Con la repentina llega del Orco se oye de pronto un gran estallido, como si se hubiera abierto el cielo y de él bajaran las potestades de los Dioses. Quienes se asoman a las ventanas pueden ver como llueve de manera torrencial: el cielo está negro y las únicas luces son producidas por los relámpagos, seguidas siempre por el estallido de un trueno y cada tanto, de un árbol que se cae o que se parte al medio.
Sin embargo, dentro de la Posada el ambiente es otro. Risas, voces altas y fuertes y alegres cantos dominan el lugar, mezclándose con el cálido crepitar de la chimenea, el olor a comida que sale de las cocinas y ese popurrí de perfumes que hacen el tabaco para pipa y el alcohol que ahora desprende el enano que parlotea en frente al Elmoriano.
//Ya había una descripción del clima pero supongo que se perdió en las páginas anteriores. ¡Sigamos con el rol!
Sin embargo, dentro de la Posada el ambiente es otro. Risas, voces altas y fuertes y alegres cantos dominan el lugar, mezclándose con el cálido crepitar de la chimenea, el olor a comida que sale de las cocinas y ese popurrí de perfumes que hacen el tabaco para pipa y el alcohol que ahora desprende el enano que parlotea en frente al Elmoriano.
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