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Los Ojos de la Inocencia

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  • HellMetalero
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    de nada !! vos mandale que ta bueno!!!

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  • Ice Wolf
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    Capitulo VIII Parte 7

    Un terrible aullido salió de Driangor mientras se desplomaba al suelo.

    - Ya deberías saber que no puedes ganarme – Le dijo cogiéndole por uno de sus brazos y rompiéndoselo con suma facilidad.

    El dolor empezaba a inundar su mente, impidiéndole pensar con claridad. Pocas eran las palabras que conseguía formar en su cabeza por culpa de sus heridas, y todas ellas relacionadas con su fracaso. Sentía como le había fallado a su hermana y a Sarath, recordaba la mirada de desconfianza de su padre, el trato esquivo de sus compañeros, pero sobretodo, el dolor que más le estaba matando, no era el de su cuerpo malherido, sino, saber que no podría volver a ver a Aisha.

    Temía que aquel fuera el final de todo, y por ello, quería que la última imagen que tuviera antes de morir, fuera el de su rostro sonriendo una vez más. Por lo que, no sabía bien, si era por culpa de las lesiones o del dolor de su alma, empezó a llorar desconsoladamente.

    Gargant caminó alrededor de Driangor en gesto triunfante, disfrutando de cada una de las lágrimas y sollozos de él.

    - ¿Eso es todo? – Le preguntó mientras seguía caminado alrededor suyo. – ¿Dónde esta ese odio que me habías enseñado antes? ¿Qué pasó con tu instinto asesino? Eres patético… - Se limitó a decir dándole la espalda y mirando la entrada de la cueva. – Tendré que buscar un poco más de diversión.. – Añadió, empezando a caminar.
    - ¡Espera! – Oyó a su espalda.

    Se giró lentamente sin preocuparse, y vio cómo Driangor, intentaba levantarse del suelo con mucha dificultad.

    - No dejaré que les hagas daño, le prometí a mi hermana que me encargaría de ti y es lo que pienso hacer – Le dijo desafiante, incorporándose a duras penas.

    Gargant esbozó una sonrisa y se volvió hacia él para volver a pelear.

    - Como si pudieras hacer algo en tu estado – Le indicó mirándole fijamente.
    - No me importa morir si con ello consigo salvar a Sarath y a mi hermana.
    - Tranquilo, no voy a matarte – Le dijo sorprendiendo a Driangor. – Quiero que veas como antes elimino a esa humana de la que estás tan enamorado, sólo entonces, cuando contemple tu rostro compungido por el dolor, te mataré.
    - Si te atreves a… - Intentó decir, cuando un fuerte zarpazo le interrumpió tirándolo al suelo de nuevo.
    - Haré lo que quiera, y tú no me vas a detener, no mientras sigas siendo un humano que sigue soñando con vivir un amor de leyenda – Escuchó el joven dragón mientras sentía como un hilo de sangre se deslizaba por su mejilla.
    - ¿Por qué odias tanto a los humanos? – Le preguntó para seguir atrayendo toda su atención y así evitar que pudiera ir a por Sarath y su hermana. - ¿Por qué esa aversión hacia ellos? ¿Qué os han hecho tanto a mi padre como a ti para qué les guardéis tanto rencor?

    Gargant se mantuvo en silencio un rato sin mover un solo músculo, mirando a Driangor. Su mirada había perdido parte de aquel brillo asesino que tenía antes, pero aún así seguía siendo tan fría como siempre.

    Parecía que la pregunta que le había hecho le había sumido en un profundo pensamiento, como si estuviera horadando en lo más profundo de su ser para intentar contestarle.

    - ¿De verdad quieres saberlo? – Le preguntó con aire desafiante.

    El silencio que continuó a la preguntaba respondió a su cuestión.

    - Por que por culpa de ellos, mi corazón ha sido herido 2 veces.

