El fuego crepita lentamente en el hogar, calentando la cuasi vacía cámara primera en dónde unas mesas esperan que las ocupen, de espaldas a la barra. Allí un enano de capuchón azul y barbas blancas y largas espera que algún cliente llegue. Mientras tanto, en una mesa algo apartada, dos orcos y un elfo oscuro hablan por lo bajo, cuchicheando, siseando, tramando planes que algún día cumplirán.
Es tarde, ya la noche cayó. Las puertas de la Posada están abiertas a cualquier aventurero que necesite descansar o que sólo busque una noche de risa y alegría, pues en unas horas se llenará el lugar de cantos y bailes y hombres borrachos y enanos gruñones y elfos risueños.
((Queda abierto para que quien quiera, que rolee. Esta ya es costumbre mía, la de crear posadas en los foros de Gravedad Zero, sólo que en éste último me tomó un poco más de tiempo. ¡Paz!))
Es tarde, ya la noche cayó. Las puertas de la Posada están abiertas a cualquier aventurero que necesite descansar o que sólo busque una noche de risa y alegría, pues en unas horas se llenará el lugar de cantos y bailes y hombres borrachos y enanos gruñones y elfos risueños.
((Queda abierto para que quien quiera, que rolee. Esta ya es costumbre mía, la de crear posadas en los foros de Gravedad Zero, sólo que en éste último me tomó un poco más de tiempo. ¡Paz!))
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