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Amor enemigo

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  • #31
    Re: Amor enemigo

    Dejo un up para tu historia para que hagas otro capítulo
    http://izumi2.elbruto.es

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    • #32
      Re: Amor enemigo

      Originally posted by BlackToothGrin View Post
      PDablo deja de pintar tu casa y conectate
      XD... Quedo linda mi casa, ahora si, a levear el DA

      UP a la historia
      Caste, escribite un par d capitulos mas..

      Suerte muchachos
      IMARHIL: Hell Knight - Sword Singer

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      • #33
        Re: Amor enemigo

        toy esperando el capitulo q sigue


        En caso de incendio, haga click aqui

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        • #34
          Re: Amor enemigo

          up o:
          I make Light Elfs fear the Dark

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          • #35
            Re: Amor enemigo

            jajaja me re perdi desde la shuriquen que pego en la piedra y se sintio el HAY en el otro lado del lago.. las 2 monedas y el chabon que estaba con la ninja y el viejo jajaja se me armo lio :S
            ▲▼ ◘• →Super↔Star← •◘ ▲▼

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            • #36
              disculpen los pocos seguidores de esta historia :P

              bueno ya tengo una buena parte escrita q si me devuelven la pc en donde la tengo la subo xD

              desculpen q me tarde pero es q ya no tengo mucho tiempo

              gracias a los q se toman su tiempo
              FROZZEN

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              • #37
                =O frozzen lokillo =P
                Psyphermaker Bounty Hunter lvl 55+ Clan: no hay
                Ulthor: Destroyer lvl 58+ Clan: PiratesOfBlood ally: Devilpirates

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                • #38
                  CAPITULO V…………………………………………⠀¦â€¦â€¦â€¦MEMORIAS DEL FENIX

