no tengo tanto tiempo.
Asi que sin mas, esta es la despedida del jugador, como a los escasos roleros que quedan les sabra a poco, les dejo los últimos pasos del gladiador.
Él sabía que la guerra no traía la gloria. Lo había aprendido tiempo atrás. No traía riquezas. Bueno, tal vez sí, pero venían tan rápido como veloz fueras en saquear el cadáver de tu enemigo y más rápido se iban aún. También hubo de aprenderlo. La guerra no traía amigos, más bien lo contrario. Lo único que traía la guerra era una certeza: la de que no ibas a pasar a mejor vida en la cama. Y él, harto apegado a cosas tales como respirar, comer y reír y muy aficionado a la cama, no esperaría a que un flechazo en las tripas (o más bien por la espalda, que era la costumbre ahora mismo) hiciera el trabajo que deberían hacer el exceso de dulces, los achaques o en el peor de los casos algún nieto descuidado.
No se despidió de su clan. A muchos ni los conocía. Eran nuevos tiempos y no necesitaban viejos y tullidos guerreros. Dio un breve adiós a aquellos amigos que quedaban vivos y partió de Goddard, su último hogar. Cruzó a pie, caminando durante días, todo el continente.
De cuando en cuando paraba a algún viajero y le enseñaba tres pedazos de tela, manchados y desgastados. En uno se veía una T grabada a fuego, en otro las letras TFA con artísticos trazos y en el último. una E y una G, plateados sobre su escudo. Todos los viajeros a quienes preguntó por ellos los reconocieron al instante como símbolos de tres clanes respetados.
Cargaba una bolsita a sus espaldas, que contenía semillas de álamo. plantaba varias semillas en algunos lugares aleatorios, de los cuales sólo él y unos pocos conocían el significado.
Pernoctó en Gludio, en la misma taberna donde conociera a su primer gran amigo, oskarVLK, muerto en su tierra, Isla Parlante. En el jardín trasero plantó una de las últimas semillas y continuó su camino.
Finalmente llegó a Gludin, donde se embarcó de vuelta a su tierra. Allí plantó la última semilla, en el lugar donde murió su amigo oskarVLK y curiosamente, donde conoció a su primer discípulo, Evilman.
Nuevamente enseñó los pliegos a las gentes de la isla, recorriéndola de arriba abajo. Casi desesperado al ver que todo el mundo los reconocía, llegó a un acantilado, donde se erguía una modesta casita. En ella vivían una amable y humilde anciana y su hija. Ninguna de las dos reconoció los trapos. Llorando de satisfacción, el humano abrió un hondo agujero y enterró en él sus pertrechos guerreros. Besó cada uno de los tres trozos de tela y tras envolverlos cuidadosamente, los depositó encima del peto de su armadura. Tapó el agujero con solemnidad. Había encontrado su hogar.
Espero que os haya gustado Esta vez el exilio será de un año mínimo, portaos bien y no os dejeis enfermar por un juego.
Besitos.
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