    Fin Parte 7

    p.D: Muchas gracias por todos vuestros ánimos

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  • HellMetalero
    replied
    Muy buena, muy buena !!!!!

    espero la continuacion no me defraudes!!!! (todo el mundo sabe que trabajar bajo presion es mas productivo :P)

    saludos !
    XD

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  • Ice Wolf
    replied
    Capitulo VIII Parte 6

    - Vaya, veo que por fin has terminado de discutir contigo mismo, pero la pregunta es… ¿Quién eres ahora? – Le preguntó con suma tranquilidad, ignorando la actitud violenta de Driangor.

    Lehahiah miró a su hermano asustada, pues volvía a ver en él, aquella mirada salvaje que había mostrado anteriormente cuando se había interpuesto en su camino. Parecía como una bestia con sed de sangre, que se había abandonado toda racionalidad para dejar paso a su brutalidad. Y fue entonces, cuando recordó todo lo que Gargant le dijo: “Su propia naturaleza está discutiendo con la humanidad que ha desarrollado”, temiendo que al final, hubiera renunciado a sus sentimientos. Acercó una mano para tocarle y estar segura de si era sólo un animal o su hermano.

    - ¿Qué estas haciendo hermana? – Oyó procedente de su hermano.
    - ¿Hermano? – Le preguntó un poco atónita al escucharle y sintiendo como el peso que anteriormente tenía, iba desapareciendo poco a poco.
    - Vete a ayudar a Sarath, yo me encargaré de Gargant – Le dijo sin apartar su mirada del dragón negro, que se encontraba disfrutando de aquella escena, sin moverse.
    - ¡No! – Contestó enérgicamente sorprendiendo un poco a su hermano que la miró de reojo. Conocía los sentimientos que Sarath tenía por Driangor, y sabía que de ser sus últimos momentos, ella preferiría estar con él, para poder decirle adiós.
    - ¡Basta de tonterías hermana! Siento como aún vive, pero no por mucho tiempo, tienes que ir a ayudarla.
    - Pero….
    - ¡Ahora! – Le gritó golpeando el suelo cerca de ella con su cola para intentar asustarla un poco y así conseguir que se fuera.

    La dragona le observó con enfado, ante la insistencia y terquedad de su hermano. Le iba a protestar para intentar convencerle, pero le conocía bien, y sabía de su gran cabezonería, aunque en verdad ella conocía el verdadero motivo de su dura postura, salvarle a ella también de Gargant. Estaba arriesgando su vida por intentar salvarlas, y ante eso, no podía hacer otra cosa que obedecerle.

    - De acuerdo… - Le contestó tristemente – Pero prométeme que tu también vendrás más tarde.

    No hubo respuesta, su hermano no podía permitirse el lujo de pensar en otra cosa que no fuera su enemigo, tenía que mantener cada uno de sus sentidos fijos en él, si quería salir vivo.

    Su hermana pasó velozmente al lado de él y de Gargant sin mirar atrás, adentrándose en la cueva. El dragón negro no hizo ningún gesto cuando cruzó a su lado, ignorándola totalmente, provocando una mirada de duda y sorpresa en Driangor.

    - ¿Qué ocurre? – Le preguntó.
    - ¿Por qué la has dejado pasar si mas?
    - Ya es demasiado tarde para salvar a vuestra amiga – Le contestó con burla irritando a Driangor – Es por ello que quiero ver vuestras cara de impotencia al no poder ayudarla.
    - ¡Maldito! – Gritó saltando hacia él lo más rápido posible.

    Driangor lanzó varios zarpazos intentando desgarrarle, pero todos fueron esquivados con facilidad.

    - Peleas como un vulgar animal – Le dijo Gargant apartándose un poco de él.
    - ¡Cállate! – Vociferó Driangor mientras volvía a cargar contra él para morderle.
    - Inútil – Añadió el dragón que se apartó de la mordedura y con un veloz movimiento de su mano, le desgarró una de sus alas.