                  Había sido una mala noche, ambos se encontraban dormidos. Un hombre del pueblo llevaba una carreta consigo, vio a los jóvenes, los tomó, y los subió a ella cuidando no despertarlos.
                  Rubi había despertado, miro a su alrededor, se encontraba sobre una cama en un cuarto algo pequeño. Blanquito entró en la habitación.
                  -¿Dónde…?-pregunto ella.
                  -No me preguntes, estoy más confundido que tú-respondió.-Ven creo que querrás saber algo de esto-.
                  Blanquito comenzó a retirase de allí y ella tras el, salieron de la habitación, subieron una escalera, y entraron a otra habitación, allí, estaba el hombre de la carreta y una mujer a su lado, quien al ver a Rubi se emociono y le dio un muy fuerte abrazo.
                  -¿Dónde habías estado todo este tiempo?-pregunto llorando.
                  -Disculpe, pero no la conozco-dijo Rubi.
                  -Hermana soy yo-dijo algo exaltada.
                  -Yo no tengo ninguna hermana-respondió sorprendida.
                  -Todo este tiempo ha borrado tu memoria, pero yo no te olvide, sigues igual de bella que la última vez que te vi-.
                  Rubi comenzó a recordar las cosas que había visto la noche anterior.
                  -¿Cuándo fue la ultima vez que me has visto?-pregunto Rubi.
                  -Fue ase catorce años, antes de que te fueras a…-se interrumpió-ya sabes-.
                  Un momento de confusión paso por Rubi, podía ser que esa mujer era hermana de su madre, o en otras palabras, su tía, o solamente una persona confundida.
                  -¿Cómo fue que yo desaparecí de tu vida por catorce años?-pregunto Rubi.
                  -Dijeron que habías muerto por una flecha al corazón-respondió.
                  Rubi estaba sorprendida, ahora no le quedaban dudas, ella era su tía.
                  -Te tengo una noticia buena y una mala Tía-dijo Rubi.
                  -¿Perdón, me llamaste tía?-pregunto intrigada.
                  -Si, esa es la buena noticia, yo soy tu sobrina. La mala es que, tu hermana si ha muerto-dijo muy dolida.
                  Un gran silencio se hizo presente.
                  Rubi comenzó a sentirse triste. Dio la vuelta, y volvió a la habitación. Blanquito había quedado algo confundido, finalmente reaccionó y entró a la habitación con ella. Al entrar, Rubi se encontraba tirada en la cama llorando.
                  -¿Piensas estar todo el día así?-pregunto al verla.
                  -No te importa- le respondió algo agresiva.
                  -Ni siquiera sabes por que lloras-.
                  -¡Vete!-grito.
                  -Claro que no, escucha, piensas estarte allí llorando, crees que con eso solucionaras algo, crees que podrás volverlos a ver solo por tus lagrimas, vuelve a la realidad, esto no es un sueño…-.
                  Blanquito no soportaba ver a una mujer llorando. Sus frías palabras no fueron para herirla, el intento ayudarle, pero no ese no era el momento para decirlo.
                  Ella se levanto llena de ira, se acercó a Blanquito, y lo golpeó en el pecho.
                  -¡Ahora largo de aquí!-dijo ella.
                  Apenas sentía que podía respirar. No quería irse, pero luego se dio cuenta que era mejor dejarla sola. Volvió con los tíos de Rubi.
                  -¿Qué pasó, que fueron esos gritos?- preguntó el tío.
                  Blanquito no podía hablar por ese golpe, solo tomó una silla y se sentón allí. Luego de un tiempo, el se sentía un poco mejor.
                  -¿Su hermana también era tan agresiva?-preguntó Blanquito.
                  -No, mi hermana era muy dulce. Su esposo era alguien muy rudo ¿Por qué esa pregunta?-.
                  -Pues, debo contarles algo. Ayer estuvimos en las ruinas, y vimos a unos fantasmas, su sobrina me explico que eran sus padres…-.
                  -Te lo dije, alguien resucito al fénix-dijo el hombre.
                  -Fuimos nosotros- aclaro Blanquito-¿Pero, como supo que el había resucitado?-.
                  El hombre llevo a Blanquito a una ventana que daba a las ruinas, le señaló el cementerio, y dijo:
                  -Ese cementerio solo aparece cuando alguien lanza el fuego al sendero, además, me pareció haber oído su grito. Y otra cosa, lo que vieron no eran fantasmas, eso son solo los recuerdos del fénix, cuando el fuego enciende, el fénix comienza a recordar todo lo que ha visto en su vida.
                  Blanquito ya estaba muy confundido por todo.
                  -Disculpe, pero saldré un poco-.
                  Sin más palabras, se dirigió a la puerta y se marchó. Sobre el techo de una de las casas, estaba Shiro allí sentado.
                  -¿Vas a algún lado?-pregunto sarcásticamente.
                  Dio un salto y bajó.
                  -Creía que estarías con ella ¿Esa fue tu promesa no es cierto?-.
                  -No pienso abandonarla, es que se ha vuelto sentimental de un día al otro-respondió Blanquito.
                  -No te entiendo-.
                  Blanquito comenzó a contarle lo que había pasado después de que el se marchó, y que ella había encontrado a sus tíos.
                  -Ya veo-dijo Shiro.
                  -Tu la conoces mas que yo, seguramente podrás calmarla-.
                  -Pues tengo una idea, pero podría ser algo arriesgado ¿Cuento con tigo? Dijo Shiro.
                  Blanquito no podía hablar, pues su idea de conseguir los papiros no era encontrarse con unos ninjas y arriesgar su vida de ese modo.
                  -¿Cuento con tigo?-repitió.
                  -Bueno, pero si algo sale mal me marcho-dijo decidido.
                  -De acuerdo. Te diré el plan. Debemos ir al cementerio, traeré las almas de sus padres…-.
                  -Un momento, ayer lanzaste fuego, hoy resucitas almas ¿acaso eso es normal?-interrumpió,
                  -Me parecía raro que no ayas dicho nada del fuego. Bueno, es que existen dos clases de ninjas, los que luchan cuerpo a cuerpo, y los que utilizan magia como yo-.
                  Blanquito estaba totalmente sorprendido.
                  -Bueno continúo con mi plan, traeré las almas y así ella podrá hablar con sus padres, supongo que será el único modo de calmarla-.
                  Y de ese modo, se encaminaron a las ruinas. Ya allí, se dirigieron al cementerio, Shiro buscó las tumbas, finalmente las encontró. Era una gran tumba con una cruz en el centro y una escritura debajo que decía:

