Re: Historias de un Mestizo en tiempos medievales
EL NACIMIENTO DEL LOBO AZUL (Parte 2)
Con aquel grito Hell no hizo mas que adaptar sus ojos a su estado anterior y preguntar: “¿Acaso este estado te asusta tanto?”, ella tomo un pequeño respiro al escuchar las palabras de su amado y dijo: “Pensé que esta ves el te había tomado por completo”, tales palabras produjeron carcajadas en nuestro amigo, quien pudo darse cuenta la presencia de los guardias y Torin en el cuarto. En un esfuerzo de tratar de calmar la situación que allí se llevaba a cabo dijo: “No se preocupen esto que acaban de ver solo es una nueva habilidad heredada por mis genes como elfo oscuro”. Los guardias hicieron un gesto de disconformidad con la situación y uno de ellos pregunto: “¿No entiendo como una elfa oscura se puede asustar de algo tan común en de su raza?”, lo cual Torin con habilidad supo retrucar diciendo: “Es que esta pobre niña fue creada entre humanos por lo cual no tiene muchos conocimientos de su raza y aquel elfo que ven ahí fue quien la salvo de un destino cruel”. Tales palabras amainaron la situación por el momento y despistaron a los guardias de las verdaderas sospechas, retirándose riendo a carcajadas las cuales fueron acompañadas por las del artesano.
En el momento que Hell y Ringwen quedaron solos en la habitación, nuestro amigo pudo percatarse de que aquella pobre mujer todavía estaba asustada por lo que había presenciado y decidió hacer uso de su ironía para poder calmar aquel temor que ella llevaba diciendo: “Ya que irrumpiste en el cuarto al menos podrías ayudarme a colocar esta armadura”, aunque con poca soltura Ringwen procedió a ayudar a su amado a vestirse. Minutos mas tarde los dos pudieron darse cuenta que algo faltaba, algo no tan esencial pero si bastante notorio, fue en ese momento que Ringwen pregunto: “¿En que parte de esta pequeña habitación han quedado los guantes y las botas?”, Hell miro a un costado sonriendo y respondió: “Creo que nuestro pobre amigo luego de trabajar tanto se olvido de este pequeño detalle”. Sin más que hacer Ringwen se retiro del cuarto mientras que Hell se calzaba con unas botas provisorias. Mientras se calzaba un vago recuerdo vino a su mente, algo lo perturbaba, cuando se puso en pie pudo recordar aquellas palabras del vagabundo que lo seguía y recordó la promesa que había hecho hace casi una semana. Mientras tanto en el recibidor estaban Torin y Ringwen aguardando a que saliera nuestro amigo quien apareció con una expresión bastante usual cuando los problemas se avecinaban, ella con un poco de miedo se acerco preguntando: “¿Acaso algo perturba tu mente?”, los apodos que antes solía darle a su amado no podían surgir al ver tal expresión en su rostro y solo pudo aguardar en silencio por una respuesta. Hell dirigió su mirada hacia Torin y dijo: “Gracias amigo mió por haber creado tan magnifica obra de arte pero…. Lamentablemente en este momento eh de marchar”, el enano artesano no pudo mas que entender lo que su amigo pronunciaba y verlo partir sin mas que decir.
Habiendo recorrido mas de la mitad del camino del pueblo hacia la tele-transportadora mas cercana, Ringwen no decidió callar un segundo mas y dijo: “Si es algo tan terrible deberías contármelo”. Hell freno sus pasos y comento en voz baja y con voz afligida: “Solo es un duelo pendiente en Aden… En el coliseo para ser mas exacto”, ella lo miro firmemente y pregunto:”Entonces… ¿Qué es lo que te preocupa?”, nuestro amigo retomo su caminata y mirando hacia delante dijo: “Espero que después de ver este combate no vallas a vacilar”. Sin mas que decir los dos esperaron a ser transferidos a aquella ciudad.
EL NACIMIENTO DEL LOBO AZUL (Parte 2)
Con aquel grito Hell no hizo mas que adaptar sus ojos a su estado anterior y preguntar: “¿Acaso este estado te asusta tanto?”, ella tomo un pequeño respiro al escuchar las palabras de su amado y dijo: “Pensé que esta ves el te había tomado por completo”, tales palabras produjeron carcajadas en nuestro amigo, quien pudo darse cuenta la presencia de los guardias y Torin en el cuarto. En un esfuerzo de tratar de calmar la situación que allí se llevaba a cabo dijo: “No se preocupen esto que acaban de ver solo es una nueva habilidad heredada por mis genes como elfo oscuro”. Los guardias hicieron un gesto de disconformidad con la situación y uno de ellos pregunto: “¿No entiendo como una elfa oscura se puede asustar de algo tan común en de su raza?”, lo cual Torin con habilidad supo retrucar diciendo: “Es que esta pobre niña fue creada entre humanos por lo cual no tiene muchos conocimientos de su raza y aquel elfo que ven ahí fue quien la salvo de un destino cruel”. Tales palabras amainaron la situación por el momento y despistaron a los guardias de las verdaderas sospechas, retirándose riendo a carcajadas las cuales fueron acompañadas por las del artesano.
En el momento que Hell y Ringwen quedaron solos en la habitación, nuestro amigo pudo percatarse de que aquella pobre mujer todavía estaba asustada por lo que había presenciado y decidió hacer uso de su ironía para poder calmar aquel temor que ella llevaba diciendo: “Ya que irrumpiste en el cuarto al menos podrías ayudarme a colocar esta armadura”, aunque con poca soltura Ringwen procedió a ayudar a su amado a vestirse. Minutos mas tarde los dos pudieron darse cuenta que algo faltaba, algo no tan esencial pero si bastante notorio, fue en ese momento que Ringwen pregunto: “¿En que parte de esta pequeña habitación han quedado los guantes y las botas?”, Hell miro a un costado sonriendo y respondió: “Creo que nuestro pobre amigo luego de trabajar tanto se olvido de este pequeño detalle”. Sin más que hacer Ringwen se retiro del cuarto mientras que Hell se calzaba con unas botas provisorias. Mientras se calzaba un vago recuerdo vino a su mente, algo lo perturbaba, cuando se puso en pie pudo recordar aquellas palabras del vagabundo que lo seguía y recordó la promesa que había hecho hace casi una semana. Mientras tanto en el recibidor estaban Torin y Ringwen aguardando a que saliera nuestro amigo quien apareció con una expresión bastante usual cuando los problemas se avecinaban, ella con un poco de miedo se acerco preguntando: “¿Acaso algo perturba tu mente?”, los apodos que antes solía darle a su amado no podían surgir al ver tal expresión en su rostro y solo pudo aguardar en silencio por una respuesta. Hell dirigió su mirada hacia Torin y dijo: “Gracias amigo mió por haber creado tan magnifica obra de arte pero…. Lamentablemente en este momento eh de marchar”, el enano artesano no pudo mas que entender lo que su amigo pronunciaba y verlo partir sin mas que decir.
Habiendo recorrido mas de la mitad del camino del pueblo hacia la tele-transportadora mas cercana, Ringwen no decidió callar un segundo mas y dijo: “Si es algo tan terrible deberías contármelo”. Hell freno sus pasos y comento en voz baja y con voz afligida: “Solo es un duelo pendiente en Aden… En el coliseo para ser mas exacto”, ella lo miro firmemente y pregunto:”Entonces… ¿Qué es lo que te preocupa?”, nuestro amigo retomo su caminata y mirando hacia delante dijo: “Espero que después de ver este combate no vallas a vacilar”. Sin mas que decir los dos esperaron a ser transferidos a aquella ciudad.
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