    Fin Parte 6

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  • lord duncan
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    o.O no me di cuenta en que momento me lei todos los capitulos XD son muy entretenidos felicitaciones, espero la continuacion de la historia, ademas quiero saber si Driangor le gana a Gargant, es buena pelea: el malo es fuerte y guerrero con experiencia, y el bueno es joven pero con motivacion, le voy 5k de ancient adena al bueno ^^

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  • emilio290692
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    si seguis posteando t perdono XD
    no me gusta q me dejen una historia x la mitad y menos cuando es una historia buena...
    segui posteando no ns agas esperar jeje

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  • Ice Wolf
    replied
    Los Ojos de la Inocencia Capitulo VIII Parte 5

    Su mente empezaba a aclararse lentamente, pero aún seguía escuchando levemente el eco de aquella voz tan desagradable.

    -¡Driangor! – Volvió a oír de nuevo. Aún estaba muy confuso, pero aquella voz le resultaba muy familiar.
    - ¡Hermano! – Escuchó con mayor claridad.
    - ¿Hermana? – Preguntó muy débilmente, casi como si se estuviera preguntando a si mismo. - ¿Lehahiah? – Volvió a preguntar a la vez que alzaba la mirada muy lentamente. Apenas podía ver con claridad, pues aún seguía muy confundido.

    Lehahiah veía impotente como su hermano seguía aún perdido en sus propios pensamientos.

    - Ya te lo dije, por mucho que grites, el jamás podrá oírte, no mientras siga intentado combatir con sus orígenes – Le dijo Gargant mientras se le acercaba con tranquilidad. – Sólo volverá a escuchar tu voz con claridad en el momento en que acepte lo que es, aunque para ello, tendrá que abandonar esa estúpida humanidad que ha desarrollado.
    - No puede hacer eso… - Suspiró Lehahiah.
    - ¿Qué tiene de malo volver a ser lo que uno es? – Le preguntó el dragón negro acariciándole la mejilla con suavidad.
    - ¡No me toques! – Le gritó apartándose con gesto de repugnancia.
    - ¿Qué os ocurre princesa Lehahiah? ¿Por qué os ponéis así? No os entiendo, antes vos erais una verdadera dragona, y ahora que os veo, actuáis como una vulgar humana asustada e intimidada. ¿Dónde está aquel orgullo de antaño? – Le preguntó con una sonrisa de crueldad.
    - Sigo siendo igual que siempre.
    - ¿Veis? Mentir es otra de las cualidades humanas. Actúas como ellos, piensas igual, y ahora demuestras sus mismos defectos. Parecéis más una vulgar y sucia humana que una de nosotros.

    Lehahiah se movió por instinto ante aquella acusación, no soportaba que alguien dudara de su orgullo y menos aún de sus orígenes. Se lanzó velozmente con sus garras para silenciarle, pero Gargant volvía a demostrar aquella experiencia que sólo se consigue con los años e innumerables batallas, anticipándose muy fácilmente al ataque de la dragona. Usó uno de sus brazos para apartar las zarpas de la dragona, y con su otro brazo la cogió del cuello con mucha fuerza, para luego tirarla al suelo con violencia. El golpe contra la roca fue muy fuerte, produciéndole un dolor enorme.

    - ¿Lo ves? Un dragón no es tan fácil de derrotar – Le dijo con ironía mientras aún mantenía el cuello de Lehahiah agarrado con fuerza contra el suelo. – No hay ninguna mentira en mis palabras, me das pena.
    - ¡Suéltame! – Le gritó intentando soltarse inútilmente.
    - Sólo si me lo suplicas – Le contestó con tranquilidad acercándose al odio de la dragona.
    - Nunca – Masculló entre dientes volviendo a moverse violentamente para conseguir escaparse.
    - Tranquilizaos princesita, sino me veré obligado a haceros daño de verdad – Le dijo en tono amenazante mientras se reía, pues le parecía muy divertido ver como Lehahiah intentaba sin éxito alguno, zafarse de su agarre.
    - ¡Dejadme en paz! – Gritó nuevamente. Se sentía muy humillada y vulnerable en aquella posición, y el no poder moverse a menos que Gargant se lo permitiera, le hacía sentirse aún más indefensa.