                  AMOR ETERNO

                  Era el significado de que ellos habían sido enterrados juntos.
                  Shiro colocó su mano sobre la cruz, y comenzó a decir algo en una lengua extraña.
                  Una luz con forma de ave se apareció.
                  -Detente-dijo-No puedo permitir que hagas eso, todas las almas de este cementerio no son libres-.
                  Se les llamaba almas libres a quien se le permitía salir de su descanso eterno.
                  -Les pediré que se larguen de aquí si no quieren problemas-.
                  Blanquito dio unos pasos atrás, pero Shiro, se levantó desafiante.
                  -No quiero hacer daño a nadie-Dijo Shiro.
                  -¿Qué piensas hacer con ellos?-Preguntó el ave.
                  -Pienso llevarlos con su hija, y traerlos de regreso nada más-.
                  El ave dio unos pasos acercándose a Shiro, se inclino hacia el, y lo miro muy de cerca.
                  -Se ve que no me tienes miedo-dijo Shiro.
                  -Ni tu a mi-le respondió-¿acaso no has venido ya a molestarme?-.
                  -A que se debe esa pregunta-.
                  -Tu cara, me es familiar, siempre recuerdo a quien entra a mi cementerio, pero no te recuerdo a ti-.
                  -Pues soy quien lanzó el fuego ayer Fénix-.
                  El ave abrió sus alas, levanto algo de viento con ellas, y volvió a cerrarlas.
                  -¿Cómo supiste que soy el Fénix?-.
                  -Te reconocería aunque fueras polvo ¿Qué fue eso de tus alas?-.
                  -Es mi bendición, es una marca que queda dentro de ti, con ella tu no podrás hacerme daño ni yo a ti. Es mi modo de agradecer el que hayas encendido el fuego-.
                  -Creo que podrás hacer algo más. Mira, es medio día, que tal si le das libertad hasta media noche a esas almas-.
                  -¿Cómo sabre que los devolverás?-.
                  -Te ofrezco un trato. Les das libertad hasta media noche, si no los traigo, mi alma se queda en este cementerio ¿De acuerdo?-.
                  -Bien. Hacia tiempo que no encontraba a alguien con tus agallas. Te esperare aquí, si no estas para cuando la luna este arriba, te buscare.
                  -Por mi esta bien-.
                  El fénix se puso en frente de la tumba, metió su cabeza dentro, y al retirarla, las almas estaban sentadas sobre la tumba.
                  -Aquí los tienes. Media noche, no lo olvides-.
                  El fénix desapareció de repente.
                  El alma de la madre se levantó de la tumba y se dirigió a Shiro.
                  -Ase ya mucho tiempo no te veía-dijo ella –Se lo que ha pasado y por que están aquí, solo dime donde esta mi pequeña-.
                  -En casa de su hermana-dijo Blanquito.
                  -No hay mucho tiempo, debemos ir ahora-dijo el padre.
                  Se encaminaron al pueblo. Y al llegar Shiro dijo:
                  -Volveré por ustedes dos cuando la luna comience a salir-.
                  Sin mas palabras, saltó al techo de una casa, y luego se perdió entre arboles.

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                  • #39
                    esperando el proximo o:
                    I make Light Elfs fear the Dark

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                    • #40
                      UP Up!!

                      muy buenooo!

                      esperando the next chapter!!
                      *Arcana Lord* *Sword Muse* *Spellhowler*

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                      • #41
                        I make Light Elfs fear the Dark

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                        • #42
                          No abandonaste tu historia..

                          Se extrania al hermano d Ima, aunq yo tmb en estos momentos tengo q estar mas concentrado en el estudio...

                          Saludos Caste. q andes bien..
                          IMARHIL: Hell Knight - Sword Singer

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                          • #43
                            Sigue escribiendo, yo siempre te leo aunke luego no postee nada :P , mis felicitaciones
                            SI NO ESTAS CONMIGO ESTAS CONTRA MI

                            Comment


                            • #44
                              CAPITULO VI................................................ .....................EXTRAÑO ENCUENTRO

                              Rubi se encontraba aun sollozando en ese cuarto, cuando se apareció blanquito con las almas.
                              -Ya no llores- dijo Blanquito.
                              Ella volteó rápidamente, y al ver a sus padres quedó inmóvil. Su padre se acercó, la tomo entre brazos y dijo suave:
                              -No puedo creer lo bella que te has puesto-.
                              Aun no sabia que decir, solo levanto su mano y se quitó las lagrimas del rostro.
                              -Creo que será mejor que no este aquí- dijo blanquito.
                              Se acercó a la puerta y se marchó.
                              -Hija, quisiera preguntarte algo ¿Quién es ese tierno muchacho?- dijo su madre.
                              -¿Quién? ¿El pálido?-respondió.
                              -Si-.
                              -Es solo un amigo-.
                              -Pero su ropa es algo extraña ¿No te parece?-.
                              -Pues, resulta que es un aprendiz de samurai-.
                              Sus padres se levantaron algo exaltados. No sabían que decir.
                              -Querida, sabes bien que no puedes andar con ellos, además, como confías en que no va a matarte algún día…-dijo su madre.
                              -Alto. Por empezar, el me ayuda, si no fuera por el estaría en una celda o muerta. Y otra cosa, el no se animaría a matarme, es algo cobarde.
                              -Creo que hay algo que contarte. Se lo que has visto ayer, y a quien viste diciendo donde estábamos, había sido un gran amigo en mi infancia, luego me odio al saber que tu madre me amaba-.
                              -¡Catorce años sin vernos, y ya me están fastidiando!-.
                              -Es cierto, no tenemos mucho tiempo para hablar-dijo su madre.
                              Así pasó la tarde. Estuvieron platicando por horas, pero se acercaba la noche y ellos debían regresar.
                              -No quiero interrumpir esto, pero debemos marcharnos-dijo Shiro.
                              -¿Eh, ya?-dijo el padre de Rubí.
                              -Si. Vamos, no hay tiempo que perder-.
                              -¿Volveremos a vernos?-pregunto Rubí.
                              -Por suerte un día morirás-le respondió Shiro.
                              -Y cuando pase, voy a tortúrate en el infierno. Iré con ustedes-.
                              -No creo que debas querida. Permanezcan aquí con tu amigo, o sigan su camino-dijo su madre.
                              -Es cierto rubí, ya hemos perdido un día- dijo blanquito.
                              -Esta bien. Adiós-.
                              -¡Ya vámonos!-dijo Shiro.
                              En fin, los padres de Rubi y Shiro se marcharon. Blanquito y ella quedaron solos en la habitación.
                              -Bien. ¿De que has hablado con ellos?-dijo el.
                              -Pues de un poco de todo. De ti, de mi, de ellos, de Shiro. Sabes, quería agradecerte por traerlos, y no se me ocurrió más que esto-.
                              Rubi se acercó a Blanquito, lo tomó suavemente de la espalda, acercó su cara a la suya y le dio un beso en la mejilla. Como era de esperarse, Blanquito se ruborizó y no supo que decir, solo la miro a los ojos y ella comenzó a sonreír. Por fin se decidió en decir algo:
                              -Con eso bastara, te lo aseguro-.
                              Mientras tanto. La medianoche ya había pasado, pero Shiro aun no llegaba con las almas. El Fénix comenzaba a desesperarse y enfurecer, estaba decidido en ir a buscarle. Fue cuando entonces, llego corriendo con ellos detrás.
                              -Te dije que a media noche- dijo el Fénix.
                              -Lo lamento, es lo más temprano que pude llegar-.
                              -Mm… tendré que decidir que hacer contigo-.
                              -Pues mas vale tarde que nunca ¿no?
                              -Es cierto. Además, si no fuera por ti mi cementerio no estaría en pie ahora. Eres un joven con suerte sabes, te dejare en libertad-.
                              -De acuerdo-.
                              Shiro estaba a punto de irse cuando lo fantasmas le interrumpieron.
                              -Gracias por llevarnos con nuestra pequeña- dijo el padre de Rubi.
                              -Algún día te devolveremos el favor- dijo ella.
                              -No hay porque-.
                              Las almas se desvanecieron en la tierra, y Shiro se marchó con Rubi y Blanquito.
                              Al llegar a la habitación, solo se encontraba Blanquito.
                              -Ah eres tu- dijo Blanquito al verlo.
                              -Si ¿Dónde esta ella?-.
                              -¿Rubi? Dijo que quería tomar un baño-.
                              -¿Crees que termine pronto?-.
                              -No lo se. Quiero dormir- dijo algo malhumorado.
                              -Esta bien. Los veré mañana-.
                              Sin decir ni una palabra más, se marchó.
                              Un rato más tarde. Rubi volvió. Blanquito no estaba dormido aun.
                              -Te buscaba Shiro ¿Por qué crees que seria?-.
                              -No lo se. Pudo haber sido cualquier cosa-.
                              -Puedo preguntarte algo-.
                              -Si quieres otro beso, la respuesta es no-.
                              -No, no es eso ¿Desde cuando conoces a Shiro?-.
                              -Desde que tengo memoria. El ha sido como un hermano para mí-.
                              -Me imagino cuanto lo habrás echo sufrir-.
                              -Si. Mucho. Recuerdo cuando tenia 6 años, el estaba encargado de cuidarme. Era ya de noche, y no lograba hacerme dormir, entonces, decidió dormir a mi lado esa noche, solo en segundos el quedó dormido, y yo me escapé. Cuando nuestro maestro despertó, yo estaba durmiendo junto a el, con una manada de lobos-.
                              -Déjame adivinar, por tu culpa el recibió un castigo-.
                              -Si. Pero me disculpe con el-.
                              -Ah, hay algo mas ¿Crees que podrías enseñarme algunos movimientos de Ninja?-.
                              -Claro pero será mañana. Ahora solo quiero dormir. Buenas noches-.
                              -¿No me das un beso de buenas noches?-.
                              -No, duérmete-.