    El dragón negro seguía sin moverse mientras se regodeaba de a dominación que estaba ejerciendo sobre ella.

    - Ya debe quedarle muy poco de vida a vuestra querida amiguita, me pregunto que será lo que se le está pasando por su mente en estos últimos momentos, sus sentimientos o sensaciones. Quizás se sienta sola o apartada, ya que ha dado su vida inútilmente por vosotros, y ahora, con sus últimos latidos, tendida sobre su propia sangre, se ve rodeada por una gran oscuridad – Dijo Gargant sin ningún sentimiento de pena o dolor, como si estuviera contando una pequeña historia o un cuento – Debe ser muy triste ver como en el momento de tu muerte, tu único acompañamiento sean tus propios pensamientos.

    Aquellas palabras le produjeron un terrible pesar a Lehahiah, no podía soportar la espantosa visión que le había provocado las terribles palabras de Gargant.

    - ¡Driangor! – Volvió a gritar intentado atraer la atención de un hermano nuevamente para que pudiera ayudarla a ella y a Sarath.
    - Lehahiah… - Musitó muy débilmente, mientras seguía temblando de miedo.
    - ¡Por favor hermano! ¡Despierta! ¡Sarath te necesita!
    - Sarath… - Dijo débilmente a la vez que sus ojos, poco a poco empezaban a recuperar su brillo. Aún escuchaba aquella horripilante voz, pero poco a poco iba siendo apagada por el sonido de los gritos de su hermana.
    - Ya te dije que no serviría de nada el intentar comunicarse con él, ahora es sólo una… - Intentó decir Gargant, cuando vio como la cola de Driangor se dirigía a él a gran velocidad. La esquivó con gran dificultad liberando de su agarre a Lehahiah.

    El joven dragón le miraba con unos ojos amenazantes a la vez que mostraba sus colmillos en gesto desafiante.

    Fin Parte 5

    Esta semana pondré la parte 6 y el fin de semana la 7. He vuelto a retomar el libro nuevamente, después de pasar un par de meses difíciles entre oposiciones y pequeños problemas personales. Siento muchísimo el haber estado ausente, y espero de todo corazón que puedan perdonarme por esta desaparición tan larga. Muchas gracias

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  • emilio290692
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    ok vamos che kiro mas!!!! t parece bien?

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  • HellMetalero
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    Originally posted by emilio290692 View Post
    seeee kiero mas no ns dejes con la historia historia sin terminar plzz
    no seas malo!!!!!!!!!
    nananananana asi no vamos a ningun lado !! saca la voz de macho y exigi!!!
    XD

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  • emilio290692
    replied
    seeee kiero mas no ns dejes con la historia historia sin terminar plzz
    no seas malo!!!!!!!!!

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  • HellMetalero
    replied
    vamos a meter presion!!! y pa cuando la continuacion che??? :P

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  • emilio290692
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    muyyyyyyy buena kiero mas... segui qesta buenisima

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  • Ice Wolf
    replied
    Los Ojos de la Inocencia Capitulo VIII Parte 4


    Ahora le tenía miedo, aquel a quien antiguamente tanto admiraba, respetaba y amaba, había cambiado, o al menos, los sentimientos que en aquel momento sentía.

    Se cogió las manos y se las acercó a su pecho en señal de duda, pues aunque veía como su hermano estaba sufriendo delante de ella, no sabía que hacer ni como actuar.

    Cada grito de sufrimiento de Driangor, le producía un dolor terrible y no pudiendo soportar aquella presión, se giró para huir.

    Se alejó un poco para no escuchar los lamentos de su hermano, pero a cada paso que daba, en su mente aparecían imágenes de los momentos más felices que pasó con él, y con cada momento que recordaba, sus pies parecían mas pesados, y su miedo iba desapareciendo poco a poco hasta que se detuvo totalmente pero aún sin volverse.