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                              • #45
                                CAPITULO VII…………………………………………………………UN TRAGICO OCASO



                                Era ya de temprano. Rubi y Blanquito se encontraban entrenando, detrás de la casa de los tíos de Rubi.
                                -Vamos, esto se pone aburrido ¿No piensas ganarme?- dijo ella.
                                -Debo admitir que no es fácil. Pero lo que dije anoche era que me enseñes algunas de tus técnicas. Saltos, movimientos, esas cosas.
                                -Primero una lucha más. Esta vez te ganare con mis manos atadas a la espalda-.
                                -No exageres-.
                                -Hablo enserio-.
                                Rubi desato su cinturón, y pidió a Blanquito que le atase las manos. En fin, Rubi se encontraba con sus manos atadas, y Blanquito muy confiado, estaba seguro que ganaría.
                                Se pusieron de frente, estuvieron quietos algún segundo. Blanquito comenzó a correr hacia ella y lanzo un puñetazo, Rubi se movió al costado, saltó, y lo golpeó en la espalda. El cayó al suelo, y ella comenzó a burlarse.
                                -Lo ves, gane- dijo ella riendo.
                                -Si ya, solo fue suerte-.
                                -¿Revancha?-.
                                -Bien-.
                                Otra vez de frente. Blanquito corrió nuevamente a ella, simuló repetir el mismo ataque. Ella saltó nuevamente, pero el se detuvo. La tomo de una pierna, pero ella aun no caía, pues se encontraba con su otro pie en el suelo, el desenfundó su katana, y la apoyo sobre el cuello de ella.
                                -¿Quién ganó ahora?-.
                                El pie que blanquito tenia en su mano estaba justo en su pecho. Ella uso su pierna suelta para barrerlo. Los dos cayeron, pero ella arriba.
                                -Yo-.
                                -Eso fue trampa-.
                                -Claro que no-.
                                -Si no me hubiese detenido habrías muerto-.
                                -¿Quieres Probar?-.
                                -No, es muy arriesgado. No quiero matarte… aun-.
                                -Vamos, no pasara nada te lo prometo.
                                -De acuerdo-.
                                Aunque había aceptado, no haría que el filo le tocara.
                                Como antes. El con el pie de ella en la mano.
                                -¿Estas lista?- preguntó el.
                                -Si-.
                                Desenfundó nuevamente la espada. Y cuando el filo estaba cerca de su cuello, ella se tiro con su espalda al piso, tomándolo con sus pierna, giro sobre su cabeza y ella quedo sobre el.
                                -Bien ganaste, ya no digas nada- dijo Blanquito.
                                -Ahora si. Te enseñare algunas cosas básicas-.
                                Así pasó la mañana. Ya habiéndole enseñado, harían una última lucha.
                                -De frente- dijo ella.
                                Esta vez seria sin las manos atadas. Blanquito se acercó a ella, intento tomarle de la ropa, pero ella se hizo hacia ataras, e intento golpearlo con sus pies. El logró tomarla como antes, ella iba a tirarse al suelo, y entonces el la soltó. Ella cayó sola, y el le puso su pie sobre el pecho.
                                -¿Qué pasó esta vez, eh?- dijo Blanquito burlándose.
                                -Eso es porque has aprendido de la mejor-.
                                Ya decididos a irse. Estaban compartiendo unas últimas palabras con los tíos de ella.
                                -Gracias por avernos dado hogar estos días- dijo ella.
                                -No fue nada- respondió su tía.
                                Estaban por irse, cuando Rubi se dio cuenta que estaba con su ropa de Ninja puesta.