    Se negaba a girarse no por el miedo, sino como un gesto de arrepentimiento, le había dado la espalda a su hermano y quiso huir de el cuando más la necesitaba, era un ser despreciable y sin corazón que no merecía ningún perdón, por lo que, hundida en la vergüenza al actuar de aquella manera, cayó de rodillas llorando sin parar.

    Mientras, Driangor seguía aún sufriendo cerca de la entrada de la cueva, sus manos incluso temblaban con fuerza y su respiración continuaba siendo irregular. Su cabeza era un caos de sensaciones, pensamientos y voces. Había sentido un gran placer por lo que hizo, todavía sentía en su sangre aquella extraña sensación de excitación que tuvo al dejarse llevar por su furia, y aunque se negaba a admitirlo, ansiaba volver a disfrutar de esa experiencia.

    - Menuda imagen más patética - Pudieron escuchar Driangor y su hermana con claridad. Sólo Lehahiah levantó la mirada para contemplar a Gargant delante de la puerta con un gesto de victoria y de gozo. Parecía estar disfrutando con aquel momento.
    - Sois el insulto para los nuestros, no paráis de mostrar cada vez más sentimientos humanos, miedo, inseguridad. Uno que teme e intenta ocultar su agresividad, y la otra que sólo con un gesto duro, se ha puesto a temblar como nunca lo había hecho. Me dais asco, casi tanto como aquella estúpida que se puso en mi camino – Dijo sin moverse de su lugar.
    - ¿Qué le has hecho a Sarath? – Le preguntó la dragona temiendo oír la respuesta.
    - ¿Quién sabe? – Contestó sonriendo.
    - ¡Maldito! – Gritó Lehahiah transformándose en dragón. – ¡No te lo perdonaré nunca!
    - Veo que tenéis una gran facilidad para cambiar vuestro estado de animo princesa… - Le dijo tranquilamente mirándola fijamente.
    - ¡Hermano vete a ayudar a Sarath! – Le ordenó sin apartar la mirada de su enemigo.

    Pero Driangor no se movió en absoluto, seguía encerrado en sus propios pensamientos, ausente de todo lo que estaba pasando en aquel momento.

    - ¡Driangor! – Gritó sorprendida y preocupada al ver aquella reacción.
    - Es inútil, no te esta escuchando, ahora mismo sólo puede oír la voz de su sangre. Su propia naturaleza está discutiendo con la humanidad que ha desarrollado.

    - “No he podido ser yo el de antes, no soy así” intentaba decirse una y otra vez para intentar escapar de lo que había sentido y vivido. Pero al mismo tiempo que decía algo para intentar ocultar sus actos, otra voz, mucho más sangrienta y dura, le decía lo contrario, “en verdad siempre has sido así, no deberías tener miedo de lo que eres”. Como su estuviera intentando convencer a una parte de si mismo de lo que en verdad quería, y la otra sólo le mostrase sus verdaderos orígenes, y lo que en verdad él era.

    - ¿Por qué?
    - Es tu naturaleza.
    - No quiero ser así, no deseo hacer eso.
    - ¿No te sentiste bien cuando la agarraste?
    - ¡No!
    - Deseabas sentir su sangre en tus garras.
    - ¡Déjame!
    - No puedes mentirle a tu corazón, ni a ti mismo.
    - Cállate por favor.
    - Quieres volverlo a experimentar.
    - No digas nada más.
    - ¿Quién será esta vez?
    - ¡No lo digas!
    - Podría ser Aisha….

    -¡Basta! – Gritó con todas sus fuerzas para escapar de aquella situación.
    - ¡Driangor! – Escuchó nuevamente con claridad.

    Fin Parte 4

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  • McElroy
    replied
    linda historia ^.^

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  • HellMetalero
    replied
    muy copado relato!! espero poder seguir leyendo mas !!

    cyas

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