                                -Ah me olvidaba. Blanquito espérame, iré a cambiarme-.
                                -Querida aquí no hay problema, en este pueblo no entran ningún samurai- dijo su tío.
                                -De acuerdo. Nos vemos-.
                                Así se marcharon.
                                Caminaron tranquilamente, hasta que Blanquito vio a alguien y se detuvo.
                                -¿Qué no dijo tu tío que aquí no entra ningún samurai?-.
                                -Si ¿Por qué la preungta?-.
                                -¿Ves aquel tipo en frente? Resulta que es un samurai. Su nombre es Reiko, en pocas palabras puedo decirte que es un samurai tan bueno como Shiro un Ninja. Y no hay Ninja que aya sobrevivido enfrentándose a el… excepto alguien con quien siempre que se enfrenta regresa con grandes heridas-.
                                -¿Reiko has dicho?-.
                                -Si ¿acaso lo conoces?-.
                                -Si, y también quien sobrevivió con el. Es Shiro, siempre me ha contado historias sobre el-.
                                -Mejor vámonos antes de que te vea-.
                                -Tienes razón-.
                                Comenzaron a ir en dirección contraria a el, ella se sentía muy asustada. Lograron alejarse algo, pero el al ver la ropa de Rubi, reconoció rápidamente que era una Ninja. Se montó a un caballo que traía con el, y fue donde ellos. Demasiado cerca de ellos, desenfundo su katana decidido a matar. Ya estaba lo suficientemente cerca como para lastimarla, levantó la espada, y cuando estaba por agredirla, Shiro salto de un árbol a el. Eso provoco que cayera del caballo, ambos se encontraban luchando en el suelo, pero en un momento Reiko le golpeó la cabeza contra una roca, y Shiro perdió el conocimiento. Reiko aprovechó el momento, e iba a matarlo. Fue cuando Rubi y Blanquito se decidieron en intervenir.
                                -¿Qué estas asiendo con estos ninjas gusano?- dijo Reiko.
                                -Son mis amigos, ese no es tu problema-.
                                Reiko golpeó a Blanquito en el pecho. Rápidamente blanquito cayó y no podía levantarse. El camino esta libre entre Reiko y Rubi, el comenzó a caminar a ella con su katana en la mano, Rubi permaneció firme. Se encontraron de frente, en lo que el no dudo de tomar su arma, y levantarla para herirla. En eso, Shiro despertó, al ver que ella corría peligro, el tomo su daga y le amenazó apoyándola en la espalda de Reiko.
                                -Te lo advierto, déjala en paz o mueres tú. Baja el arma vete de aquí- dijo Shiro.
                                -De acuerdo. Además, si te mato hoy, ya no tendré alguien quien me de pelea-.
                                Reiko subió a Blanquito al caballo, y se marchó en el.
                                -Ven. Será mejor que volvamos al dojo. Esto traerá graves problemas.
                                Era ya de noche. Y un halcón llego al dojo con una nota en la pata, que decía:

                                DEBEMOS HABLAR SERIAMENTE DE TU NINJA. SERA MAÑANA, ANTES DEL MEDIODIA.

                                Firmada a nombre del Maestro Samurai.
                                -Shiro, quiero que estés día y noche con ella, hasta que encuentre solución a esto- dijo el maestro Ninja.
                                Shiro se encerró en una habitación con Rubi.
                                -Quédate tranquila, estoy seguro que todo saldrá bien- dijo Shiro a Rubi.
                                -Eso espero- respondió ella en lo que se tendió a llorar sobre el.
                                A Blanquito no le iba tan bien. Lo tenían atado, y torturándolo con golpes en la espalda.

                                puede q tambien termine el octavo.. pero no estoy muy seguro.. asi q mejor no se keden esperando xD
                                Last edited by frozzenwolf; 06-17-2008, 05:00 PM. Reason: Automerged Doublepost

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